TERTULIA POLÍTICA
Rabín “destruyendo el
futuro”
Pedro Martínez
Serrano
En Morelos los programas
vinculados a la estrategia generadora de satisfactores económicos para los
mexicanos, implementada por el presidente Andrés
Manuel López Obrador, se retuercen a gusto, satisfacción y beneficio del
Director General del Banco del Bienestar,
Rabindranath Salazar Solorio a quien, me parece que nada de lo que sucede
en Morelos le interesa, a no ser que se trate de asuntos que convulsionen, generen
inseguridad y golpeen a los morelenses.
El dividendo
de Rabín, ni siquiera es económico,
es político electoral y permisivo, en cuanto al desvío de recursos a favor de sus
amigos. Lo que le interesa al director del banco
de la felicidad, como a los alcaldes de Cuernavaca, Jiutepec y Cuautla, Antonio Villalobos (El Lobito/ Coyote),
Rafael Reyes Reyes y Jesús Corona Damián, en ese orden, junto con su madrina
política, la senadora Lucía Meza Guzmán,
es desbarrancar al gobierno del Estado; golpear al titular del Ejecutivo, Cuauhtémoc Blanco Bravo.
Lo que ocurrió
con el bloqueo vial en diferentes puntos de Cuernavaca, Jiutepec, Jojutla y
Yautepec, para convulsionar el flujo vehicular, fue motivado por la estupidez
de Miguel Ángel Rabadán Castrejón, hijo
del expresidente municipal de Jiutepec, del mismo nombre, enlace a nivel
Nacional del programa ‘Jóvenes Construyendo el Futuro’, un protegido de Rabín, pues.
Y es que luego
de meses de operar el programa, se dieron cuenta que dos empresas que engloban
a 700 jóvenes, son fantasmas; cuando los “mentores de la nación” visitaron, se
dieron cuenta que no existían, dijo el joven Rabadán Calderón.
Frente a lo
anterior, vale la pena hacer algunas preguntas, la más importante de ellas:
¿cómo es que adjudicaron 700 becas (algo así como 2 millones y pico de pesos
mensual) a empresas que no están certificadas? ¿Por qué esta ahora se
inspeccionó a las empresas que ya se beneficiaron con becarios?
Tengo
información de buena fuente, que la mayoría de las empresas que tienen “jóvenes
construyendo el futuro”, les cobran la cuota mensual por afiliarlos al IMSS y
mil pesos a cada uno de ellos, es decir, ese asunto ya se desvió de su origen y
abrió fuentes de corrupción y tráfico de influencias. Contactos confiables, me
dicen que varios “centro de trabajo” existen sólo en el papel y se respaldan
con documentación que les expide en la Secretaría del Trabajo, sobre cuyo tema
hay que entrevistar a la secretaria estatal del ramo, Ana Cecilia Rodríguez González.
De acuerdo a fuentes bien
informadas, podría ser más de la mitad de becarios, los que “se reportan” con
entre mil y mil 500 pesos con quienes los tienen contratados y, así, evitan la
fatiga. La 4ta., transformación de Rabín
“destruyendo el futuro”.
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