TERTULIA POLÍTICA
Orden tributario
Pedro Martínez Serrano
El casi prófugo Graco Ramírez, lo he planteado hasta el
cansancio, dejó detonadores de conflictos perfectamente distribuidos a lo largo
y ancho del Estado. Ordenó incluso modificaciones legislativas, con el
propósito de que el proceso de entrega recepción, entre su equipo, que se fue y
el que llegó, de Cuauhtémoc Blanco,
fuera un trámite tedioso, tramposo y, sin más entrega que tarjetitas informativas,
casi hechas a mano.
Con
todo y lo anterior, desde el primer día de gobierno, el pasado 1 de octubre, se
desplegó a un equipo de profesionales, que tienen como encomienda transparentar
el destino de los recursos emitidos por el gobierno, para el pago de obras y
servicios contratados por el tabasqueño y su equipo de saqueadores.
Hoy,
a medida que avanza el calendario se confirma lo que se sabía, las arcas del
erario están vacías; Las dependencias del Ejecutivo, totalmente saqueadas. Se
llevaron todo lo que se pudo. Llegaron al extremo, como sucedió en el Congreso
del Estado, de cambiar equipos viejos e inservibles, por los que presuntamente se
instalarían en el recinto legislativo.
Y
lo anterior pasó en todo el gobierno, en todas sus dependencias. El exceso: se consiguió
personal, según me confió una persona que participó en esos hechos, para que a un
altísimo número de los vehículos automotores, se le cambiaran las partes más
costosas. ¿Y eso?, pregunté. ─ Yo
creo que nomás por chingar, fue la respuesta.
Graco Ramírez, Rodrigo Gayosso y el medio centenar de jovencitos al servicio de
ambos, diseñaron un plan para complicar y, de ser posible, paralizar la operación
del gobierno del Estado, a partir del 1 de octubre. De ahí el anuncio de Graco, un par de días antes de
emprender la huida, de que el gobierno disponía de recursos suficientes, para
cumplir con sus obligaciones hasta el fin de año. Dijo también que el gobierno
federal liberaría 300 millones de pesos para resolver el conflicto de la UAEM.
Nada era cierto.
Con
la gente que dejó colocada de manera estratégica, se siguen motivando problemas
a los que empiezan la administración 2018-2024, en particular en el área de
finanzas, cuyos recursos se comprometieron de manera irresponsable y voraz.
Frente
a lo anterior, es necesario un profundo saneamiento financiero que, se quiera o
no reconocer, sólo será posible, bajo la conducción de un experto del tamaño de
Alejandro Villarreal Gasca, ya tres
veces responsable del manejo de los dineros del Estado, aunque hoy ocupado en
enfrentar un juicio iniciado por instrucciones del enfermo mental que quebró e hizo
pedazos al Estado, Graco Ramírez.
Así
las cosas, creo que lo que se debe hacer es un ordenamiento financiero a fondo,
que pase por el ajuste de las tasas impositivas, pero también alcance a los que
no pagan impuestos y contribuyen al deterioro del Estado y su infraestructura,
como los miles de comerciantes irregulares que se colocan impunemente a lo
largo y ancho de nuestro territorio, especialmente en los principales centros
urbanos.
Y
aunque el tema financiero no es el mío, si sé que de la captación de los
recursos y de su aplicación correcta y ordenada, depende la buena operación de
un gobierno. De ahí que creo que Villarreal
Gasca tiene frente a él, un nuevo reto que no dudo que cumpla a cabalidad.
Ya antes fue reconocido como el mejor y más eficiente secretario de finanzas a
nivel nacional.
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