TERTULIA POLÍTICA
Los estertores de Bañón en el
SNTE
Pedro Martínez Serrano
Crecida al amparo de su relación con
Raymundo Valdivia Hernández, hasta
abril pasado poderoso colaborador del dirigente del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan
Díaz de la Torre, la secretaria general de la sección XIX, Gabriela Bañón Estrada agoniza al
frente de ese organismo gremial.
Los
estertores en la señora Bañón, han
provocado que vaya de tropiezo en tropiezo; que el arrebato, la deslealtad y la
traición, sean su moneda de cambio. Por eso, la ofensa y el gritoneo, son cada
vez más frecuentes, en agravio de sus colaboradores e iguales.
Los
signos de su caída son claros, primero en abril anterior, Juan Díaz decidió remover de la primera posición del listado de
plurinominales, por la primer circunscripción a Raymundo Valdivia Hernández; se colocó en su lugar, para asegurar una
curul en la próxima legislatura federal; sin el apoyo de su amante en turno, Bañón Estrada perdió también la
oportunidad de ser, cuando menos, diputada local por la vía plurinominal.
Me dicen
que al interior de la sección XIX, son pocos los que aguantan a la Bañón, cuyos arrebatos y gritos, cada
vez más frecuentes, sustituyen su torpeza y falta de talento, a grado tal de
que ha llegado a manotear a varios de sus colaboradores, no sin antes
pendejearlos, como quien se ve al espejo para buscar responsables de sus
errores.
Proclive
a las relaciones de ocasión, siempre que le signifiquen beneficios, ha sido
incapaz de ofrecer lealtad al proyecto al que se debe, que es al del Partido
Nueva Alianza, el que representa en el terreno de la política, los intereses
del magisterio. Bañón está en todos
lados, menos en donde debe y está obligada a estar y a apoyar.
En
el apartado de la candidatura al gobierno, la dirigente de la sección XIX,
ayuda lo mismo a Rodrigo Gayosso,
que a Fidel Demédicis, ese “amor”
con el que disfrutó la adrenalina de ser descubierta, hasta que lo fue en el
estacionamiento de un supermercado. Olvida que el ex rector de la UAEM, el
pusilánime y apocado Alejandro Vera Jiménez,
es el abanderado del partido del magisterio.
Y
no sólo en el ámbito estatal, la señora Bañón
le juega las contras a sus representados y a su dirigente nacional, Juan Díaz de la Torre; no, también en
las candidaturas federales se ha colocado del lado de cualquiera, menos de los
abanderados del partido.
El
ejemplo a la mano:
Hace
unos días, en Cuautla, Gabriela Bañón protagonizó
un arrebato, un desproporcionado ridículo, cuando en un encuentro entre
candidatos de la coalición Todos por México, la misma que lleva como candidato
presidencial a José Antonio Meade, intentó
cuestionar la presencia de representantes del Partido Revolucionario
Institucional (PRI), partido que cedió la primera posición al senador, al
aliancista Ángel García Yáñez
El
intento de dividir y alejar a las estructuras priístas de los candidatos de la
coalición en la que participa Nueva Alianza, fue abucheado por los presentes,
la mayoría de ellos, profesores de la región oriente.
Así,
cercanos a la cúpula magisterial en el país, me comentan que Gabriela Bañón se ha convertido en un
lastre; en un estorbo para el dirigente nacional, Juan Díaz quien, para resolver el problema, piensa ya en removerla
del cargo.
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