CARTA ABIERTA
Cuernavaca, Mor., a 1 de noviembre de 2019
Lic. Andrés Manuel López Obrador,
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos
1 de diciembre de
2018 – 30 de noviembre de 2024
P R E S E N T E
Señor Licenciado Andrés Manuel López
Obrador, CIUDADANO presidente de la República, lo llamo por su nombre, porque
es lo correcto, porque lo conozco, aunque usted no a mí; lo llamo CIUDADANO,
porque eso es lo que es, eso es lo que nos hace iguales, lo que nos otorga los
mismos derechos como mexicanos, aunque no las mismas obligaciones, la suya, es
la de mayor envergadura y responsabilidad en el país, la que exige cordura,
sensatez, honorabilidad y, sería ideal, preparación. Eso es lo que somos,
personas con nombre y apellidos, por tanto, le ruego que no me llame, que no me
acuse, que no me tache como si fuera un producto defectuoso, de chairo o de
fifí. Vayámonos respetando.
Me dirijo a
usted, porque a partir de aquel momento en que planteó tener otros datos, con
el tema relacionado a la caída del empleo en el país, el 20 de junio de 2019, “y
con todo respeto”, como antepone cada que se pitorrea u ofende a la prensa y a
quienes hacemos periodismo, como a las empresas que nos contratan para mantener
miles de fuentes de empleo, sus villanos favoritos somos los periodistas, en
contra de quienes usted promueve, rabiosas campañas de difamación, a quienes se
persigue y acusa de chayoteros, como lo hacen en las miles de cuentas de redes
sociales de sus afines.
Dice usted
tener otros datos, pero esos datos no coinciden con la lacerante realidad que
reportan las calles y avenidas, a lo largo y ancho del país, los pueblos y
ciudades se bañan de sangre, se convierten como nunca en cementerios a cielo
abierto.
Y ante el
reclamo, ante la exigencia de seguridad, su respuesta es la misma, es la lucha
de la honestidad ¿valiente? Que usted acaudilla, de manera acertada o incorrecta,
según quién lo califique, en contra de “los conservadores”, esos que antes
fueron la mafia del poder y cuyas cabezas visibles son Vicente Fox Quesada y Felipe
Calderón Hinojosa.
Ellos, los expresidentes,
se fueron hace años y es usted y nadie más, quien los mantiene con una
sorprendente vigencia, gracias a la furiosa campaña de revanchismo que sostiene
en su contra. El primero, Fox, acusado de mariguano, porque buscó la
legalización de esa hierba, que ahora usted empuja, con el apoyo y sumisión de
sus correligionarios en el Senado de la República y la Cámara de los Diputados
Federales. De aprobarse, le pregunto: ¿tendremos que acusarlo a usted de mariguano?
A Felipe
Calderón Hinojosa, “el borolas” como usted lo llama y hace que lo adjetiven sus
seguidores, lo responsabiliza de la inseguridad que usted y su equipo, han sido
incapaces de contener. Puede usted tener razón, sólo que a lo largo del sexenio
del michoacano, no hubo un solo día que se permitiera la humillación, la falta
de respeto y el pisoteo, que usted ha permitido y hasta ha aplaudido, en
agravio de las instituciones que fueron las más honorables, las más respetables
y serias del país: El Ejército y la Marina Armada. No, don Andrés Manuel, las
cosas no van bien y sus datos no son correctos.
Señor Presidente,
cuando está usted a punto de cumplir 66 años de edad, el próximo 13 de
noviembre, y a 11 meses exactos de que inició su gobierno, le ruego, le suplico
le pido encarecidamente, que reconsidere su actitud revanchista, vengativa y
supere su resentimiento con las instituciones nacionales.
Cuide su
salud, porque a su edad un coraje, un enojo mal calculado, puede tener
consecuencias delicadas en su precaria y desgastada condición corporal,
especialmente en lo que al corazón refiere.
No hable de
paz, cuando a diario y durante horas, agravia, agrede y ofende a quienes no
piensan como usted, a esos que una ocurrencia, como muchas tantas que ha
tenido, los llama fifís.
Cuando habla
de amor, téngase amor a usted mismo y, demuestre en los hechos que ama a
México. Cuando cuide su salud corporal y emocional, generará un ambiente de
confianza nacional.
No se desgaste
con peroratas tediosas, tanto como inútiles que nada bueno reportan al país,
más que el desgaste de su presidente de la República y la preocupación de que
algo le ocurra, porque entonces, el conflicto en que entraría nuestra nación,
sería incalculable.
No basta
reconocer errores y ser transparente, cuando a usted le conviene, y en esa ruta
pasarse el día, escupiendo barbaridades en contra de la prensa y de quienes la
construimos a diario, muchos de nosotros, desde las únicas trincheras de libertad
que quedan y, afortunadamente se multiplican: las redes sociales, como cada
quién las conciba, entienda y ocupe.
Puede usted
compararse con quien le venga en gana; tengo conocidos que se sienten Napoleón,
y se visten como tal; otros tantos, han imitado a grado de someterse a
cirugías, a personajes de historieta y dibujos animados; Kent, un muñeco de plástico,
es el más socorrido en el intento de muchos de evadir la realidad.
Usted puede
sentirse Dios, Jesucristo o Mahoma, lo mismo da, sabe perfectamente que no lo
es, como tampoco su sentimiento sería trascendente, si no se tratara de que,
quien lo supone y se lo cree, es nada menos que quien representa los intereses
de todos los mexicanos: el presidente de la República.
Señor López,
lo que ocurrió en Sinaloa, cuando un grupo criminal arrodillo al Estado
Mexicano, debe ser superado, no insista en el tema, porque cada que lo toca,
con todo y que nos quite o ponga el bozal, como lo deben usar quienes colaboran
a su lado, para no molestarlo con comentarios realistas, entierra más su imagen
y credibilidad.
Por cierto, su
transparencia se refleja en cristal ahumado, que sólo trasluce y muestra, lo
que usted decide. Exhibir el nombre de un mando militar con una responsabilidad
tan alta en el combate al narcotráfico, es algo gravísimo, aunque usted aligere
su culpa atribuyendo el hecho, a que es parte de la transparencia con que debe
actuar el estado, porque ya no es como antes.
El presidente,
el responsable de la política nacional, no debe de entrar en debate con los
medios de comunicación, ni a través de ellos, con los grupos de la cúpula
empresarial o quienes disienten con su forma de hacer las cosas.
Usted es el jefe
del Ejecutivo Federal, hasta el 30 de septiembre del 2024, ni un segundo más, ni
una hora más, cuídese, cuide su salud y su reputación, porque como mexicano, me
preocupa profundamente el caos, al que nos podría arrinconar si algo le llegara
a pasar, a su salud física o emocional, porque entonces, estaríamos peor y más extraviados
que hoy.
Respetuosamente
Pedro Martínez Serrano
Así es como deben poner en su lugar a esta persona,que fué electa para gobernar a México y que lejos de hacerlo, se la pasa perdiendo el tiempo en el monólogo de su mañanera, mintiendo sobre la seguridad y la situación económica del país, evadiendo con chistes, burlas, amenazas y comentarios que nada tienen que ver con las preguntas que los periodistas le hacen, sobre los asuntos realmente importantes para el País,los cuales el presidente debería dominar.
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