TERTULIA POLÍTICA
Ingobernabilidad / CMMC
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Graco, Fidel y Capella / La ponzoña, el cinismo, la impunidad |
En septiembre de 2013 se difundió
un análisis de la personalidad del gobernador Graco Ramírez. Se le identificó en el grupo humano de seres nocivos,
a los que la psicología forense define como psicópatas, trastornados mentales con
alto grado de peligrosidad.
En mismo estudio apunta:
De la Escala de Evaluación de
Psicopatía, instrumento técnico utilizado por las instancias de procuración de
justicia en Estados Unidos, tenemos cuatro facetas en las que Graco califica
con grados altos:
INTERPERSONALES: Facilidad de palabra
/ Encanto superficial Sentido desproporcionado de autovalía / Mentiroso patológico / Estafador y manipulador.
AFECTIVAS: Ausencia de remordimiento o sentido de culpa / Afecto superficial /
Insensibilidad afectiva / Ausencia de empatía / Incapacidad para aceptar responsabilidad de acciones propias.
ESTILO DE VIDA: Necesidad de estimulación / Tendencia
al aburrimiento / Estilo de vida parasitario
/ Ausencia de metas realistas a largo plazo / Impulsividad / Irresponsabilidad.
ANTISOCIALES: Pobre autocontrol
de la conducta / Problemas de conducta en la infancia / Delincuencia juvenil / Revocación
de libertad condicional / Versatilidad criminal.
Hoy a 30 meses de que se difundió
ese documento, elaborado por un equipo de especialistas, me parece que mantiene
su vigencia, pues dibuja de cuerpo entero al señor Ramírez, una persona evadida de la realidad, que con una
sorprendente sangre fría, arremete y difama a sus adversarios.
Para Graco, no pensar igual que él o disentir con su estilo de gobernar,
es suficiente para que orqueste rudísimas embestidas y criminalice a sus
adversarios. Naturalmente, como es su costumbre, sin probar sus dichos.
También hoy, a casi 40 meses de
que inició su mal logrado gobierno, se multiplican los grupos sociales en
desacuerdo con el abuso de poder, el latrocinio, el nepotismo y la rabiosa
arbitrariedad con que actúa. Hoy también, las mentiras empiezan a caer por su propio
peso y el descontento social golpea con rudeza a las puertas del palacio de
gobierno. Su administración se sostiene con débiles alfileres.
Y aunque no se ha dado cuenta, por esa peligrosa evasión de la realidad que
padece, Graco dejó de gobernar hace
mucho; sumió al estado en la peor crisis de gobernabilidad de que se tenga
recuerdo. Hoy, como los piratas, reparte el botín a conveniencia.
El desgobierno y la locura que
enferman al gobernador, lo han llevado a locuras inauditas, como la más reciente,
esa de tratar de bloquear la aplicación de la ley y la voluntad de los temixquenses
y, en revancha con el senador Fidel
Demédisis, motivar el ridículo del perredismo estatal, al proponer y apoyar
que la madre de la alcaldesa asesinada a domicilio, Gisela Mota Ocampo, la señora Juana
Ocampo, asumiera la presidencia municipal. La máxima autoridad electoral en
el país, desdeñó ese capricho y, aplicó lo que corresponde a la legalidad: Irma Camacho sustituirá a Gisela.
Ponzoñoso, virulento, difamador y
mitómano como es, Graco no se cansa de abrir frentes y a todos
acusa de estar asociados al crimen organizado; lo hizo con Federico Figueroa quien se apersonó en la PGR para desmentirlo. Graco dejó de ladrar,
Mientras rechazaron el Mando
Único, Graco Ramírez y su sicario
estrella; otro enloquecido con poder, Alberto
Capella Ibarra mantuvieron una rabiosa campaña de desprestigio en contra de
Cuauhtémoc Blanco, el alcalde de
Cuernavaca. Lo impuso, se sometieron y terminó la costosa campaña de
difamación.
En ese mismo sentido, el presidente
municipal de Tlaquiltenango, Enrique
Alonso Plascencia, se atrevió a recurrir a la justicia federal y logró que
se echara abajo la imposición del Mando Único. Eso bastó para que Graco lo hiciera blanco de una furiosa
persecución, acompañada de un bajuno golpeteo mediático que cuesta millones de
pesos al erario.
Y si seguimos enlistando
estupideces en agravio de los morelenses y a capricho y complacencia de Ramírez, no habría espacio periodístico que alcanzara, hay cientos de
muertos que convierten al estado en gigantesco cementerio y morelenses de los
33 municipios, en desacuerdo con un desgobierno que lastima y agravia.
CMMC
En el mismo sentido, solo que con
relación a la cruzada que abandera la Coordinadora Morelense de Movimientos
Ciudadanos, que convoca a una nueva movilización el 19 de febrero, misma que
apoyo y a la que asistiré, creo que en los días más recientes, se ha perdido el
rumbo y se empezó a asumir una posición contestataria.
Y no creo que sea correcto que mi
amigo, el vocero de la CMMC, Gerardo
Becerra se iguale o baje al nivel de Graco,
abriendo frentes y lanzando acusaciones que en nada favorecen al
movimiento.
Lo anterior viene a tema, porque
luego de una declaración hecha por el diputado Francisco Moreno Merino, presidente de la mesa directiva del
Congreso, lo acusaron de todo y lo amenazaron con solicitar al CEN del PRI y al
estatal de ese partido, que lo reprenda, lo que creo que no le preocupa al
legislador, a quien no pretendo defender, ni lo necesita. Si hay alguien
fraguado en el golpeteo mediático y político es precisamente él. Cuanto más
duros han sido los golpes que le han lanzado, más fuerte se ha levantado.
En mi opinión, la Coordinadora
pierde el objetivo, cuando anuncia que recurrirá a las dirigencias del PRI, nacional
y estatal, para reportar a un diputado. Lo que habría que analizar, es por
ejemplo, si Rodolfo Becerril tiene
el nivel y el valor, para llamar a cuentas a Moreno y/o si conviene a sus intereses hacerlo, porque el
presidente priísta en Morelos, tiene muchos tratos bajo el agua con el gobierno del Estado.
Y si, comparto la idea de que se
recurra a las dirigencias nacionales de los partidos, que se les exija que en
el Congreso del Estado se atienda la demanda de juicio político en contra de Graco, porque todos, absolutamente
todos los diputados locales, atienden a ordenamientos partidistas. Aquí no van
a hacer nada que no se les ordene, incluso desde Los Pinos, en donde Enrique Peña Nieto parece muy cómodo
con lo que ocurre en Morelos, en donde un trastornado devora la tranquilidad y
la economía del Estado.
Estoy seguro que es allá, en la
Ciudad de México en donde hay que manifestarse, en donde se debe exhibir la
crisis política, económica y de seguridad que vive Morelos, porque sin la anuencia correspondiente, aquí no pasará
nada.