TERTULIA POLÍTICA
Independientes
Pedro Martínez
Serrano
En Morelos como en el resto de
los estados que irán a la renovación de gobernador, igual que en el ámbito
nacional y municipales, multiplican los protagonismos electoreros, el ansia de
poder de muchos, muchísimos que sienten que su “popularidad”, su “honestidad” y
hasta el apellido, bastan para que el electorado de vuelque en torno a sus
candidaturas. Evidentemente desconocen las complicaciones de encabezar,
organizar y sostener una campaña política. La estructura no se construye con ocurrencias y el dinero, que se ocupa es mucho.
Y más allá de los nombres, de
hombres y mujeres, que se multiplican en las redes sociales, como la yerba mala,
hay también quienes subimos listas y ternas, en las que incluimos amigos,
compadres, familiares y conocidos a medias, a quienes exponemos a ser
lastimados o lastimadas, porque para colmo... ¡se la creen!
Son personas ampliamente
conocidas en algunos sectores, especialmente en los que circulan aquellos y
aquellas, que creen que porque son nativos de la entidad, de la ciudad o el
distrito, tienen derecho de piso y que ganarán como candidatos independientes.
Los mismos que se dedican a vociferar
en contra de los partidos, porque según ellos, ya es tiempo de los ciudadanos, son los mismos que andan buscando
cobijo electoral en los partidos políticos, especialmente en el Movimiento de
Regeneración Nacional (MORENA). Los nombres están a la vista.
Otros, piensan que porque son “profesionistas
destacados” y “son ajonjolí de todos los moles”, que lo mismo van y aplauden al
PRI, que hacen montón en Morena o coquetean con Encuentro Social, bastará para
que se les tome en cuenta.
Creo que el tema de los independientes, el Estado mexicano
lo operó correctamente a su modo, para motivar a muchos y, además, para que
otros se motivaran, porque según ellos son muy populares, olvidan que una cosa
es lo que somos, otra, lo que ven de nosotros y otra muy distinta, lo que en realidad
somos y cómo nos ven los demás.
El espejismo de los independientes
se disparó, se multiplicó a lo largo y ancho del país, luego de que Jaime Rodríguez Calderón El Bronco, ganó la gubernatura de Nuevo
León y, en Jalisco, José Pedro Kumamoto
Aguilar, ganó un escaño en el Congreso de aquella entidad.
Los dos triunfos seguidos,
alocaron a cientos, miles de mexicanos, que ingenuamente creen que pueden ganar
en su distrito, en su municipio o… ¡en su estado!, no saben cómo se operaron
aquellos triunfos, el de El Bronco,
sustentado en la operación de panistas, priístas y los pocos perredistas que
hay en Nuevo León.
Ese triunfo motivó a muchos que
por tener alguna aceptación en medios de comunicación, como Pedro Ferriz de Con o el senador
guerrerense, Armando Ríos Piter,
sienten que les alcanza para ganar la presidencia de la república.
Creo que el ánimo electoral está
descompuesto, tanto que hoy hasta choferes ignorantes, por el sólo hecho de
tener algún capital, se sienten con posibilidad, con popularidad, para gobernar
su estado y, lo mismo hay empresarios venidos a menos, activistas, que no
activan ni a su familia y expertos en todo que un día sí y otro también, se
suben a redes sociales, en alguna actividad tan sencilla, como protagónica.
Y lo peor no ha llegado; los
pleitos entre “los independientes” de “más popularidad” y quienes los asesoran,
están a la vuelta de la esquina, algunos, ya se metieron a ternas en Morena o confían en que los partidos
los llamarán.
Creo que quienes más contribuimos
a emocionar ingenuos, somos quienes proponemos listas que no sirven, más que
para azuzar a terceros a hacer comentarios que sólo lastiman a quienes se la
creen.
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