TERTULIA POLÍTICA
Gatopardismo
Pedro MARTÍNEZ SERRANO
El 9
de octubre de 2012, 8 días después de que el todavía gobernador asumió
la titularidad del Ejecutivo estatal, titulé la Tertulia Política como
Gatopardismo, ante la clara evidencia de que todo cambiaría para
seguir igual. Se consumó la creación de cinco secretarías, que no fue más que
modificar estructuras, para designar a igual número de sujetos con el cargo de
secretarios y, con ello, pagarles sueldazos y permitirles la operación de
rabiosas redes de corrupción.
Apunté
entonces:
La Nueva Visión de Morelos, sello que Graco decidió
imponer a lo que empieza a ser su administración —que se supone concluye
el 30 de septiembre de 2018—, en tan sólo una semana, se deja ver como un burdo
gatopardismo, cuya definición más clara, apunta que Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie.
(El gatopardo (Wikipedia, la enciclopedia libre) —novela
escrita por Giuseppe Tomasi di Lampedusa, entre finales de 1954 y
1957— narra las vivencias de Don Fabrizio Corbera,Príncipe
de Salina, y su familia, entre 1860 y 1910, en Sicilia… Si queremos que las cosas sigan como están,
las cosas van a cambiar, esta conocidísima frase simboliza la
capacidad de los sicilianos para adaptarse a lo largo de la historia a los
distintos pueblos que han gobernado esa hermosa isla, pero también la intención
de la aristocracia de aceptar la revolución para poder perpetuar su influencia
y poder).
Y es que el tabasqueño que gobierna Morelos, aprovechó bien y bonito la
condición zalamera que asumió al momento del triunfo de Enrique Peña
Nieto, para encontrar en la cúpula nacional del PRI, el apoyo requerido
para modificar las estructuras del gobierno del Estado y, casi de facto, el
Poder Legislativo local le avalara la creación de 5 nuevas Secretarías. Cambiar
para seguir igual.
Hoy a 42 meses y 4 días de que cayó la maldición tabasqueña en Morelos, se acredita que los cambios no
fueron para mejorar, fueron para robar, para proveer a integrantes de la pandilla herramientas más eficaces
para el saqueo. La oficina de comunicación social, hoy en manos de un extraño,
como todo lo que rodea a Graco, dejó
de ser secretaría, lo que coincidió con la salida de su titularidad del jefe del cártel del Diario de Morelos, el licenciado Jorge López Flores.
El gatopadismo ha servido sólo
para
atizar el descarado saqueo en que incurren Graco y su familia, cuyo
principal beneficiario es su hijastro, Rodrigo
Gay-Osso Cepeda quien a su vez, tira algunas migajas para que se beneficien
sus hermanastros, en especial Pablo
Ernesto Ramírez Durón, encargado de costosísimas producciones publicitarias
para televisión, desde empresas operadas con prestanombres. A Pablito, como lo llama su madrastra Elena Cepeda, se le favorece también
con la operación de la secretaría de turismo, en donde se colocó como titular,
a su pareja Mónica Reyes Fuchs.
Pero eso no es lo más grave, lo
que cambió para estar igual, incluso
para estar peor que nunca, fue el tema relacionado con la seguridad pública,
cuya operación se ve como un negocio y no como una política pública, encaminada
a resolver la inseguridad que golpea a los morelenses, pero también que enluta a miles de familias e inunda con ríos de sangre a los 33
municipios.
Así, el Mando Único esa figura amorfa a través de la cual se operan los
sistemas de seguridad pública en Morelos, no es más que un instrumento a través
del cual se roban los recursos que etiqueta la federación a favor de los
municipios para la prevención del delito, pero también su operación se
encuentra en manos de un sujeto con un alto perfil criminal, como lo es el
tijuanense Jesús Alberto Capella Ibarra,
ese sujeto mentiroso, represor y vengativo a quien ha acompañado la sospecha de
que sirve a grupos criminales.
Hoy los integrantes de la
policía del Mando Único no son
mejores, son también una pandilla criminal asociada a grupos delincuenciales,
lo mismo de secuestradores, que de roba carros y, desde luego, de traficantes
de narcóticos que hoy, más que nunca, trabajan en la más absoluta impunidad en
Morelos. Saben que los cuidan, que los protegen desde la Comisión Estatal de
Seguridad Pública y, por eso, en los municipios, no hay quién los moleste.
La carnicería en que se ha
convertido Morelos, que un día sí y otro también, registra asesinatos y
descuartizados, es consecuencia única y exclusivamente, de que las autoridades
protegen a los criminales, de otra forma, no se contarían más de 130 ejecutados
en los primeros 96 días del año, además de los secuestros que no se denuncian,
como tampoco se reportan los robos de vehículo con violencia y los cobros de
piso, que en extensas zonas del estado, golpea con rudeza a los empresarios.
Lo peor de todo, es que ya no
se puede denunciar, porque cuando se recurre a la autoridad, no se sabe de qué
lado se está, si de los delincuentes o de los ciudadanos: hay quienes han
denunciado cobro de piso y/o secuestros y de inmediato hay revancha, por una
sencilla razón el Mando Único y la Fiscalía General trabajan para los grupos criminales.
En el tema de la seguridad
pública y la procuración de justicia, como en el resto de las estructuras del
estado, Gatopardismo puro todo
cambia, para que todo siga igual.
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