La siguiente entrega de Prohibido Prohibir, fue lanzada por el periodista Javier Jaramillo Frikas y circuló por medio de mi base de correos electrónicos exactamente el año anterior y, gracias a la memoria digital del Facebook, hoy nos recuerda la sorprendente vigencia que cobra, frente al momento electoral que vive el país en 14 estados.
Aquí la columna completa del año anterior:
Prohibido Prohibir
30 de mayo del 2015
¿Ha perdido Graco la razón?
… hagamos una oración por el Estado y los que aquí vivimos
primero, y la siguiente, guardando cada quien
su posición ideológica, partidaria, religiosa, porque
el señor gobernador de Morelos, Graco Ramírez
Garrido Abreu, vuelva en sí, le regrese la cordura
y no eche esos tambos de gasolina almacenados
en sus enconos, al ya encendido Morelos
su posición ideológica, partidaria, religiosa, porque
el señor gobernador de Morelos, Graco Ramírez
Garrido Abreu, vuelva en sí, le regrese la cordura
y no eche esos tambos de gasolina almacenados
en sus enconos, al ya encendido Morelos
Javier Jaramillo Frikas
Ni adivinos, tampoco pitonisos, simplemente hechos públicos
indican una contundente y peligrosa verdad: el gobernador Graco Ramírez Garrido
Abreu, frustrado por su mal candidato en Cuernavaca, Jorge Messeguer G, va al
extremo y con acciones continuas, evidentes, con sus huellas, enloquece en la
búsqueda de criminalizar, terminar de ensuciar la elección de Cuernavaca. En
sentido contrario a lo que afirma el gobierno federal vía el titular de Gobernación,
Miguel Ángel Osorio Chong, que en el país esperan elecciones tranquilas excepto
siete entidades que no incluyen a Morelos, la apuesta última de Graco es
enlodar, quizá sangrar y llenar de estiércol los comicios en el lugar donde su
obligación es generar condiciones de garantía a la sociedad. No hay que llorar
para entender que al gobernador de esta bendita tierra tan maltrecha por
sujetos como él, Morelos como un todo, le importa una reverenda chingada. ¿Cómo
querer a la tierra que le ha dado de comer, si está (en su estado mental)
encima de todos? No exageramos si repetimos que el lamentable gobernador del
Estado, se encuentra a punto o en la frontera de perder la razón. Sí, sus actos
desorbitados, fuera de todo ejercicio político, ya no inquietan, pretende que
aterroricen. ¡Qué alguien lo detenga! Sigue gobernando con pantaloncillos
cortos pero armas peligrosas en su mente, y sus manos.
Iniciemos…
Se culpa al pueblo de tener los gobernantes que elegimos.
Pero no lo merecemos, ha sido menos capaz y más peligroso que cualquiera que
esté en los registros de la historia constitucional de esta entidad. Tampoco
somos sabios. Pero sería irresponsable no apuntar lo que hace con la
complicidad de muchos medios, del pago de gacetillas –publicaciones pagadas
letra por letra a buen costo— o notas chorizo como la de Reforma hoy en contra
de la candidata del PRI, Maricela Velázquez Sánchez en una gráfica con Federico
Figueroa, hermano del talentoso hijo adoptivo de Morelos, Joan Sebastián, a los
que exilió denunciando públicamente el propio gobernador por sus presuntos
nexos con grupos criminales. Dicen que tuvo un desencuentro con Federico
Figueroa y de ahí su obsesión. ¿Por qué no los metió presos? Ya vemos a Joan
Sebastián, enfermo, en silla de ruedas, con un megáfono exigiendo al gobernador
en la plaza pública, que si algo les conoce, los lleve donde corresponde, y si
no, que les pida perdón ahí mismo. ¿Se imaginan? Un jefe del ejecutivo con ese
tipo de información no la ventila, primero actúa y luego la comparte con la
sociedad. ¿Por qué Graco en función de gobernador, no inicia carpetas o pone
elementos a la federación en contra de todos los que sospecha o sepa son
delincuentes y están inmersos en la vida política y pública? Es su obligación.
En sentido opuesto, actúa como un gástrico editor de nota roja, que el papel,
las ondas hertzianas y hoy las redes sociales (donde es rechazado él y su
compañía enorme de operadores) hagan su parte y él dicta. Es lo suyo. Otra,
casi lo vemos, será tomar plumones, cartulinas y encargar a quienes corresponda
levantar o tirar cadáveres, que coloquen para el gusto morboso de Nota
Policiaca y quienes la sigan, que tras los reformazos que su mal soñada –no
puede dormir, se atraviesa en sus sueños cuando lo logra— Maricela Velazquez,
amanezca como jefa o parte de un grupo de la delincuencia organizada. Hoy
cualquier persona que sea mal vista por el gobernador o sus empleados del área,
puede ser criminalizado y terminar con su vida y de sus familias. No conocemos
a Federico Figueroa pero hemos crecido con la música amorosa y comprometida
socialmente de Juan Manuel, el famoso y reconocido Joan Sebastian, desde que su
padre traía al centro la leche de sus vacas desde los límites de Atlacomulco y
Satélite. Es sello de Casa de Gobierno o Casa Morelos, como insiste y no
funciona, se llame el edificio de la administración estatal, aventar el lodo y
esconderse tras los ventanales.
A contar cuantas carpetas abre la Fiscalía, qué número de
detenidos levanta el Mando Único en los pocos días que faltan, que por los
números, condiciones y ánimo social, en Cuernavaca le es adverso al modesto,
lastimado, candidato fallido de Graco, un buen hombre de nombre Jorge Messeguer
al que, cual bravucón de pulquería, lo envía lo mismo a jalonear a Luís Miguel
Ramírez del PAN, que a no dejar comer a Cuauhtémoc Blanco del PSD sus mariscos
con Tía Licha. El infructuoso proyecto de Ramírez, aterrorizado de su ex amigo
y neurótico patrón, prefiere salir a buscar pleitos a las calles de Cuernavaca,
que volver a su cuartel para rendirle cuentas tristes al hombre que lo ha
mantenido los últimos 25 años. Cercanos a Messeguer afirman que tiembla de
cuerpo entero, se come los labios, conforme se acerca al juicio diario, que es
un monólogo estridente y con sapos y serpientes, con un empleado limitado a
llorar en una silla mientras su jefe acaba hasta con su corbata y sudoroso y
casi lo estruja como muñeco.
Graco y El Jarocho
El pasado de los personajes nunca deja de existir y Graco
evidencia su tendencia, proclividad y pasión por La Nota Roja, igual que en su
trabajo con Jorge Carrillo Olea que años después, en sociedad con un personaje
del mundo oscuro apodado El Jarocho de apellido Yepez, le generó una tormenta
que nunca pudo sacudirse el entonces ejecutivo Sergio Estrada Cajigal Ramírez.
Lo que podía ser un guion pre o fabricado por El Jarocho y Graco tuvo en la
cárcel hasta que murieron, dieron perdonados por vejez y más que caridad o
siguen en prisiones de máxima seguridad, a jefes policiacos involucrados en el
narcotráfico, digamos Alberto Pliego Fuentes, Agustín Montiel López y Raúl
Cortés Galindo El Mico. Incluso a su propio informante El Jarocho, que años
pasó –o sigue— en la cárcel, sin la ayuda de su socio y compañero de portadas en
la nota roja—policiaca, Graco.
Todos tenían que ver con el crimen organizado, acertó El
Jarocho y encontró en Graco un buen apoyo. Obviamente, los reflectores, con El
Jarocho también encarcelado, buscó Graco llevarse todos, qué importaba si por
la noche semejara una luciérnaga. Así ha sido siempre. Le gusta la adrenalina y
procesar fichas delictivas, su tarea para muchos gobiernos federales antes de
ser el mandatario de Morelos.
La insistencia de este espacio en advertir la clara
intención de criminalización de las elecciones y que tiene sus orígenes y
razones en el mismísimo Graco: su incapacidad de administrar y su personalidad
para ganar adversarios en la sociedad, lo ha llevado a escenarios donde tiene
que aflorar los únicos talentos que se le conocen: informante de fuentes del
poder desde su etapa estudiantil, burócrata de una izquierda ya inexistente a
la que ha servido como doble agente con el gobierno, instrumento oficial de
presión con políticos incómodos del tipo de Carrillo Olea o Estrada Cajigal. Es
lo que sabe hacer. Y un punto que siempre le reconocimos en persona y en
público: domina estrategias mediáticas, normalmente de destrucción, ha sido
implacable desde las sombras.
Expuesto por su triunfo electoral del 2012, Graco nunca ha
dejado sus estrategias de trabajo y quiso gobernar Morelos con las herramientas
de siempre ahora modernizadas y con presupuesto sin revisión, y ahí los
resultados: repudio, desaprobación, dudas y el reconocimiento a su capacidad
para sumar, a todos, en su contra. Su mal gobierno, su grisácea administración,
sus errores en buscar la continuidad con cercanos escuálidos, sin formación,
personalidad y lo más grave, sin vínculo sanguíneo, amoroso, de compromiso con
Morelos. Quizá sus asesores lo advirtieron, pero quién cambia la instrucción de
una persona que tiene un tanto de Stalin, otros de Mussolini y Hitler, que
además domina la nota roja con la habilidad de Matarili y opera a lo Pancho
Galindo Ochoa, una institución del priato que no pagaba para que le pegaran.
Graco trae influencias de históricos, no para bien.
Dos aspectos: el legal y el mediático. En el primero que
proceda en contra de los delincuentes que hace públicos o los que pretenda. Y
el mediático le funciona como golpe estridente no tanto de precisión, justo cuando
las manecillas electorales marcan un minuto para la hora. Si son los que no
coinciden con su fallido gobierno, tendrán que comprar miles de esposas,
firmes, para poner las manos por detrás y enfilarse en La Cuerda. Se anota el
que escribe. ¿Qué se va o no? Es ese otro punto. Hoy, en este segundo, a las
20:10 del sábado 30 de mayo del 2015, hagamos una oración por el Estado y los
que aquí vivimos primero, y la siguiente, guardando cada quien su posición
ideológica, partidaria, religiosa, porque el señor gobernador de Morelos, Graco
Ramírez Garrido Abreu, vuelva en sí, le regrese la cordura y no eche esos
tambos de gasolina almacenados en sus enconos, al ya encendido Morelos, una
mayor parte por él y los que le obedecen fielmente con el miedo claro en sus
rostros.