TERTULIA POLÍTICA
Presidentes municipales
Pedro Martínez Serrano
La mayoría de los 36 municipios
de la entidad se encuentran en crisis, en condiciones de ingobernabilidad, NO
por la falta de recursos, NO por la falta de ingresos, vía contribuciones y pago
de servicios de los residentes de cada uno de ellos, NO, casi todos los
ayuntamientos se desmoronan porque sus cabildos están integrados por
saqueadores o cómplice del saqueo en que incurren los alcaldes.
Los
ejemplos a la mano sobran, son la mayoría los que ocupan el cargo para
enriquecerse, enriquecer a su familia, a sus cómplices, amigos y amantes.
Ahí están Antonio Villalobos Adán, en Cuernavaca;
Rafael Reyes Reyes, en Jiutepec; Jesús Corona Damián, en Cuautla; Ulises Pardo Bastida, de Huitzilac y Rogelio Torres Ortega, de Tepoztlán
quien, por cierto, en el colmo del atropello, concesionó a la cervecería
Cuauhtémoc Moctezuma Heineken, le venta de cerveza “en todo el municipio”, como
lo expresa uno de sus sicarios a distribuidores de la Cervecería Corona. Esa
concesión, debió costar un par de millones de pesos, como gratificación al tal Torres Ortega.
Hoy en un
hecho inédito, los presidentes municipales fueron “cuchileados” a cerrar
carreteras y enfrentar al gobernador Cuauhtémoc
Blanco y cuestionar la aprobación
y proyección del presupuesto estatal, por el director del Instituto de Desarrollo y Fortalecimiento
Municipal del Estado de Morelos (Idefomm), Enrique
Alonso Plascencia y Jesús Corona
Damián, el ignorante que preside la Junta de Gobierno de ese organismo, que
atiende a las órdenes de Lucía Meza
Guzmán, la senadora empeñada en generar condiciones de ingobernabilidad en Morelos.
Lo que
enfureció a los alcaldes, es que no les fueron aprobados sus presupuesto para
el año 20, por la sencilla razón de que se le llame como se le llame, lo que
intentaban era aumentar las tasas impositivas del impuesto predial; ejemplo,
dijo Juan Ángel Flores Bustamente, de
Jojutla: si un acta de nacimiento cuesta en la actualidad 85 pesos, no es
dañino que en el presente aumente 15 pesos, para que se paguen 100.
Juan Ángel dijo también que se estaba
aplicando una visión justa en la que los que menos tienen paguen menos; su
lógica se sustentó en el hecho de que los que podrían resentir los aumentos,
serán los empresarios, los que pagan refrendos.
A mí me parece
que los presidentes municipales son rapaces, injustos y traicioneros a quienes
representan y que ofrecieron ayudar, todos los mencionados son extorsionadores,
ladrones y se dicen ofendidos cuando desde el Congreso del Estado se les
advierte que se les auditará y, efectivamente podrían pasar sus auditorías,
pero lo que no se cuenta es lo que NO entra a sus cuentas bancarias y a las de
los integrantes de sus cabildo, dinero producto de comisiones y componendas que
entran lo mismo con proveedores, que con empresarios de medio pelo para arriba.
El ejemplo,
son los más de 3 y medio millones de pesos que le caen a Rafael Reyes Reyes, en Jiutepec, como resultado de la colecta que
se hace con los prostíbulos que funcionan en ese municipio, incluso en zonas
habitacionales; hoteluchos que operan como “tienditas” en las que se vende
droga y, el oro en paño, la operación del sistema de agua potable a cargo del
hamponcete Miguel Eduardo Barrios Lozano,
experto en la emisión de facturas por obras no realizadas y servicios no prestados.
Hoy, la
mayoría de los presidentes municipales y sus cabildos, “sufren terriblemente”
por los laudos que los tienen a un paso de la remoción del cargo, cuando en
realidad son temas de componendas millonarias, en cuyo juego entran los
alcaldes, con quienes mantienen demandas laborales. Conozco casos que de un
millón 100 mil, que se le debería entregar al trabajador, el asunto se resolvió
con 250 y el resto, se lo reparten el alcalde y su gente de confianza.
Si el Congreso
del Estado va a mandar a auditar a los ayuntamientos, lo más sano es que haya
comisiones ciudadanas de vigilancia, porque la Entidad Superior de Fiscalización,
atiende a un solo interés, al de un grupúsculo de diputados corruptos, que van
a direccionar a quien apretar y a quién no; así ha sido históricamente y así
será.
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