lunes, 26 de noviembre de 2018

TERTULIA POLÍTICA

Gatopardismo
Los diputados se hartaron de ladrar que echarían abajo 
la designación de los dos fiscales (Carmona y Salazar),
12 días antes de concluir la anterior legislatura.
El tema se apagó, me dicen que a cambio
de posiciones para familiares, amig@s
y amantes en la nómina de ambas instancias

Pedro Martínez Serrano
El triunfo del pasado 1 de julio, de Andrés Manuel López Obrador, como de Cuauhtémoc Blanco Bravo, fue el resultado de la expresión de hartazgo de los mexicanos, como de los morelenses, ante la pestilente y ofensiva, tanto como cínica y arbitraria ola de corrupción y latrocinio que encabezaron Enrique Peña Nieto, el pusilánime que encabezó el ejecutivo federal, como su par en el ámbito estatal, Graco Ramírez Garrido.
        Ambos mandatarios, nacional como local, fueron cómplices de cárteles criminales que actuaron a placer, permitieron que las calles de pueblos y ciudades se inundaran de sangre, que se convirtieran en cementerios a cielo abierto. Del voraz saqueo, dan cuenta las propiedades millonarias que poseen Peña Nieto y Graco Ramírez, igual que aquellos que fueron cómplices de las corruptas administraciones.
        Lo que hoy llama poderosamente la atención, es la determinación del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador de anunciar el indulto: “No creo que sea bueno para el país el que nos empantanemos en estar persiguiendo a presuntos corruptos... Si se optara por eso, como somos honestos, tendríamos que empezar por los de arriba y no solo los de ahora”, ha dicho el tabasqueño.
        Esa decisión, con un pestilente tufo a componenda con el todavía presidente Peña Nieto, ha empezado a generar descontento social, en especial en aquellos que votaron a favor de López Obrador, confiados en que ese punto final a la corrupción, empezaría con el castigo a quienes sobrepusieron sus intereses y sus comisiones, a la seguridad de las obras de quinta calidad que concesionaron a familiares y amigos. El paso Express Tlahuíca es el ejemplo más claro y a la mano. Gerardo Ruiz Esparza puede estar tranquilo. No habrá castigo para su corrupta y asesina administración de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
        El manto de impunidad con que se despide el gobierno federal, me parece que NO ha sido pasado por alto en Morelos, en donde la permanencia de los fiscales, general y anticorrupción, Uriel Carmona Gándara y Juan Jesús Salazar Núñez, respectivamente, garantizan la tranquilidad de los ladrones, corruptos y asesinos que se fueron, encabezados por Graco Ramírez.
Es más, Carmona y Salazar tienen aseguradas sus posiciones de manera transexenal, es decir los seis años de administración de Cuauhtémoc Blanco y el primero de quien llegue a gobernar después, surja del partido que surja. Fueron electos el 18 de agosto, por la anterior legislatura, por un periodo de 7 años.
        Y aunque el gobierno del Estado ha tupido a denuncias a funcionarios de la administración que concluyó el 30 de septiembre; más de 20 han sido presentadas, me parece que es un juego gatorpadiano, ese que se sustenta en que todo cambie, para que todo siga igual.
        Veamos:
        Durante su campaña, lo mismo el gobernador Cuauhtémoc Blanco, que los diputados integrantes de la amorfa legislatura local, ofrecieron como principal oferta, el encarcelamiento de los corruptos. Los corruptos caminan tan campantes y hacen su vida normal. No tienen de que preocuparse, tienen a su servicio y como aliados, al Fiscal General del Estado, Uriel Carmona Gándara y el anti corrupción, Juan Jesús Salazar Núñez.
        Los diputados se hartaron de ladrar que echarían abajo la designación de los dos fiscales, 12 días antes de concluir la anterior legislatura. El tema se apagó, me dicen que a cambio de posiciones para familiares, amig@s y amantes en la nómina de ambas instancias.
        No sólo lo anterior, antes de concluir sus iguales de la legislatura que se fue el 31 de agosto, jubilaron y pensionaron a quien les vino en gana, pero también a quien les ordenó Rodrigo Gayosso Cepeda, quien en realidad desgobernó Morelos. La oferta de los diputados locales actuales, fue que las echarían abajo. No pasó nada.
        Hoy, los diputados que encabeza Tania Valentina Rodríguez Ruiz, presidente de la junta política, como de la Comisión de Trabajo, ya aclararon que el tema de las jubilaciones y pensiones, es complicado y tedioso resolverlo. Todos los que obtuvieron ese beneficio, pueden estar tranquilos. Para que todo cambie, nada cambiará.
          Es más, hay un grupo de diputados que muy temprano se exhiben como sus antecesores, vulgares sableadores que complican la función del Ejecutivo a cambio de dadivas millonarias. Así las cosas, lo que sucede hoy la legislatura, infiltrada por Graco Ramírez, arrincona a que el gobierno muestre un rostro gatopardiano: Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie.

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