jueves, 10 de agosto de 2017

TERTULIA POLÍTICA

Sucesión 2018


Pedro Martínez Serrano
Con el arranque del proceso electoral 2018, que concluirá con la renovación de los 33 ayuntamientos, el congreso del estado y el Ejecutivo estatal, todavía en manos de Graco Ramírez, se endurecerá también el golpeteo de los aspirantes a todo, al interior de todos los partidos y, ahora también, entre las decenas de ilusos que sienten que jugando al independiente, desplazarán a los partidos y sus abanderados.
Y con esas sobadas frases tan repetidas, como tan ingenuas, “del nos vemos en el 18” y/o “nos vemos en las urnas”, con las que grupos de los llamados ciudadanos, como si los militantes de los partidos no lo fueran, pretenden amenazar a quienes hoy ocupan posiciones de representación popular, especialmente diputaciones, no consiguen más que hacerlos reír.
Así, mientras los tiempos se aproximan, al interior de los partidos las cosas parecen resueltas, en el PAN, a favor del diputado federal Edmundo Javier Bolaños; en Encuentro Social, del todavía presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco; en Morena, el senador Rabindranath Salazar y; en el PRD, de Rodrigo Gayosso o quien él decida, incluida su madre, Elena Cepeda. El resto de los partidos de utilería, incluidos en ese segmento el Verde, Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza, el PT y que ni siquiera pintan, no harán más que pegarse en alianzas mañosas, para salvar el registro.
El partido que falta de aclarar su panorama en cuanto a la candidatura a gobernador, es el Revolucionario Institucional en el que los mencionados (en orden alfabético) Guillermo del Valle, Jorge Meade, Matías Nazario, Amado Orihuela y Víctor Samuel Palma, se mueve cada uno en su ámbito de influencia, aunque en el terreno de los hechos, es más la simulación que la actuación.
En ese sentido, hay que anotar que los que en realidad tienen presencia en los 33 municipios, influencia en los centros de poder en la Ciudad de México y equipo personal para desplegar una estructura electoral ganadora, son Guillermo del Valle y Matías Nazario, el primero delegado estatal del ISSSTE y, el segundo, diputado federal.
De los restantes, Jorge Meade y Amado Orihuela, no son más que un par de simuladores, oportunistas y vividores que aprovechan cualquier resquicio, para agenciarse dinero ajeno; el delegado de Sedesol, desviando dinero de programas sociales para su promoción personal y abultamiento de cuentas bancarias y; el segundo, el alcohólico pendenciero y abusivo con jovencitas, despojando a los campesinos de sus recursos.
Incluso, hay durísimos señalamientos de que Amado Orihuela es el responsable de un desfalco de más de 360 millones de pesos del sector campesino, en complicidad con el diputado Aristeo Rodríguez.
Por lo que toca a Víctor Samuel Palma César, me parece que el titular del área de vivienda del ISSSTE a nivel nacional, no es más que el resultado de los buenos deseos de algunos de sus amigos y empleados en Morelos, porque en el terreno de los hechos, en nuestra entidad ya ni se le conoce.
Hay que anotar que aunque el PRI estatal fue entregado a la pandilla de montadores y gatos de Amado Orihuela, eso no fue más que resultado de una negociación de Graco Ramírez, porque en el terreno de los hechos, el presidente del tricolor, el tal Alberto Martínez (el Juanito de la Ley de Heródes, entre más pendejo mejor) está sólo con algunos de los golpeadores del de Mazatepec, que fueron integrados al comité estatal.

Así las cosas, la versión de que se manejará un PRI alterno, cobra fuerza y echa por tierra el negocio de Graco y Gayosso, que pagaron para acomodar las cosas a su favor en  el comité estatal tricolor, con un equipo de perdedores y don nadie, que no hagan más que simular, junto con su capataz, Amado Orihuela.

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