lunes, 26 de septiembre de 2016

TERTULIA POLÍTICA

En Colombia vivimos este fenómeno en los años ochenta cuando
el terrorismo y la corrupción propia de los grandes carteles
desafiaron abiertamente la fuerza pública, la justicia,
el periodismo, los partidos políticos, los organismos de control
y los intelectuales independientes. Nadie podía considerarse
a salvo de los disparos de sus sicarios suicidas
o de los cheques corruptores de sus cuentas
bancarias escondidas
: Ernesto Samper Pizano ex presidente
de Colombia / El País edición impresa /
Martes 5 de octubre de 2010

Colmbianización








Pedro Martínez Serrano
Lo ocurrido ayer con la ejecución del conocido promotor deportivo Pablo Moreno López, junto con su pareja Macarena Sierra Paz, es un asunto profundamente delicado y preocupante. Por enésima ocasión muestra el fracaso de los programas de seguridad pública, pero también el cinismo del gobernador Graco Ramírez, que se empeña en mantener la fallida estrategia denominada Mando Único que, por cierto, ha dado sobrada muestra de que no sirve, más que para enriquecer a la cúpula policiaca de la entidad, encabezada por el tijuanense Jesús Alberto Capella Ibarra. 
El asesinato de Pablo y Macarena se registró al mediodía de ayer, a las puertas de su domicilio en la calle 2 de Abril esquina con Poder Legislativo, de la colonia El Empleado, una de las arterias más transitadas de la ciudad. Lo ocurrido nos muestra la colmbianización de nuestra entidad. 
Además del lamentable saldo, dejó en claro que el tema de las cámaras de seguridad, fue sólo promesa de campaña, pero también que el cacareado C-5, inaugurado por Miguel Ángel Osorio Chong, no ha servido para nada, más que para reportar comisiones millonarias a quienes operaron la construcción de ese Centro de Control y Mando, que tuvo un costo de mil 200 millones de pesos.
En noviembre de 2014 el Secretario de Gobernación, vino a Morelos a escupir elogios a Graco y a su C5; sobre el particular, en su boletín número 4431, la oficina de prensa del gobierno estatal, destaca que Osorio Chong ratificó el respaldo de Gobierno federal a las entidades, y en particular al estado de Morelos, con quien se comprometió a entregar mayores recursos económicos para la compra de más cámaras de video vigilancia.
El C5 opera con apoyo de 400 cámaras de video vigilancia, y en los meses siguientes se sumarán 700 más, lo cual garantiza la seguridad de las familias morelenses.
Pues precisamente sobre el tema de las cámaras de seguridad, hay que anotar que no se conoce asunto resulto con el apoyo de esa herramienta, por una sencilla razón, más de la mitad de ellas no funciona, a consecuencia de que los software no coinciden con la marca del equipo. Hay que anotar que hay cámaras rusas de deshecho, que se compraron en 3 dólares y se facturaron hasta el 7 mil 500 dólares.
El asesinato del promotor deportivo cobra mayor preocupación, porque nos recuerda que estamos huérfanos en materia de seguridad, que las corporaciones policiacas están sometidas a la componenda y complacencia de grupos criminales, que operan impunemente en nuestra entidad.
En este lamentable asunto, se quiera o no reconocer, comparte la responsabilidad, la complicidad en las decenas de asesinatos que se han registrado en Morelos, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, directamente responsable de mantener a Graco Ramírez al frente del gobierno del estado, aún contra el rechazo de los morelenses a su permanencia en la entidad.
Y frente a los ríos de sangre que inundan nuestra calles, consecuencia de la inseguridad, no nos queda más que asumir medidas personales de protección, la más importante de ellas, la que tiene que ver con el cuidado de no transitar cerca de una patrulla del Mando Único y, mucho menos, caminar cerca de un policía.
Yo mismo he sido víctima de persecución intimidatoria y amenazante de la policía del Mando Único, como también del espionaje oficial, de oficinas al servicio de Graco Ramírez, encabezadas por pendejos y fanfarrones que se empeñan en entrar a mis correos electrónicos, en los que no van a encontrar otra cosa, que lo que repito a diario: tenemos un gobierno corrupto y cómplice de criminales.
Dentro de esa misma persecución y amenazas, me he visto obligado a cambiar mis números telefónicos casi cada 6 meses. A fines de febrero, un amigo tijuanense se comunicó conmigo y a bocajarro del año anterior, sin preámbulo, ni saludo de por medio, me dijo: cambia tu número de teléfono. Están escuchando tus llamadas. Para probar su dicho, me puso al oído un par de conversaciones en las que fui grabado.
Hace unos días, un par de amigos personales, me regresaron llamadas telefónicas que yo no les hice; no te alcancé a contestar, me dijo una de ellos que más tarde me mostró el registro de las tres llamadas que presuntamente le había hecho desde mi teléfono. Otra vez cambié mi número telefónico.
Aunque casi estoy acostumbrado a la persecución y las amenazas del gobierno, en enero de 2015, decidí dejar la casa que habitaba en el Poblado de Santa María Ahuacatitlán, por una sencilla razón: tres veces por semana, subía por ahí de las 11:30 de la noche con destino a mi domicilio y, entre diciembre de 2014 y enero anterior, se multiplicaron los acompañamientos policiacos hasta el frente de mi casa.
En cuanto pasaba por el mercado de Buena Vista, arrancaba una patrulla del Mando Único que me seguía hasta mi domicilio. Invariablemente paraban enfrente, mientras yo abría y cerraba el portón de mi cochera.
Luego de varios días, cruce la carretera federal y les pregunté si se les pregunté qué se les ofrecía; la respuesta fue clara: nos aseguramos de que llegue bien a su casa; no le vaya a pasar algo, ya ve cómo están las cosas para algunos.

Así las cosas, el cobarde asesinato de Pablo y Macarena, me hicieron recordar que el responsable directo de lo que pasa en Morelos, tiene nombre y apellido: Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación.

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