lunes, 1 de abril de 2019


TERTULIA POLÍTICA

CEDH rehén partidista

Pedro Martínez Serrano
La designación transexenal de fiscales, de representantes de organismos autónomos o descentralizados, como la Comisión Estatal de Derechos Humanos y el Instituto Estatal de la Mujer, me parece que son acciones perniciosas que se han convertido en rehén de intereses partidistas, representados en el Congreso del Estado y, el tema no es privativo de Morelos, se registra también en Veracruz, como en otras entidades del país.
        El asunto aquí en Morelos, es el relacionado con los fiscales que dejó sembrados Graco Ramírez, para responder a sus intereses y nada más; lo que pase o deje de pasar en Morelos, no les interesa en lo más mínimo, los ejemplos a la mano, son Uriel Carmona Gándara y Juan Jesús Salazar Núñez, fiscal general y anticorrupción y la titularidad de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización, que sólo sirve para extorsionar presidentes municipales y recibir favores de las instancias que deben ser vigiladas en el correcto cumplimiento presupuestal.
        El Instituto de la Mujer, ha sido botín de sus titulares, un espacio para hacer negocios familiares y responder a los intereses de quienes las han colocado; ya de paso, si algo queda, realizan algunos eventos con fines mediáticos y punto.
        Lo que trae a tema lo anterior, es la rabiosa guerra que se registra en la disputa por la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), cuya presidencia dejó hace unos días, el señor Jorge Arturo Olivares Brito, a quien impuso el ex gobernador Graco Ramírez que, de manera personal cabildeó su nombre entre los diputados perredistas, como lo reconoció recientemente la ex legisladora, Hortensia Figueroa Peralta.
        Y es que si alguien ha ensuciado ese proceso, es Olivares Brito quien se encarga de promover el rudísimo golpeteo en contra de quienes sabe que por méritos propios, tienen posibilidad de ser designados, entre ellos, dos mujeres, Clara Elizabeth Soto Castor y María Ampudia González, así como el prestigiado humanista y abogado, Lucio Alfonso Rubio Anteliz.
        Más:
        La feroz disputa en mesas de café y entre grupos de la sociedad organizada, por la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, se atiza desde el Congreso del Estado, en donde al dar largas en la designación, no hacen otra cosa, más que negociar a qué grupo favorecerán los intereses del sucesor/a de Olivares,
        Lo grave del asunto, es que al interior de la legislatura, todo se complica, todo se retrasa, por la acción y reacción de intereses de grupo político o partidista.
        Por lo anterior, creo que la solución a la designación de todos esos caldos de cultivo burocrático, a los que más temprano que tarde atrapa la corrupción y voracidad, es que se lleven a votación ciudadana directa.
        Por qué no votar por ejemplo al fiscal y al titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, para que entonces sí, las campañas que hacen hoy, en busca de apoyos en donde no los hay, las hagan abiertas, porque las reuniones con grupos de ONG´s, en nada abonan a la decisión que estará en manos de tres o cuatro diputados cuando mucho, porque cada uno de esos cuatro, pastorea a los restantes. Ojalá la de cisión que tomen, sea en bien de Morelos y no de sus partidos o sus intereses.  
        En el listado de quienes aspiran a dirigir la Comisión Estatal de Derechos Humanos, o ser integrantes de su consejo, hay personas que evidentemente lo hacen por necesidad de enchufarse en una nómina, más que por cumplir una responsabilidad humanista.

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