TERTULIA POLÍTICA
Traición y ambición
Pedro Martínez Serrano
Es recurrente que cada tres años,
se hable de la peor legislatura en la historia de Morelos. Eso ocurre en la
actualidad, sólo con el agregado de que no hay liderazgo; los controles
institucionales están reventados y, el gobernador Cuauhtémoc Blanco, frente a la convulsión y el sometimiento del
Ejecutivo a caprichos de vivales que firman como diputados, para conseguir la
aprobación del presupuesto a ejercer en el 2020. Además de los conflictos de
orden político que eso deriva.
La
carencia de liderazgo al interior del Congreso, en donde el presidente de la
mesa directiva, Alfonso de Jesús Sotelo
Martínez (el pequeño Ponchito) le
apuesta a la división y el enfrentamiento entre las diferentes fuerzas políticas,
con la intención de trascender el 1 de septiembre, y mantenerse en el cargo,
presuntamente para cubrir un desvío millonario en que ha incurrido, lo ha
llevado a traicionar la confianza que depositó en él el gobernador y, peor aún,
engañarlo en diversos temas. El de la designación del titular de la entidad
superior de la fiscalización, es un ejemplo a la mano.
Más:
el retraso en la renovación de la Presidencia de la Mesa Directiva y de la
Junta Política y de Gobierno, es el chispazo de la bomba que tendrá que
estallar a más tardar el 1 de septiembre, cuando sea imposible consensar la
designación de la presidente de la Mesa Directiva a favor de Alejandra Flores, Ariadna Barrera o Keila
Selene Figueroa, las dos
primeras incondicionales de Rabindranath
Salazar Solorio y todo lo que él representa y, la tercera, con el pestilente
tufo a relaciones criminales, que se le exhibieron a su esposo, el doctor José Carmen Cabrera, a quien ya se
enchufó en una dirección en los Servicios de Salud de la entidad.
Así
las cosas, creo que la negociación para designar a los titulares de la mesa
directiva y de la junta política y de gobierno, debe trascender la intervención
de Ponchito que, en el recuento de
los daños, es causante de la convulsión que se vive al interior del Congreso.
Al
final del día, creo que nadie ha calculado los alcances de la diputada Tania Valentina Rodríguez quien, me
parece que ha arrinconado a todos a su juego y ha movido las piezas a su gusto
y beneficio, de tal forma que su apuesta sigue siendo a ganar, tanto que se da
como hecho que si a Keila Selene
Figueroa no se le cumple su deseo de ser presidenta, va a renunciar a
Morena y a sumarse al Partido del Trabajo. Tic… Tac… Tic… Tac
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