martes, 19 de julio de 2016

TERTULIA POLÍTICA

La Soberbia es una discapacidad que suele afectar
a pobres infelices mortales, que se encuentran
de golpe con una miserable cuota de poder /
Capitan Juan De San Martín

PSD / Tic… Tac... Tic… Tac

Pedro Martínez Serrano

El Partido Socialdemocráta se encuentra a la deriva; el mismo que lo infló, hasta niveles nunca sospechados, lo picó y lo desinfló; Cuauhtémoc Blanco los dejó caminar; los estuvo observando, pero los hermanos Julio César y Roberto Carlos Yáñez Moreno, se mantuvieron soberbios. Quitaron y pusieron gente en la nómina del ayuntamiento. Se embolsaron millones de pesos. Pensaron que el futbolista se mantendría sometido a sus caprichos durante los tres años de la administración.
El cuento de la gubernatura que le pretendieron vender, se les cayó en el vuelo. Cuauhtémoc decidió dar el esperado manotazo y se sacudió de una vez y para siempre a los hermanos Yáñez, de quienes comprobó que son un par de ladrones que saquearon el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAC), por más de 160 millones de pesos, que están obligados a devolver.
De acuerdo a información que me han filtrado personas cercanísimas al escándalo, los hermanos Yáñez Moreno están acorralados y, con un poco más de la mala suerte que traen, pierden hasta el control del Partido Socialdemocráta, hoy en manos de su presidente, el regidor Eduardo Bordonave a quien los Yañez empiezan a cansar y, obvio, a su estilo, a amenazar con la consabida frase con que acostumbran intimidar: tú sabes cómo son y cómo actúan aquellos, en alusión al grupo criminal con el que se les relaciona y les gusta estar relacionados.
Olvidan que los grupos criminales, lo que menos quieren son problemas que afecten su permanencia en las regiones o ciudades en las que operan, en este caso, la basura, la ejecución de algunas obras menores, pero también el pago de facturas por servicios que nunca se prestaron al municipio.
Hoy, ya pasaron las 72 horas de plazo que se les dieron a Roberto Carlos y a Julio César Yáñez, para aclarar el destino de 163 millones de pesos, que se no se ha podido aclarar en el SAPAC y, por ello, en cualquier momento, podrían ser denunciados penalmente y el primero, el ex funcionario del ayuntamiento, enviado a la cárcel; mientras que el segundo, tendría que pasar un ´proceso de desafuero, pero igual terminaría junto con el hermano querido, en el penal.
El miércoles anterior apunté en  la Tertulia Política: 
Hoy, para los hermanos Yáñez lo de menos son los negocios que han hecho, lo mismo con la tramposa concesión del sistema de recolección y destino final de la basura; la sociedad en que entraron con los organizadores de la Feria de la Primavera; la operación de grúas y el corralón; la instalación de parquímetros; el ordenamiento de cientos de espectaculares, que reportaron millones de pesos y el condicionamiento de usos del suelo otorgados en la administración anterior, a cuyos empresarios extorsionaron a condición de suspender indefinidamente las obras y, la joyita de la corona, la entrega del control del Centro Comercial Adolfo López Mateos, a mafias venidas de otras entidades, incluso sudamericanas que a diario bolsean, controlan y someten a los comerciantes, más allá de derechos de antigüedad; ahí todos le entran.
No, los anteriores no son los verdaderos problemas de los hermanos Yáñez Moreno, su verdadera preocupación, supongo, lo que al menos a Roberto Carlos lo tiene con un pie en el penal de Atlacholoaya, es el asunto relacionado con el extravío de 163 millones de pesos del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC).
Se trata de un monto que se reunió por pagos recibidos en efectivo y que los hermanos Yáñez Moreno sacaron con recibitos de gastos por comprobar y, según me dicen, sí que tendrán que comprobar en un plazo que está corriendo de 72 horas, porque de lo contrario se presentarán las denuncias correspondientes.
Pues no, el problema se ha convertido en un estercolero, en el que, por poco que le rasquen, expulsa pestilentes arreglos y componendas, en agravio de los cuernavacenses y en beneficio de los Yáñez y los loquillos deshonestos que los acompañaron en su aventura de 6 meses.
Así, el presidente, municipal Blanco Bravo dio de baja, cesó, a los siguientes funcionarios: Jorge Humberto Sánchez Becerril, ahora ex titular de obras públicas; Israel Yúdico Herrera, de Desarrollo Social; Jesús Jiménez Abad, de Asuntos Jurídicos, así como el coordinador general de Comunicación, Jaime Rosas Jiménez.

Y no es para menos, en obras públicas, se detectaron arreglos por decenas de millones de pesos; expedición irregular de licencias de construcción y, sorpresa, un infladísimo facturaje a ciertos medios de comunicación. El arreglo fue entre el titular de comunicación social y los contactos de periódicos, estaciones de radios medios digitales e internet, para agarrar la parte que en todos los casos tocó a los Yáñez.

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