TERTULIA POLÍTICA
Sucesión 2018
Pedro Martínez Serrano
Con el arranque del proceso
electoral 2018, que concluirá con la renovación de los 33 ayuntamientos, el
congreso del estado y el Ejecutivo estatal, todavía en manos de Graco Ramírez, se endurecerá también el
golpeteo de los aspirantes a todo, al interior de todos los partidos y, ahora
también, entre las decenas de ilusos que sienten que jugando al independiente,
desplazarán a los partidos y sus abanderados.
Y con esas sobadas frases tan
repetidas, como tan ingenuas, “del nos vemos en el 18” y/o “nos vemos en las
urnas”, con las que grupos de los llamados ciudadanos, como si los militantes
de los partidos no lo fueran, pretenden amenazar a quienes hoy ocupan
posiciones de representación popular, especialmente diputaciones, no consiguen
más que hacerlos reír.
Así, mientras los tiempos se
aproximan, al interior de los partidos las cosas parecen resueltas, en el PAN,
a favor del diputado federal Edmundo
Javier Bolaños; en Encuentro Social,
del todavía presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco; en Morena, el senador Rabindranath Salazar y; en el PRD, de Rodrigo Gayosso o quien él decida, incluida su madre, Elena Cepeda. El resto de los partidos de
utilería, incluidos en ese segmento el Verde, Movimiento Ciudadano, Nueva
Alianza, el PT y que ni siquiera pintan, no harán más que pegarse en alianzas
mañosas, para salvar el registro.
El partido que falta de aclarar su
panorama en cuanto a la candidatura a gobernador, es el Revolucionario Institucional
en el que los mencionados (en orden alfabético) Guillermo del Valle, Jorge
Meade, Matías Nazario, Amado
Orihuela y Víctor Samuel Palma, se mueve cada uno en su ámbito de
influencia, aunque en el terreno de los hechos, es más la simulación que la
actuación.
En ese sentido, hay que anotar
que los que en realidad tienen presencia en los 33 municipios, influencia en
los centros de poder en la Ciudad de México y equipo personal para desplegar
una estructura electoral ganadora, son Guillermo
del Valle y Matías Nazario, el
primero delegado estatal del ISSSTE y, el segundo, diputado federal.
De los restantes, Jorge Meade y Amado Orihuela, no son más que un par de simuladores, oportunistas
y vividores que aprovechan cualquier resquicio, para agenciarse dinero ajeno;
el delegado de Sedesol, desviando dinero de programas sociales para su
promoción personal y abultamiento de cuentas bancarias y; el segundo, el alcohólico
pendenciero y abusivo con jovencitas, despojando a los campesinos de sus
recursos.
Incluso, hay durísimos
señalamientos de que Amado Orihuela es
el responsable de un desfalco de más de 360 millones de pesos del sector
campesino, en complicidad con el diputado Aristeo
Rodríguez.
Por lo que toca a Víctor Samuel Palma César, me parece
que el titular del área de vivienda del ISSSTE a nivel nacional, no es más que
el resultado de los buenos deseos de algunos de sus amigos y empleados en
Morelos, porque en el terreno de los hechos, en nuestra entidad ya ni se le
conoce.
Hay que anotar que aunque el PRI
estatal fue entregado a la pandilla de montadores y gatos de Amado Orihuela, eso no fue más que resultado
de una negociación de Graco Ramírez,
porque en el terreno de los hechos, el presidente del tricolor, el tal Alberto Martínez (el Juanito
de la Ley de Heródes, entre más pendejo mejor) está sólo con algunos de
los golpeadores del de Mazatepec, que fueron integrados al comité estatal.
Así las cosas, la versión de que
se manejará un PRI alterno, cobra fuerza y echa por tierra el negocio de Graco y Gayosso, que pagaron para acomodar las cosas a su favor en el comité estatal tricolor, con un equipo de perdedores
y don nadie, que no hagan más que simular, junto con su capataz, Amado Orihuela.
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