miércoles, 24 de noviembre de 2021

 TERTULIA POLÍTICA

Fiscalías, con qué argumentos…

Pedro Martínez Serrano

La Fiscalía General del Estado, a cargo del fanfarrón, cuestionado e incoado, Uriel Carmona Gándara, está convertida en guarida de desempleados, oportunistas y buscachambas, que se cobijan y conforman con estar enchufados en la nómina de ese organismo que, en el terreno de los hechos, es controlado por el ex gobernador Graco Ramírez.

         Hoy, hay que reconocer la apertura de los integrantes de la Legislatura estatal, en cuanto a escuchar la necesidad presupuestal de cada organismo, precisamente como el caso de la Fiscalía, en el que me parece que sus necesidades económicas crecen, a causa de que su nómina está saturada de gente que cobra sin cobrar o, en el mejor de los casos, que hace como que trabaja, pero no hace nada.

         Una muestra de que Uriel Carmona y el Fiscal Anticorrupción, Juan Salazar Núñez, están al servicio, protección y complicidad de intereses del pasado, es la reunión que sostuvieron ambos personajes, con el presidente municipal de Cuernavaca, el imputado como ladrón y acosador sexual, Antonio Villalobos Adán; un familiar de éste, otro personaje que fue funcionario del municipio y, el ex gobernador Graco Ramírez

          La reunión sirvió para santificar a Villalobos quien, por cierto, en el colmo de la desfachatez, ya anunció que no entregará aguinaldo al personal del municipio y nadie, ni los trabajadores, ni sus representantes sindicales, han dicho absolutamente nada. En el caso de los $sindicato$ se entiende. ¿Y los jubilados y pensionados, lo van a permitir?

         Hoy, el Fiscal General del Estado, que sostiene con alfileres legaloides su posición, busca un considerable incremento presupuestal, cuando en la realidad los resultados de la dependencia a su cargo, y sobran pruebas, no se acercan siquiera a lo deseable. Por el contrario, los atropellos, balaceras y más en que se han visto involucrados, como el caso de los menores del libramiento Chamilpa-Polvorín, exhiben una dependencia arbitraria, en la que el atropello, el abuso y la corrupción, es la contante.

Alguien puede acreditar que sus escoltas, vinculados en aquel abuso en contra de un par de jóvenes, no iban atiborrados de cocaína, o algún otro enervante, porque solamente que estuvieran locos, habrían cometido ese atropello. Obvio, que en la Comisión de Derechos Humanos del Estado, a cargo Raúl Israel Hernández Cruz, el notario favorecido también por Graco Ramírez, no se dieron ni por enterados.       

Lo que mancha al Fiscal General del Estado, es el largo listado de actos criminales, de ejecuciones, en las que no ha reportado siquiera avances; su disculpa recurrente: todo se sujeta a la secrecía, para no entorpecer las investigaciones.

Veamos parte del rezago:  
           Samir Flores, asesinado en la puerta de su casa, el 20 de febrero 2019. El asesinato en la calle de Rayón, entre palacio de Gobierno y el Zócalo de Cuernavaca, de los dirigentes sindicales Jesús García y Roberto Castrejón, el pasado 8 de mayo del 2019.

El multihomicidio de 8 jóvenes, casi adolescentes y 14 más heridos, en la colonia Antonio Barona, en conde un grupo de hombres armados, abrieron fuego en un velorio, el del pasado 1 de septiembre.

          Igual sigue sin resolverse, el ataque de un grupo armado, en contra de asistentes a un encuentro de futbol en los campos de la colonia Flores Magón, el 04 de julio pasado. En la avenida Poder Legislativo, el 12 de marzo, fue asesinado cuando circulaba en su automóvil, el dueño de un bar.

          Así las cosas, creo que si alguien carece de calidad profesional, al menos en cuanto a la persecución del delito, es precisamente el Fiscal Carmona y su par, Juan Salazar Núñez, un par de sujetos corruptos, desvergonzados y presuntos cómplices criminales que no hacen más, que atender órdenes de Graco Ramírez y cuidar a quienes sus intereses representen.



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