martes, 14 de agosto de 2018


TERTULIA POLÍTICA

EL CARTEL TUCUAUH
El poder es como un explosivo:
o se maneja con cuidado,
o estalla / Enrique Tierno Galván

Pedro Martínez Serrano
EL CARTEL TUCUAUH
El casi ex gobernador del Estado, Graco Ramírez es un hombre profundamente inteligente, aunque sobradamente soberbio, le gusta que su mano se note, cuando la mete en algún asunto, como sucede hoy y sucedió a lo largo de su administración en el Congreso del Estado, cuando a los integrantes del poder legislativo, los trató como gatos y no como iguales. Tiró carretillas de dinero, pero los resultados están a la vista: hizo lo que le vino en gana, saqueó y seguirá saqueando, aún después de su des gobierno, por una sencilla razón: ya se adueñó del Poder Legislativo.


        Lo peor, me parece que ya sin estar en Morelos, por andar de huida, mientras se instala la próxima legislatura, dentro de 15 días, Graco tira línea, controla, maneja el juego a su modo y conveniencia. Mientras que sus todavía “operadores”, a los que dejó atornillados al cargo, bajo la amenaza de entregarlos, dan largas al proceso de entrega recepción e imponen condiciones, fechas, plazos y formas.
Lo último que se manejó, con una pobre y extraviada, casi ridícula comunicación social del gobierno entrante, es que mañana se continuará con las visitas de cortesía (eso parecen) de quienes van a entrar; puedo adelantar que les volverán a posponer y, así, hasta el día del cambio de gobierno, cuando el tabasqueño mande con un tercero las llaves del Palacio de Gobierno y no entregue, ni haga cuentas.
¿En qué se ampara? Muy sencillo: acomodó las cosas, gracias a diputados serviles, agachones y ladrones, a los que pagó y bien, para que “lo vacunaran” contra cualquier acción legal en su contra; tiene a las fiscalías a su favor, al Poder Judicial, igual, arrodillado y listo para su defensa y, claro, a la mayoría mandante en el Poder Legislativo, en donde colocó al frente de la fracción de Morena, al “gato”, su gato y cómplice durante más de una década, Francisco Javier García Chávez, a quien sus alfiles y enlaces al más alto nivel de infiltración, Rabindranath Salazar Solorio y Miguel Enrique Lucía Espejo, le encajarán a todos los mandos. Colocarán a pura gente agradecida y al servicio del sexenio que se va. Saben que dinero “para la gasolina”, como acostumbran pedir, el tabasqueño y su hijito Rodrigo Gayosso tienen y de sobra.
En estos días se empezarán a acomodar, por ejemplo, los mandos en el Congreso del Estado y ya se tiene enfilados a personajes grises y pendejos, eso sí, serviles y comprometidos con el gobierno que se va, como el caso de un tal Jaime Rosas, un camaleón presupuestivoro de oficinas de prensa, que vive del sablazo. Y aunque personalmente ni siquiera conozco a ese sujeto, estoy enterado que le opera “su prensa” a Rabín y a Lucía Espejo, además de que es el principal promotor “del próximo presidente municipal”, “Del Lobito”.
Mientras Rabín y Miguel Lucia “operan”, mandan mensajes amenazantes a periodistas y a funcionarios menores, en el gobierno entrante no se ha dado luz de lo que se va a hacer o cómo se va a actuar; se actúa casi a nivel de conspiración y eso, eso lo atiza una oficina, que no se si exista de comunicación institucional, en donde no se acciona, se reacciona, se amenaza y se miente, pero que se soporta con alfileres, No hay tamaño. No hay altura de miras. Se cuida nómina, no proyecto.
Creo que mientras el próximo gobernador, Cuauhtémoc Blanco, el más votado a favor, el más popular y más querido por los morelenses, no envíe señales de que tendrá un gabinete de morelenses bien nacidos y profesionales en las diferentes áreas de la administración, la especulación y sus enemigos, Rabín y Miguel Lucia, seguirán causando problemas.

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