TERTULIA POLÍTICA
Teopanzolco / El
quinto real
Pedro Martínez
Serrano
Desde el inicio de su gobierno, Graco Ramírez se evidenció como un
sujeto corrupto y corruptor; endeudó al Estado con miles de millones de pesos,
por cuya contratación, lógico recibió un porcentaje millonario, como lo ha
recibido de cada una de las acciones emprendidas durante la administración que
todavía encabeza, la peor pesadilla que hemos vivido los morelenses.
Graco es un sujeto condenado a terminar sus días en un penal de
alta seguridad; como ocurre ahora con la mayoría de los Ejecutivos estatales,
sin importar el partido político del que provengan. Todos son igual. Todos son
ladrones y todos inyectan altísimas dosis de nepotismo. Depositan los
presupuestos en manos de esposas, hijos, amantes y toda clase de cómplices y,
hasta hijastros parásitos, sicópatas y trastornados mentales, como el caso del “delicado
señorito” Rodrigo Gayosso Cepeda.
Sobra recordar que las obras que
ha ejecutado el gobierno de Graco, evidencian costos infladísimos; ahí está el Estadio de futbol de Zacatepec, en el
que cálculos conservadores estiman que se robó más de 200 millones de pesos.
Un dato ilustrativo del saqueo en
que incurre Rodrigo Gayosso en
Morelos, a través de sus “amigos” César
Mendoza Tajonar y Aristides Torres
Velasco, socios en la novel constructora "Corporativo Ventolmart",
es le repavimentación de la plaza de armas, que costó más de 50 millones de pesos,
en una superficie de 9 mil metros cuadrados, mientras que en la Ciudad de
México, se anuncia una inversión de 150 millones de pesos, para remodelar y
ampliar la Plaza de la Constitución que mide casi 50 mil metros cuadrados; lo
que reporta un costo de 30 millones por cada 10 mil metros; es decir aquí se
duplicó el costo.
Pero vayamos al tema de
Teopanzolco, cuya construcción original se debe a la decisión y habilidad
administrativa y política del ex presidente municipal de Cuernavaca
(1985-1988), Juan Salgado Brito quien,
por cierto, rindió protesta como alcalde en la Pirámide de Teopanzolco, “el
principal centro ceremonial de los Tlahuicas”; en ese evento, se comprometió a la
construcción de ese auditorio que, al final funcionó 30 años, como centro de
reunión de hasta 5 mil personas.
El proyecto se concretó, gracias
a que Juan Salgado integró a su
consejo consultivo de la ciudad, al reconocido empresario de entonces, don Juan Dubernard Chauveau y éste, a su
vez, propuso la integración del empresario de los bienes raíces Raúl Estrada Elizondo quien, al final, aceptó
la donación de un predio de 7 mil 200 metros, mismo que se amplió a 9 mil 347
metros cuadrados, al echar mano de la calle que separaba la pirámide del
predio.
La inversión original de 100
millones de pesos, que se destinaron al cumplimiento de un compromiso
presidencial, los gestionó Maricela
Velázquez Sánchez, ante la comisión respectiva de la cámara baja del Congreso
de la Unión, en 2013.
Hoy, con una desvergüenza ofensiva
para la inteligencia de los morelenses, Graco
Ramírez se adornó: “este auditorio tiene un costo de 210 millones de pesos;
quienes lo han visitado piensan que cuesta mucho más”. Como es su costumbre,
saludó con sombrero ajeno, cuando lo único que hizo en ese proyecto, fue
agenciarse el quinto real; el 25 por ciento del costo de la obra, algo así como
52 millones 500 mil pesos.
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