TERTULIA POLÍTICA
Derechos humanos
De quienes compiten en busca de la presidencia de la CEDH,
sólo hay tres personas con posibilidad de devolver
la vocación al organismo, María Guadalupe
Ampudia González, Clara Elizabeth
Soto Castor y Lucio Alfonso Rubio Antelis.
Los tres son especialistas en el tema; los 3 son honorables;
los 3 viven alejados del escándalo y los 3 tienen
el talento, para alejarse de actitudes protagónicas
que tanto dañan y han dañado al organismo
sólo hay tres personas con posibilidad de devolver
la vocación al organismo, María Guadalupe
Ampudia González, Clara Elizabeth
Soto Castor y Lucio Alfonso Rubio Antelis.
Los tres son especialistas en el tema; los 3 son honorables;
los 3 viven alejados del escándalo y los 3 tienen
el talento, para alejarse de actitudes protagónicas
que tanto dañan y han dañado al organismo
Pedro Martínez
Serrano
A lo largo de 35 años de
ejercicio periodístico, lo mismo en Morelos que en otras entidades del país, especialmente
en Baja California, me ha tocado conocer a verdaderos defensores de derechos
humanos, por ejemplo mi amigo José Luis
Pérez Canchola, a Raúl Ramírez Baena
y al Director del Centro Binacional de Derechos Humanos, Víctor Clark Alfaro; también a personas
comprometidas con la defensa de los migrantes, como Claudia Smith; Enrique
Morones, de Ángeles de la Frontera y muchos más.
Durante
más o menos 10 años, tuve a cargo la cobertura de los temas de defensa de derechos
humanos y atención a grupos vulnerables, en el entonces influyente periódico El Mexicano; atendía también grupos
religiosos, entre los que se multiplican las personas atentas a las necesidades
del prójimo en condición de vulnerabilidad.
No
recuerdo escándalos, como los que se viven en Morelos, ni la rabiosa guerra y golpeteo
bajuno y cobarde, como el que se registra en la lucha por la presidencia de la
Comisión Estatal de Derechos Humanos que, al final de cuentas, es una encarnizada
disputa por el control del presupuesto de un organismo que, con Jorge Arturo Olivares Brito, pasó a una
condición caricaturesca.
Su
imposición, por parte de los integrantes de la legislatura anterior (excepto Hortensia Figueroa Peralta) ,
especialmente con el voto perredista, cabildeado directamente por el ex
gobernador, fue una maldición más de Graco
Ramírez a los morelenses y sus instituciones; esa comisión pasó a ser un
ente burocrático, sometido al saqueo orquestado por un sujeto acostumbrado a
burlarse de la ley y con fundadas sospechas de ser acosador sexual, golpeador
de mujeres y ladrón que protege a ladrones. Ese es Jorge Arturo Olivares Brito.
Alejado,
muy lejano de los principios que mueven a las personas con vocación humanista, el señor Olivares es tramposo, ventajoso, mentiroso y difamador. Se quería
quedar al frente de esa comisión, a partir de un recurso legaloide, que le fue
desechado.
Creo
conocer el perfil de un defensor de derechos humanos y casi ninguno/a de los
que buscan suceder al señor Olivares
Brito, me parece siquiera un conocedor del tema. Son vulgares burócratas,
entre ellos golpeadores de mujeres, abusivos de las personas en condición profesional
u ocupacional inferior; burócratas pues que babean por el control del
presupuesto de la CEDH. No hay vocación.
Olivares Brito es un sujeto bajuno,
simulador, ventajoso y exponente de la política de la bicicleta, se agacha con
los de arriba y patea a los de abajo. Es
vengativo. Yo mismo he sido, soy objeto de sus campañas de difamación, desflemadas
y sin dar la cara, porque es un cobarde que se esconde en las enaguas de la
mujer en turno y/o en el anonimato.
Me ha acusado
de extorsionador, de abusador sexual, de ladrón y de muchísimas cosas más, que son
prácticas que sellan su conducta, con las que me ha hecho favor, junto con los
gatos de Lucía Meza y Rafael Reyes Reyes, presidente
municipal de Jiutepec (muy proclive a enviar amenazas. Ya lo hizo conmigo), de
que quienes los ven o escuchan, califiquen de manera aprobatoria mi actividad.
De entre quienes compiten
en busca de la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, creo que
sólo hay tres personas que merecen el cargo, con posibilidad de devolver la
vocación a ese organismo, María
Guadalupe Ampudia González, Clara
Elizabeth Soto Castor y Lucio
Alfonso Rubio Antelis. Los tres son especialistas en el tema; los 3 son
honorables; los 3 viven alejados del escándalo y los 3 tienen el talento, para
alejarse de actitudes protagónicas que tanto dañan y han dañado al organismo.
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