lunes, 26 de junio de 2017

TERTULIA POLÍTICA

Carnadas venenosas

Pedro Martínez Serrano
Morelos vive el caos. La criminalidad golpea en todos los municipios; no hay dependencia que interese a los grupos del crimen organizado que no esté a su servicio. La mayoría de los municipios están atrapados en el rezago y el abandono. Y mientras, Graco Ramírez se dedica a hacer lo que disfruta: simular, difamar y mentir, en tanto que su hijastro, Rodrigo Gayosso hace lo propio, además de robar y saquear (hasta el momento) impunemente.
A medida en que el Estado se desmorona, Graco y su hijastro, van tirando carnadas venenosas, diseñan acciones a través de las cuales engañan a los diferentes sectores y remontan el descontento social que deja a su paso el desgobierno perredista.
Ejemplos hay muchos; dos a la mano:
El asunto relacionado con la modificación a las normas de operación del Instituto de Crédito para los Trabajadores del Estado, el cual respondió, según se supo en su oportunidad, para cubrir un desvío multimillonario en que se incurrió.
El problema lo provocó Gayosso y, luego, mañoso como es, se puso a modo para resolverlo y, de paso, echarse a la bolsa la simpatía de los jubilados y pensionados del gobierno del Estado, encabezados por Ana Lilia Ocampo Castrejón.
Otro de las carnadas que han tirado los perredistas que abandera Graco Ramírez y pastorea Gayosso, es el tema del transporte público de pasajeros sin itinerario fijo, los llamados taxis, cuyo tema se ha convertido en un nido de corruptelas y componendas que lejos de beneficiar, creo que ya perjudica a los verdaderos trabajadores de ese sector.
Hoy, en medio de un pleito entre Rodrigo Gayosso y Jorge Messeguer, la pandilla de representantes del transporte, convenencieros, ventajosos y corruptos, se mueven a gusto de quien les ofrezca regularizar los más de 3 mil 500 permisos que ellos, a su vez, vendieron a quien se les cruzara con el dinero en la mano.
Conozco personalmente a muchos que vendieron, cuando menos la promesa de una concesión y a otros tantos ilusos y voraces que entregaron dinero a sedicentes líderes del transporte que fanfarronean: nosotros controlamos la Secretaría.
Los lidercillos de los transportistas, esa pandilla de oportunistas, son los principales causantes de la crisis en que se encuentra el sector, por varias razones a saber: saturación del servicio que origina que circulen formados decenas de taxis, conducidos por explotados choferes, que deben entregar a diario entre 250 y 300 pesos diarios como “cuenta”, cantidad que difícilmente reúnen.
Los verdaderamente beneficiados con la regularización de los permisos, son precisamente quienes los vendieron y obviamente no entregarán, porque al final se los dejan, como un patrimonio menos rentable que un carro de paletas.

Las concesiones del cada vez más quebrado servicio de taxis, será, al final de cuentas, un anzuelo electoral que a los únicos que beneficiará, para la satisfacción de sus intereses, será a Graco y a Gayosso. Al tiempo.

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