TERTULIA POLÍTICA
CEDH rehén partidista
Pedro Martínez
Serrano
La designación transexenal de fiscales,
de representantes de organismos autónomos o descentralizados, como la Comisión
Estatal de Derechos Humanos y el Instituto Estatal de la Mujer, me parece que
son acciones perniciosas que se han convertido en rehén de intereses
partidistas, representados en el Congreso del Estado y, el tema no es privativo
de Morelos, se registra también en Veracruz, como en otras entidades del país.
El
asunto aquí en Morelos, es el relacionado con los fiscales que dejó sembrados Graco Ramírez, para responder a sus
intereses y nada más; lo que pase o deje de pasar en Morelos, no les interesa
en lo más mínimo, los ejemplos a la mano, son Uriel Carmona Gándara y Juan
Jesús Salazar Núñez, fiscal general y anticorrupción y la titularidad de la
Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización, que sólo sirve para extorsionar
presidentes municipales y recibir favores de las instancias que deben ser
vigiladas en el correcto cumplimiento presupuestal.
El
Instituto de la Mujer, ha sido botín de sus titulares, un espacio para hacer
negocios familiares y responder a los intereses de quienes las han colocado; ya
de paso, si algo queda, realizan algunos eventos con fines mediáticos y punto.
Lo
que trae a tema lo anterior, es la rabiosa guerra que se registra en la disputa
por la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), cuya
presidencia dejó hace unos días, el señor Jorge
Arturo Olivares Brito, a quien impuso el ex gobernador Graco Ramírez que, de manera personal cabildeó su nombre entre los
diputados perredistas, como lo reconoció recientemente la ex legisladora, Hortensia Figueroa Peralta.
Y
es que si alguien ha ensuciado ese proceso, es Olivares Brito quien se encarga de promover el rudísimo golpeteo en
contra de quienes sabe que por méritos propios, tienen posibilidad de ser
designados, entre ellos, dos mujeres, Clara
Elizabeth Soto Castor y María
Ampudia González, así como el prestigiado humanista y abogado, Lucio Alfonso Rubio Anteliz.
Más:
La
feroz disputa en mesas de café y entre grupos de la sociedad organizada, por la
presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, se atiza desde el Congreso
del Estado, en donde al dar largas en la designación, no hacen otra cosa, más
que negociar a qué grupo favorecerán los intereses del sucesor/a de Olivares,
Lo
grave del asunto, es que al interior de la legislatura, todo se complica, todo
se retrasa, por la acción y reacción de intereses de grupo político o partidista.
Por
lo anterior, creo que la solución a la designación de todos esos caldos de
cultivo burocrático, a los que más temprano que tarde atrapa la corrupción y
voracidad, es que se lleven a votación ciudadana directa.
Por
qué no votar por ejemplo al fiscal y al titular de la Comisión Estatal de
Derechos Humanos, para que entonces sí, las campañas que hacen hoy, en busca de
apoyos en donde no los hay, las hagan abiertas, porque las reuniones con grupos
de ONG´s, en nada abonan a la decisión que estará en manos de tres o cuatro diputados
cuando mucho, porque cada uno de esos cuatro, pastorea a los restantes. Ojalá
la de cisión que tomen, sea en bien de Morelos y no de sus partidos o sus
intereses.
En
el listado de quienes aspiran a dirigir la Comisión Estatal de Derechos
Humanos, o ser integrantes de su consejo, hay personas que evidentemente lo
hacen por necesidad de enchufarse en una nómina, más que por cumplir una responsabilidad
humanista.
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