TERTULIA POLÍTICA
Cárdenas / Gasolinazo
/ López Portillo / Rechazo nacional
“A los desposeídos y marginados
si algo pudiera pedirles sería perdón,
por no haber acertado todavía
a sacarlos de su postración” /
José López Portillo /
1 de diciembre de 1976
si algo pudiera pedirles sería perdón,
por no haber acertado todavía
a sacarlos de su postración” /
José López Portillo /
1 de diciembre de 1976
Las condiciones de explotación,
casi de esclavitud, en que laboraban los trabajadores de las compañías
petroleras de origen extranjero, sin control alguno y en agravio de amplísimos
sectores de nuestro país, fue lo que motivó al general Lázaro Cárdenas del Río, a aplicar la Ley de Expropiación en vigor
en aquel momento.
Aquel
18 de marzo de 1938, el entonces presidente de la República apuntó que la
decisión cumplía el propósito “no sólo para someter a las empresas petroleras a la obediencia y a la sumisión,
sino porque habiendo quedado roto los contratos de trabajo entre las compañías
y sus trabajadores, por haberlo así resuelto las autoridades del trabajo, de no
ocupar el Gobierno (…) las compañías, vendría la paralización inmediata de la
industria petrolera, ocasionando esto males incalculables al resto de la
industria y a la economía general del país.
En
aquel momento de toma de decisiones comprometidas con el bienestar de los
mexicanos, el presidente Cárdenas recordó:
“Se ha dicho hasta el cansancio que la industria petrolera ha traído al país
cuantiosos capitales para su fomento y desarrollo”.
Advirtió
también ante la nación entera, atenta al anuncio que consumaba la expropiación
petrolera:
“Esta
afirmación es exagerada. Las compañías han gozado durante muchos años, los más
de su existencia, de grandes privilegios para su desarrollo y expansión; de franquicias aduanales; de exenciones fiscales y de prerrogativas innumerables, y cuyos factores de privilegio, unidos a la prodigiosa potencialidad de los mantos
petrolíferos que la nación les concesionó, muchas veces contra su voluntad
y contra el derecho público, significan casi la totalidad del verdadero capital
de que se habla;
Riqueza
potencial de la nación; trabajo nativo
pagado con exiguos salarios; exención
de impuestos; privilegios económicos
y tolerancia gubernamental, son los factores del auge de la industria del
petróleo en México”.
Aquellos
puntos que motivaron la decisión cardenista, de sacar de México la explotación
de nuestros recursos y la esclavitud de nuestros hermanos, fue echada abajo por
una runfla de sujetos antipatriotas, sin escrúpulos que hoy ven la política
como una franquicia, como el conducto para enriquecer en forma desmedida.
REFORMA ENERGÉTICA
El 12 de diciembre
de 2013, Enrique Peña Nieto envió la
iniciativa que derivó en la aprobación de la reforma energética, el 11 de
diciembre de 2013, en el Senado de la República y por la Cámara de Diputados un
día después.
Como lo apunté
en su oportunidad, la reforma energética es el instrumento mediante el cual, el
gobierno de la República se encargó, con el cuento de la libre competencia, a
la que no estamos acostumbrados en México, de tender el sólido andamiaje, que
soporta la rapiña que ya empezaron las grandes firmas petroleras que, mediante
prestanombres, desvalijarán al país; se alistan para terminar con nuestro
recurso natural más valioso: el petróleo.
No sólo eso,
lo más grave, indica el histórico de operación de las gasolineras, la
explotación laboral en ese ese sector es rudísima. Hoy por cada 10 trabajadores
de una estación de gasolina, si acaso uno cobra, es el capataz que controla los
ingresos a costa de la esclavitud de despachadores que no tienen ninguna
prestación, ni siquiera la entrega del uniforme.
Y lo anterior
no va a cambiar, la explotación laboral y de recursos va a aumentar. La
liberación del precio de las gasolinas va a provocar condiciones de
inestabilidad y especulación, como la que ya se resiente en varios estados de
la república.
Afortunadamente
José López Portillo está muerto, de
otro modo volvería a morir de la vergüenza de ver cómo se desmantela al país,
como de su llamado del “tenemos que acostumbrarnos a administrar la abundancia”,
en nuestro país se pasó al diseño de las estrategias del desastre, del atraco,
como el que se consumará mañana en agravio de todos los mexicanos.
“A los
desposeídos y marginados si algo pudiera pedirles sería perdón, por no haber
acertado todavía a sacarlos de su postración”, dijo López Portillo el 1 de
diciembre de 1976, en la ceremonia de su toma de posesión.
Hoy, 40 años
después, la deuda ha incrementado exponencialmente, hasta colocar en
condiciones de miseria a cuando menos 60 millones de mexicanos y, con ello,
acrecentar la riqueza, la fortuna de unos cuantos, hasta incluirlos en las
listas de Forbes, como los hombres más ricos del mundo. Son mexicanos
beneficiarios del sistema, en los gobiernos de todos los niveles, a los que
controlan a billetazos, tirándoles algunas limosnas.
Lo
que hoy sucede con la liberación del precio de la gasolina, es un acto
abominable de especulación, a favor de inversionistas extranjeros,
acostumbrados a despellejar países, como está a punto de suceder en México.
Sobre
el tema, recuerdo lo que apuntó José
López Portillo, el 1 de diciembre de 1982, en su último informe:
“La especulación (…) se traduce
en una multiplicación de la riqueza de unos pocos sin producir nada, y proviene
necesariamente del simple despojo de los que producen. A la larga conduce
inevitablemente a la ruina. En efecto, nuestro país, dadas sus carencias
acumuladas y su dinamismo social, no tiene margen para permitir el desarrollo
de las actividades especulativas”.
LATROCINIO NACIONAL
La gran estafa, esa muerte
lenta a la que se nos condenará a los mexicanos, con el altísimo incremento
a los precios de los energéticos, agravia, ofende, nos irrita a todos, porque
mientras que se aplica un aumento de precio, con sabor a robo, la
impunidad de los círculos de poder crece.
Y
esa impunidad crece, porque el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, resultó un vividor, un saqueador, un sujeto que
ha aplicado el nepotismo en grado superlativo, que ha permitido el saqueo
nacional, mientras que no se toquen los intereses personales o de su familia.
Bajo
esa premisa que reparte que algo queda y/o has pobra que algo sobra, el
gobierno mexicano ha raído todos los vericuetos, todos espacios en los que operan
los poderes, lo mismo dependencias del ejecutivo federal, que el legislativo,
el judicial y, los gobiernos de los Estados. Nadie se salva a ser señalado como
ladrón, estafador que se enriquece a costa de los mexicanos.
Y
eso ocurre por culpa y únicamente por culpa de un Ejecutivo Federal cobarde,
ladrón, como Enrique Peña Nieto y su
operador de la política interna, Miguel
´pAngekl Osorio Chong quienes han dejado hacer y dejado pasar.
Los
ejemplos sobran, como el caso de Javier
Duarte de Ochoa, que no dejó ni cachos buenos en Veracruz, en donde se alió
con el narcotráfico y el crimen organizado en sus diferentes modalidades, con
tal de robar a todos y robarse todo.
Hoy
ese saqueo voraz, indiscriminado, que incluye lo mismo una engrapadora o un
paquete de hojas bond, hasta millonarias mansiones o bienes del estado, casas
blancas y más y más, sólo es posible, porque todos son cómplices, los que
mandan y los que obedecen, los que auditan y los auditados.
Resulta que el
Auditor Superior de la Federación, Juan
Manuel Portal Martínez, se la pasa repartiendo estrellitas en la frente de
gobernadores corruptos. Aplaude a rabiar la administración de Francisco Vega de la Madrid, evidenciado hasta el cansancio por
ratero; Graco Ramírez, de Morelos,
es elogiado un día si y otro no por el auditor, mientras que en esa entidad, no
hay nadie que no sepa que es reterísimo y padrastro del también raterazo Rodrigo Gayosso Cepeda.
El
Auditor Portal Martínez se cansó de
elogiar a Javier Duarte de Ochoa,
por ser un gobernador correcto y sin observaciones a su administración y hay que
ver en lo que derivó su “honestidad”.
Hoy
a unas horas de que se consume el mayor atraco nacional, para beneficiar a gasolineros
ladrones, que dan litros incompletos, adulteran el producto y, además son
explotadores, el rechazo nacional empieza a desbordarse. Tengo la impresión que
se jaló de más la liga y amenaza con reventarse.