miércoles, 14 de junio de 2017

TERTULIA POLÍTICA

Moneda de cambio


Pedro Martínez Serrano
La de Morelos, es una gubernatura que me da la impresión que se negocia a placer e interés de actores políticos de la federación, más allá de lo que a la ciudadanía convenga, sin importar en absoluto el abandono, el rezago a que se condene a nuestra entidad. Lo importante es el dividendo económico y político que beneficia sólo las cúpulas del poder, incrustada en la federación. Tengo la impresión de que Morelos, en el contexto nacional, no es más que una simple y devaluada moneda de cambio.
Ejemplo de lo anterior, es lo que ocurrió a inicios de 2012, cuando los intereses de los morelenses, en este caso del segmento que milita o simpatiza con el PRI, fueron pisoteados por Miguel Ángel Osorio Chong, todavía secretario de Gobernación, para imponer como candidato a la gubernatura al peor de los aspirantes: José Amado Orihuela Trejo.
En aquella oportunidad, los precandidatos priistas fueron, entre otros, Jorge Morales Barud, Guillermo del Valle Reyes y Manuel Martínez Garrigós. Cualquiera de los tres, de haber contendido en contra de Graco Ramírez, lo habría derrotado sin problema.
Sin embargo, por una rara decisión del comité nacional del PRI, en manos entonces de Osorio Chong, Emilio Gamboa y Pedro Joaquín Coldwell, se decidió la candidatura a favor de quien garantizaba la derrota priísta, el desprestigiado entonces y más ahora, Amado Orihuela Trejo quien perdió entonces hasta en la casilla de su domicilio particular. El de mazatepec, por el PRI, como Adrián Rivera Pérez, por el PAN, permitieron que el corrupto, represor y simulador Graco Ramírez se levantara con el triunfo, para desgracia de los morelenses.
Hoy en el PRI, quien se mantiene leal a su partido y con una trayectoria sin tacha o coqueteos y servicios en favor de la oposición, es el delegado del ISSSTE, el ingeniero Guillermo del Valle Reyes quien, por cierto, me dicen que en breve dejará su cargo, para ir en busca de la candidatura, cuya asignación propone, sea consecuencia de un registro condicionado a la presentación de 10 mil firmas auditables y, luego de ello, que se realice una encuesta telefónica en presencia de todos los aspirantes y/o sus representantes, a fin de que el más popular sea quien vaya a la contienda.
En el mismo sentido, si el PRI fuera solo o encabezara una coalición como ocurrió en el Estado de México y el candidato surgiera de sus filas, entonces hoy, creo que entre los enlistados por la candidatura se encuentran, el mismo Guillermo del Valle, el diputado federal Matías Nazario Morales; el ex presidente municipal y ex gobernador sustituto, Jorge Morales Barud y el hoy diputado local y ex diputado federal, Francisco Moreno Merino, así como la senadora Lizbeth Hernández o la diputada federal Rosalina Mazari Espín, además de la ex legisladora federal e integrante del comité nacional, Maricela Velázquez.
En el terreno de los priístas, me parece ocioso incluir nombres como el de Amado Orihuela Trejo, hoy al servicio del PRD y su presidente estatal, Rodrigo Gayosso; el delegado de Sedesol, Jorge Meade Ocaranza quien hace mucho dejó de ser priísta, para repartir su tiempo en andarse estirando pellejos y cuidar los negocios que tiene con Graco Ramírez o al representante estatal de la CTM, Vinicio Limón Rivera, el enloquecido mesiánico que hoy actúa como un vulgar remedo del gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez El Bonco, por aquello de que se siente con el tamaño para ir como candidato independiente.

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