miércoles, 21 de agosto de 2019


TERTULIA POLÍTICA

Traición y ambición

Pedro Martínez Serrano
Es recurrente que cada tres años, se hable de la peor legislatura en la historia de Morelos. Eso ocurre en la actualidad, sólo con el agregado de que no hay liderazgo; los controles institucionales están reventados y, el gobernador Cuauhtémoc Blanco, frente a la convulsión y el sometimiento del Ejecutivo a caprichos de vivales que firman como diputados, para conseguir la aprobación del presupuesto a ejercer en el 2020. Además de los conflictos de orden político que eso deriva.
        La carencia de liderazgo al interior del Congreso, en donde el presidente de la mesa directiva, Alfonso de Jesús Sotelo Martínez (el pequeño Ponchito) le apuesta a la división y el enfrentamiento entre las diferentes fuerzas políticas, con la intención de trascender el 1 de septiembre, y mantenerse en el cargo, presuntamente para cubrir un desvío millonario en que ha incurrido, lo ha llevado a traicionar la confianza que depositó en él el gobernador y, peor aún, engañarlo en diversos temas. El de la designación del titular de la entidad superior de la fiscalización, es un ejemplo a la mano.
        Más: el retraso en la renovación de la Presidencia de la Mesa Directiva y de la Junta Política y de Gobierno, es el chispazo de la bomba que tendrá que estallar a más tardar el 1 de septiembre, cuando sea imposible consensar la designación de la presidente de la Mesa Directiva a favor de Alejandra Flores, Ariadna Barrera o Keila Selene Figueroa, las dos primeras incondicionales de Rabindranath Salazar Solorio y todo lo que él representa y, la tercera, con el pestilente tufo a relaciones criminales, que se le exhibieron a su esposo, el doctor José Carmen Cabrera, a quien ya se enchufó en una dirección en los Servicios de Salud de la entidad.
        Así las cosas, creo que la negociación para designar a los titulares de la mesa directiva y de la junta política y de gobierno, debe trascender la intervención de Ponchito que, en el recuento de los daños, es causante de la convulsión que se vive al interior del Congreso.
        Al final del día, creo que nadie ha calculado los alcances de la diputada Tania Valentina Rodríguez quien, me parece que ha arrinconado a todos a su juego y ha movido las piezas a su gusto y beneficio, de tal forma que su apuesta sigue siendo a ganar, tanto que se da como hecho que si a Keila Selene Figueroa no se le cumple su deseo de ser presidenta, va a renunciar a Morena y a sumarse al Partido del Trabajo. Tic… Tac… Tic… Tac

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