lunes, 28 de noviembre de 2016

TERTULIA POLÍTICA

Al perro que tiene dinero se le llama señor
perro / Proverbio árabe

Cinismo legislativo / Gayosso / Cuauhtémoc

Pedro Martínez Serrano
Los diputados integrantes del Congreso morelense perdieron la dignidad, se volvieron cínicos, ladrones, mentirosos y serviles y, aunque hay excepciones, es verdaderamente vergonzoso lo que hoy ocurre, porque no hay precedente; ni la anterior legislatura reptó, se arrastró y aceptó ser el estercolero del Ejecutivo, como hoy sucede; nunca antes tampoco, tantos diputados habían actuado con tal servilismo a los caprichos del poder y, a cambio de dinero, se han sumado al partido en el gobierno, dejando de lado la voluntad del electorado.
Hoy los legisladores se dan golpes de pecho y se exponen al ridículo sin ningún recato; lo hacen por igual el presidente de la Junta Política, Julio Espín Navarrete, el mismo al que se asocia a grupos criminales; que la raterilla de poca monta y hoy nueva millonaria, gracias a comisiones y pagos por servicios prestados al Ejecutivo, Beatriz Vicera Alatriste, la presidenta de la Mesa Directiva, la misma que se robaba los cambios mientras fue sirvienta y, luego, asistente, de Maricela Sánchez, a quien juraba lealtad y hoy difama a placer. Incluso ha hecho circular entre sus nuevos patroncitos copia de comprometedores videos.
Como nunca antes, varios diputados pelean por quedar bien con Graco Ramírez, pero más, con el presidente estatal del PRD, Rodrigo Gayosso quien es el que paga; el que manda, el que ordena qué hacer y qué no; quien somete y arrodilla a placer a varios representantillos populares, especialmente a Julio Espín, Batriz Vicera, cabecillas de la operación política al servicio del corrupto hijastro.
El tema más reciente, es la separación del cargo del presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, a iniciativa de un grupo de regidores que cobran en la Nómina Gayosso, quienes cuestionan y acusan por todo y por nada, al analfabeta que despacha como alcalde y lo hacen por instrucciones del presidente del PRD en Morelos.
Aquella locura de Rodrigo Gayosso, misma que emprendió para rescatar el control del dinero del ayuntamiento de Cuernavaca, pero también para anular las posibilidades del futbolista por contender por la gubernatura, es secundada con obediencia y agachonería por un grupo de diputados, especialmente aquellos que traicionaron al electorado y, a cambio de un tambache de millones de pesos, se unieron a la bancada perredista en la legislatura; además de Julio Espín, Silvia Irra Marín, Edwin Brito Brito y a José Manuel Tablas Pimentel.
En el colmo del abuso, el señorito Gayosso acuerda con Julio Yáñez, el diputado por el PSD, partido que llevó a Cuauhtémoc a la alcaldía, que sea él quien asuma la presidencia municipal, lo que no es imposible si se toma en cuenta que el control del Congreso lo tiene el perredista que, a su vez, quiere el control de los recursos del municipio, pero también de su nómina.
La caída de Cuauhtémoc Blanco no tiene reversa, es un hecho que se resolverá antes de finalizar el año, aunque creo que el autor intelectual de ese golpe político al futbolista analfabeta, no ha calculado el revire, el durísimo efecto de esa decisión tramposa, como tampoco lo han previsto los legisladores que, aunque lo nieguen, están arrodillados, inclinados a placer del perredista, entre ellos Carlos Alaniz, coordinador de los panistas y, obvio, el vicioso defensor del graquismo, Jaime Álvarez Cisneros, además de los representantes del PRD en la legislatura.
Frente al sacrificio de Cuauhtémoc Blanco, que no de José Manuel Sanz, su ex representante, que ahora es también aliado de Gayosso, como lo es también el locutor Juan José Arrese, los imbéciles que cobran como diputados en la nómina perredista, no han calculado el rudísimo cuestionamiento social que provocará aquella complacencia al hijo de Elena Cepeda.

El reclamo es sencillo: ¿Por qué a Cuauhtémoc si y a Graco no?... 

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