TERTULIA POLÍTICA
Lourdes Maldonado / La furia del cacique / Congreso de Morelos
La soberbia no es
grandeza sino hinchazón;
y lo que está hinchado parece grande pero
no está sano
/ San Agustín de Hipona
Pedro Martínez
Serrano
Hace unos días
también en Tijuana, el 17 de este mes, asesinaron al foto-reportero policiaco Margarito Martínez Esquivel, hijo de la
periodista Eglantina Esquivel. El
asunto ganó la atención de medios
nacionales e internacionales. En una concentración de comunicadores, habló Lourdes Maldonado y lo hizo como fue:
fuerte y claro, sin dejar de lado su tema: el despido injustificado de que fue
objeto de parte de Jaime Bonilla Valdez,
a quien unos días después notificó el embargo de su edificio sede de PSN.
Hasta hace
poco más de una década, trabajé en Baja California, en el entonces poderosísimo
periódico El Mexicano, hoy muy
venido a menos, propiedad de la desprestigiada familia Valencia (Roque, Alonso y López).
Conocí la forma de hacer
periodismo en aquella entidad, un ejercicio valiente, serio y profesional. No
faltaban, no faltan, ni faltarán, lo vivales que se dicen y se sienten periodistas,
porque portan una charola, pero que no saben escribir, menos hablar y, ni por
equivocación tienen idea de lo que es un análisis o una línea editorial.
Son basura del ejercicio periodístico, que políticos sin escrúpulos,
convierten en sus limosneros, golpeadores
mediáticos y sicarios de redes sociales.
La furia del cacique la traducen
en campañas en contra de quienes acreditamos en los hechos, que somos
periodistas, comunicadores profesionales, en desacuerdo con abusos, latrocinios
y complicidades criminales, en cuyas redes, ya se multiplicaron muros, páginas,
blogs y sitios web. Desde ahí, se emprenden infructíferas campañas de desprestigio
en nuestra contra.
La furia del cacique, personifica hoy en el Congreso del Estado, en
donde un grupo de provincianos ignorantes, que ocuparon presidencias
municipales al amparo de grupos criminales, creen que son dueños del Poder
Legislativo. Las fotografías que los acusan como cómplices, no fueron tomadas
de casualidad, fueron impresas en recepciones que ofrecían en honor de “La Jefa”; hubo quien abiertamente
aceptó, palabras más, palabras menos, que él le había entregado documentos,
para que le bajara recursos para proyectos. La pregunta es sencilla; ¿con qué
personalidad se veía a la señora Esther
Yadira Huitrón Vázquez? Para solicitarle recursos.
Hoy desperté con la noticia, de
mis amigos los periodistas y de verdad, Ignacio
Cortés Morales y Carlos David Monroy,
de que por órdenes de los caciques pueblerinos, hoy convertidos en diputados
locales, de reputación manchada de estiércol, en el Congreso del Estado, se
colocó a un pendejo que ha servido y sirve a los intereses de Graco Ramírez, a condicionar contratos publicitarios
a las empresas y periodistas que los mantienen con el poder legislativo, del
que hay que recordarles que son integrantes, no dueños.
Me comuniqué con uno de los
reporteros mejor informado de lo que pasa en las entrañas del Poder
Legislativo, uno de los que mejor conoce los temas de los asesinatos en
Yautepec, las redes de complicidades y los tiraderos a cielo abierto de basura y
cadáveres en Yecapixtla; el corredor criminal Sur Poniente, Miacatlán, Coatlán
del Río, Mazatepec y Tetecala, pero también las complicidades y servicios a
grupos criminales que se prestan en Xochitepec y me confirmó lo que leí y vi
con Nacho y David:
─ Sí… Es Osvaldo, un
cabrón payaso y desflemado, que hace ridículos en redes sociales; trabajó junto
con su ahora ex esposa con Manuel Agüero
en Jiutepec; es el que le ideaba “las campañas” a Gayosso en contra de los periodistas… Es un muchacho soberbio y
pendejo que no entiende que como decía Víctor
Hugo Bolaños Martínez (qepd): hasta entre los perros hay clase sociales; él
trae atrás a un grupo de gente que se siente periodista, y a quienes le han
cuestionado el tema de sus contratos, les responde con ese tono chilango de
barriada: no-manito-me-ordenó-Paco-que-parara-todo-contigo-ya-ves-que-los-has-estado-atacando…
El ambiente crispado que recorre
el país, en agravio de la libertad de expresión y de quienes la ejercen de
manera profesional, se enrarece, los causantes son los furiosos caciques que como
en nuestra entidad, piensan que en el Congreso del Estado, pueden hacer lo que
les venga en gana sin consecuencias. El dinero que debe destinarse a la
contratación equilibrada y justa de servicios profesionales de difusión
institucional, no puede aplicarse ni a gusto de unos, ni por los huevos de otros…
Tic… Toc… Tic… Toc…
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