TERTULIA POLÍTICA
El burro que tocó la flauta
Pedro Martínez Serrano
Casos han sido muchos, en 1988,
cuando un modesto empleado del ya desaparecido supermercado Comercial Mexicana se convirtió en diputado
federal, dejando en el camino al poderosísimo dirigente estatal de la CTM, Gonzalo Pastrana Castro. Más tarde en
el año 2000, la ola de Vicente Fox arrastró
a posiciones de elección popular a un numeroso grupo de improvisados, que lo
único que aprendieron fue a hacer dinero y a arrodillarse a la componenda con
el poder.
Ahora,
el pasado 1 de julio, gracias a Andrés
Manuel López Obrador, ganaron escaños en el senado, borrachillas
improvisadas y bravuconas, bajunas y mal habladas, como Alejandra León en Mexicali; o representantes de la traición y el
sablazo, como la también peladita y vulgar, Lucía Meza, la mujer que Graco
Ramírez tanto quiere y que Rodrigo
Gayosso tanto ocupa.
Lo
anterior podría ser lo de menos, lo demás, es el caso de un tal Lobito,
un sujeto llamado Francisco Antonio
Villalobos Adán, a quien se registró como relleno en la fórmula para la
presidencia municipal de Cuernavaca y, luego de que José Luis Borbolla, fue desconocido como candidato, presuntamente
por no haber renunciado a tiempo a la presidencia del PES… ¡Sorpresa!, el Lobito
se despertó siendo alcalde electo. Igualito que el asno de la parábola del
burro que tocó la flauta.
Hoy,
Cuernavaca presenta señales de choque entre el comité nacional del Movimiento de
Regeneración Nacional (Morena), que preside Citlali Ibáñez Camacho, alias Yeidckol
Polevnsky Gurwitz que, de buenas a primeras vino a enfrentar a los
cuernavacenses y a levantar la mano a aquel sujeto que no representa ningún
otro interés que el del Diario de Morelos,
y junto con ese pasquín, apuntala la voracidad de los directivos que, en los
años más recientes se han convertido en una pandilla de extorsionadores, pero
también en empleados de Graco Ramírez
quien me dicen que es el verdadero dueño de la empresilla de quinta.
La
tal Yeidckol, sin conocer; sin haber
visto en su vida al mamarracho apodado El Lobito¸vino y soltó: “en
Cuernavaca, tenemos presidente municipal de lujo”.
Tal afirmación,
la hizo la presidenta nacional de Morena, al reunirse en Xochitepec, con
estructuras y presidentes municipales, diputados locales, diputados federales y
senadores electos, en donde refrendó su apoyo a Francisco Antonio Villalobos Adán.
Y obvio, en el
evento estuvo Rabindranath Salazar
Solorio, el Coordinador Estatal de programas sociales, designado por el
mismísimo Andrés Manuel López Obrador,
quien se ha empezado a mostrar como el enemigo número uno de Cuauhtémoc Blanco Bravo; el ejemplo más
claro, es lo ocurrido en Xochitepec, en donde evidenció que irá en contra de
todo aquello que disponga el futbolista,
como llama despectivamente a gobernador electo de Morelos.
Lo que
desconoce la señora que preside Morena, por imposición de Andrés Manuel, es que el tal Lobito, es un vulgar extorsionador
que a su paso por el ayuntamiento de Cuernavaca, se trepaba en la camioneta con
los inspectores y se ponía al frente de la extorsión a establecidos irregulares
y de las corretizas a ambulantes muertos de hambre que salen a la calle a
vender cualquier fritanga, para llevar la comida a su familia.
No sólo eso,
el enfrentamiento que decidió Rabindranath
con Cuauhtémoc, lo llevó a violentar los compromisos que abanderó el tabasqueño:
No mentir, no robar y no traicionar. Los ejemplos a la mano: ya está vendiendo
posiciones en las delegaciones federales, que ahora serán coordinaciones y,
obvio, se empezó a reunir con empresarios “honestos”, dos de ellos de los que
trabajaron con Graco, sólo que con
otro registro, pero con las mismas mañas.
No más como
adelanto, ahí les va a los seguidores del “honestísimo” orgullo de Tejalpa: las
reuniones que ha sostenido con los interesados en “ayudar” a Andrés Manuel, han sido en una casa en
Ávila Camacho y quien funge como acomedido enlace, es Carlos Riva Palacio Thán quien, por cierto, va a aparecer en alguna
posición federal en Morelos, al igual que la ex regidora de Cuernavaca, en el
trienio de Manuel Martínez Gartrigós, Vera
Sisniega.
Por cierto, un
amigo muy cercano, radicado fuera del estado hace más de dos décadas, apostó 50
mil pesos a que el tal Lobito no toma posesión y, si llega
a rendir protesta, no tarda 30 días en el cargo.
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