TERTULIA POLÍTICA
Voto parejo / dictadura
para el senado no voy a votar por Lucía
Meza, hacerlo beneficiaría
a los intereses de Rodrigo Gayosso y (…) Elena Cepeda,
esa mujer con piel aterciopelada y hocico de carretonero
o borracho buscapleitos, ya ni siquiera de Graco, que ya es un viejo enfermizo y con el corazón destartalado
a los intereses de Rodrigo Gayosso y (…) Elena Cepeda,
esa mujer con piel aterciopelada y hocico de carretonero
o borracho buscapleitos, ya ni siquiera de Graco, que ya es un viejo enfermizo y con el corazón destartalado
Pedro Martínez Serrano
El candidato presidencial mejor
posicionado, Andrés Manuel López Obrador
recorre el país, pidiendo el voto parejo, porque dice que “el voto no es por
una persona sino para transformar al país”, por lo que rechaza el sufragio
cruzado y, una y otra vez pide, exige a sus simpatizantes el voto 'parejo',
para todos los candidatos de la coalición Juntos
haremos historia.
El llamado de Andrés Manuel lo retoman lo mismo los priístas
que los panistas; llaman también al voto útil, buscando que el segundo lugar se
beneficie del descontento, poco o mucho, que exista en contra del tabasqueño.
Ambas
ocurrencias me parecen una irresponsabilidad; la primera, porque invita, atiza
el ánimo a construir una dictadura, en donde, como en los mejores momentos del Maximato
priísta, el Congreso de la Unión; los congresos locales, se convierten en
circos, en los que sus integrantes pelean, compiten por complacer “al jefe”.
Y
no hay que ir muy lejos por la respuesta sobre lo que ocurre cuando el congreso
se arrodilla, en este caso, al gobernador en turno, el también tabasqueño Graco Ramírez quien, habilidoso,
tramposo y acostumbrado a transitar por los caminos del soborno y la extorsión,
convirtió a la actual legislatura en una caricatura mal hecha de la pluralidad
y el equilibrio de poderes.
Todos
y cuando digo todos, es todos los diputados de la actual legislatura le
entraron al maiceo, que coordinó primero Francisco
Moreno Merino, luego Jaime Álvarez
Cisneros y, más reciente, la diputada Hortensia
Figueroa Peralta, junto con Julio Espín
Navarrete.
Cada cual en su
momento, ha entregado maletines llenos de billetes, en cantidades que van de
acuerdo al nivel de cada uno de los que los reciben; quien nunca ha tenido, con
migajas se conforma y quienes nacieron en pañales de seda como Mario Chávez Ortega, recibieron dinero,
pero también favores, dejando de lado, orinando arriba de la estirpe de que es
heredero: nieto de Lauro Ortega Martínez.
Si
con todo y el voto diferenciado, hay que ver lo que nos ha pasado en Morelos,
en donde Graco Ramírez endeudó y
saqueó al estado; golpeó políticamente a presidentes municipales y adversarios
políticos; todo lo hizo sin contrapesos, con un Congreso perruno, sometido y
complaciente a los caprichos no solo del gobernante, también de su esposa, la
señora Elena Cepeda, esa mujer con
piel aterciopelada y hocico de carretonero o borracho buscapleitos; los diputados,
todos, absolutamente todos fueron serviles, agachones y cómplices de los
desplantes, propios de los de su tipo, de Rodrigo
Gayosso Cepeda quien, por cierto, se prepara para huir de nuestra entidad.
El
llamado al voto parejo, me parece un contrasentido de la democracia; veamos:
para presidente de la república, hay que votar por quien uno crea que es el
mejor, pero que él lo sea, no quiere decir que, por ejemplo, en el PRI, Carlos Romero Deschamps, el dirigente
del sindicato petrolero lo sea; él, Romero,
al amparo del poder ha saqueado hasta hartarse; como lo hicieron en su momento Elba Esther Gordillo, hoy una de las
operadoras de Andrés Manuel López
Obrador quien, de un plumazo ha purificado a hamponsetes probados; en el
PAN, el ladrón, el corrupto y socio de grupos criminales, es nada menos que el
candidato presidencial, Ricardo Anaya
Cortés sobre quien, la red está inundada de grabaciones pidiendo dinero y
favores para proteger a delincuentes.
Volviendo
a Morelos, claro que bajo ninguna circunstancia voy a votar de manera uniforme;
si mi voto fuera para Andrés Manuel y
Cuauhtémoc Blanco, para el senado no
voy a votar por Lucía Meza, hacerlo
beneficiaría a los intereses de Rodrigo
Gayosso, ya ni siquiera de Graco, que
ya es un viejo enfermizo y con el corazón debilitado.
No votar por Lucía afectará a Ramsés Salazar, pero ni modo, es el precio de las coaliciones, en
las que se infiltran basura y traiciones. Obvio que tampoco votaré por el
candidato del PRI, Verde y Nueva Alianza, Ángel
García Yáñez, un narcotraficante de poca monta que desde sus años de alcalde
en Zacualpan de Amilpas, operaba una red de vendedores de cocaína. Ahí la
afectada será la joven política priísta Lilia
Ibarra.
En la diputación
federal, si mi voto es en Cuernavaca, tengo la alternativa de Daniel Altafi, un candidato
independiente, verdaderamente ciudadano e interesado en servir; creo que nadie
más vale la pena para recibir mi voto. Creo que todos son oportunistas,
advenedizos y cómplices de Rodrigo
Gayosso; hay que revisar las historias y relaciones de familia y ahí nos
vamos a dar cuenta.
Claro que en
el distrito IV, aunque votara por Andrés
Manuel y Cuauhtémoc, jamás lo
haría por el “padrotillo” Jorge Argüelles,
el imbécil que propuso que Belinda,
la cantante defraudadora, se hiciera cargo de la comisión de rescate de los
afectados de los sismos.
En Morelos, se
repite la película de las diputaciones locales y candidatos a alcaldes, hay advenedizos que por haberse
mudado a las siglas de la coalición Juntos haremos historia, se sienten
purificados, santificados y ganadores, pero hay que tener cuidado primero
anular mi voto, que dárselo a ladrones, como muchos que irán en las boletas.
Lo que me
queda claro, perfectamente claro, es que ninguno de mis votos será para nadie
de quienes tengan la menor, la más mínima cercanía con Rodrigo Gayosso, el “Gayo-Ladrón” infiltró a todos los partidos,
sobornó dirigentes y ha ensuciado el proceso, con un solo objetivo: evadir la
cárcel de alta seguridad que lo espera pronto, muy pronto.
El voto parejo
es un retroceso democrático, sobre el que hay que tener mucho cuidado.