martes, 9 de octubre de 2018


TERTULIA POLÍTICA

Orden tributario

Pedro Martínez Serrano
El casi prófugo Graco Ramírez, lo he planteado hasta el cansancio, dejó detonadores de conflictos perfectamente distribuidos a lo largo y ancho del Estado. Ordenó incluso modificaciones legislativas, con el propósito de que el proceso de entrega recepción, entre su equipo, que se fue y el que llegó, de Cuauhtémoc Blanco, fuera un trámite tedioso, tramposo y, sin más entrega que tarjetitas informativas, casi hechas a mano.
        Con todo y lo anterior, desde el primer día de gobierno, el pasado 1 de octubre, se desplegó a un equipo de profesionales, que tienen como encomienda transparentar el destino de los recursos emitidos por el gobierno, para el pago de obras y servicios contratados por el tabasqueño y su equipo de saqueadores.
        Hoy, a medida que avanza el calendario se confirma lo que se sabía, las arcas del erario están vacías; Las dependencias del Ejecutivo, totalmente saqueadas. Se llevaron todo lo que se pudo. Llegaron al extremo, como sucedió en el Congreso del Estado, de cambiar equipos viejos e inservibles, por los que presuntamente se instalarían en el recinto legislativo.
        Y lo anterior pasó en todo el gobierno, en todas sus dependencias. El exceso: se consiguió personal, según me confió una persona que participó en esos hechos, para que a un altísimo número de los vehículos automotores, se le cambiaran las partes más costosas. ¿Y eso?, pregunté. Yo creo que nomás por chingar, fue la respuesta.
        Graco Ramírez, Rodrigo Gayosso y el medio centenar de jovencitos al servicio de ambos, diseñaron un plan para complicar y, de ser posible, paralizar la operación del gobierno del Estado, a partir del 1 de octubre. De ahí el anuncio de Graco, un par de días antes de emprender la huida, de que el gobierno disponía de recursos suficientes, para cumplir con sus obligaciones hasta el fin de año. Dijo también que el gobierno federal liberaría 300 millones de pesos para resolver el conflicto de la UAEM. Nada era cierto.
        Con la gente que dejó colocada de manera estratégica, se siguen motivando problemas a los que empiezan la administración 2018-2024, en particular en el área de finanzas, cuyos recursos se comprometieron de manera irresponsable y voraz.
        Frente a lo anterior, es necesario un profundo saneamiento financiero que, se quiera o no reconocer, sólo será posible, bajo la conducción de un experto del tamaño de Alejandro Villarreal Gasca, ya tres veces responsable del manejo de los dineros del Estado, aunque hoy ocupado en enfrentar un juicio iniciado por instrucciones del enfermo mental que quebró e hizo pedazos al Estado, Graco Ramírez.
        Así las cosas, creo que lo que se debe hacer es un ordenamiento financiero a fondo, que pase por el ajuste de las tasas impositivas, pero también alcance a los que no pagan impuestos y contribuyen al deterioro del Estado y su infraestructura, como los miles de comerciantes irregulares que se colocan impunemente a lo largo y ancho de nuestro territorio, especialmente en los principales centros urbanos.
        Y aunque el tema financiero no es el mío, si sé que de la captación de los recursos y de su aplicación correcta y ordenada, depende la buena operación de un gobierno. De ahí que creo que Villarreal Gasca tiene frente a él, un nuevo reto que no dudo que cumpla a cabalidad. Ya antes fue reconocido como el mejor y más eficiente secretario de finanzas a nivel nacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario