martes, 12 de noviembre de 2019


El Financiero / Opinión / Uso de Razón

Otro peldaño a la tiranía
En caso de aprobarse la ley que quiere sacar
adelante Morena, un funcionario le puede quitar
a un opositor, empresario que no se alinea,
o a personas que el gobierno deteste, todo su patrimonio

Pablo Hiriart
Dos veces perdió la votación Morena en la Cámara de Diputados para aprobar reformas a la Ley de Instituciones de Crédito, y aun así no acepta la derrota: hoy se dispone a forzar una nueva votación sobre lo mismo. Y así sucesivamente hasta que algún día ganen.
¿Por qué es vital para el gobierno reformar esa ley? Porque le da atribuciones a la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda para aplicar la extinción de dominio a cuentas bancarias que ella misma ordene congelar por presunciones de un ilícito.
Por la sola presunción de la UIF, se congela una cuenta y se aplica la extinción de dominio –el gobierno te quita el patrimonio–, sin que haya una autoridad imparcial ante la cual defenderse.
Con ello se borra del proceso acusación-defensa a una figura esencial en una democracia: el juez.
La tiranía que teje Morena no acepta derrotas legislativas. Avanza por las buenas o por las malas.
Si pierden una votación para imponer a la recomendada del Presidente en la Comisión Nacional de los Derechos humanos, en contra de la ley porque Rosario Piedra no cumple requisitos, hacen fraude.
Cuando pierden la votación en San Lázaro para convertir a la Unidad de Inteligencia Financiera en acusadora y juez al mismo tiempo, sus diputados se le van encima cual porros a la presidenta de la Cámara y ordenan repetir la votación una y otra vez.
Me explico:
La reforma plantea que la Unidad de Inteligencia Financiera pueda ordenar a un banco congelar cuentas bancarias, que el banco avise al perjudicado, y que la UIF pida la extinción de dominio a la Fiscalía General de la República (FGR).
Con eso violan el artículo 14 de la Constitución, que a la letra dice: “Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento”.
Ahí está toda la diferencia.
Con la ley que pretende imponer Morena, se elimina la obligación de que sea “la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento” y se le transfiere esa facultad al banco, que no es autoridad competente, sino un simple particular.
De esa manera, la UIF le ordena al banco congelar la cuenta, el banco le avisa al perjudicado (por mail, WhatsApp o correo ordinario) y la UIF le solicita a la FGR la extinción de dominio.
No hay posibilidad de defenderse ante un juez.
La UIF te acusa, el banco te notifica, y de la noche a la mañana pierdes los ahorros de toda tu vida, por la simple presunción de Santiago Nieto y de quienes le sucedan en el cargo en los siguientes sexenios.
En caso de aprobarse la ley que quiere sacar adelante Morena, un funcionario le puede quitar a un opositor, empresario que no se alinea, o a personas que el gobierno deteste, todo su patrimonio.
Se trata de una legislación 'soviética' y anticonstitucional.
Primero los diputados priistas Enrique Ochoa y Dulce María Sauri, luego la diputada de Morena, Lidia García Anaya, interpusieron una reserva a esa ley (proveniente del Senado), para hacer obligatorio el precepto constitucional de que sea “la autoridad competente” quien notifique y fundamente al perjudicado que su cuenta ha sido congelada.
De esa manera se puede acudir ante una autoridad imparcial –el juez– para entablar una defensa.
Con esta ley no: congela la UIF, avisa el banco, y hay que ir a la UIF a defenderse en un plazo de diez días... a ciegas, sin conocer los motivos de la acción. Y es la propia Unidad de Inteligencia Financiera la que procede a solicitar la extinción de dominio a la FGR (por una presunción)
¿Y el juez? ¿Y el debido proceso? ¿Y la Constitución?
El ciudadano ya no se defenderá ante un juez, sino ante la UIF, que es la parte acusadora.
Con esa medida se le está entregando al Ejecutivo el mayor instrumento de coerción sobre las personas que hayamos conocido hasta ahora.
Incluso diputados de Morena percibieron la atrocidad que se pretendía cometer y votaron para frenarla. Y se frenó con 225 votos a favor y 223 en contra.
Otra vez se votó, a ver si Morena juntaba los votos que le faltaban para ganar y pasar la medida. Tampoco pudieron.
Y como el Presidente los regañó en Palacio Nacional, pues se trata de una pieza importante del andamiaje de la tiranía que construyen, hoy forzarán una nueva votación... sobre un proyecto que ya han votado dos veces.

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