lunes, 16 de mayo de 2016

TERTULIA POLÍTICA

Locura política

Pedro Martínez Serrano

Lo que hoy sucede y como se hace política en Morelos, es motivo de vergüenza, Los años en que los políticos de nuestra entidad brillaban en el contexto nacional, por su personalidad y el profesionalismo que se les reconocía, quedaron atrás. Hoy, puras vergüenzas. Tenemos un gobernador que no gobierna; senadores de risa, abusivos, improvisados y fanfarrones y diputados federales del montón, que se pierden entre los 500 que no hacen, más que atiborrar el recinto legislativo y levantar la mano, de acuerdo a lo que dicta el pastor de la borregada partidista a la que pertenecen.
Pero lo anterior es lo de menos, lo demás es la locuaz conducción del estado, que se le desmorona en las manos a un tabasqueño extraviado en la soberbia y la voracidad; un trastornado con poder que se empeña en negar la realidad social, política y económica que nos golpea con rudeza. Graco Ramírez no sabe gobernar un estado pequeño, de una extensión territorial reducida y de escaso alcance en el plano electoral nacional.
Y como muchos loquillos, evadidos de su realidad, que se ridiculizan apuntándose como posibles candidatos a la gubernatura, desde el fanfarrón Vinicio Limón Rivera, cuestionado secretario general de la CTM Morelos, que pretende copiar la fórmula de Jaime Rodríguez Calderón El Bronco, hasta el pernicioso y millonario diputado federal panista, Javier Bolaños Aguilar, como los oportunistas senadores Fidel Demédisis y Rabindranath Salazar Solorio o, en el PRI, Amado Orihuela Trejo, ese bravucón fracasado que no gana ni la casilla donde vive, allá en Mazatepec, el gobernador Graco Ramírez se dice ahora aspirante presidencial.
La maldición tabasqueña, como llaman a Graco en Morelos, anda enloquecido, cree que en realidad puede ser candidato presidencial por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), lo que claro que no sucederá, al menos en ese organismo político. Esa posición ya está reservada, ya le puso su nombre el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa.
Y aunque Graco ha aprovechado bien y bonito el rebote, ser en más de una ocasión el tercero en discordia, ese al que las posiciones le caen gracias a negociaciones tramposas y los servicios prestados al partido en turno en la presidencia de la república, en su momento a Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y hoy a Enrique Peña Nieto, la candidatura presidencial por el PRD no la va a conseguir; el suyo es un perfil muy reducido, muy cuestionado y con picante sabor a pitorreo, agachón y servil, cínico y desvergonzado.
Con ese estilo conchudo y huele moles, Graco anda de recorrido en el país, apoyando según él a los candidatos a la gubernatura de alguno de los estados en contienda, que se disputarán el 5 de junio próximo, y lo hace acompañado de un maletín lleno de billetes, para comprar menciones y elogios panfletarios en periódicos, noticieros de radio y telediarios; para dictar notas que lo encarten como aspirante presidencial.
Estoy seguro que Graco sabe que su tiempo en el PRD ya terminó; ya hizo el daño que debía de hacer, para convertirlo en pellejos de la política partidista, al menos en Morelos. Graco sabe que no será candidato presidencial, lo que en realidad busca es comprar impunidad y atajar la acción de la justicia que, al aplicarse, lo llevará a la cárcel, para terminar sólo, preso y apestado.
Si políticos de la talla, del tamaño y la personalidad de Lauro Ortega Martínez y Antonio Riva Palacio López o, el gran desarrollador industrial de Morelos, Emilio Riva Palacio no pensaron siquiera en ascender a la candidatura presidencial, a Graco no queda más que pedirle seriedad, como también al dueño del partido Movimiento Ciudadano, el veracruzano Dante Delgado Ranauro quien, no tengo ninguna duda, será el encargado de vender esa postulación al tabasqueño, a cambio de un tambache de billetes, de esos que el gobernador tiene embodegados por montones, gracias al saqueo en que ha incurrido en agravio de los morelenses.
Así las cosas, queda perfectamente claro que Graco Ramírez no tiene ni el tamaño, ni el talento, mucho menos el apoyo del perredismo nacional para lograr la candidatura presidencial, por eso, luego de agotar las negociaciones, para ver qué le cae a cambio de declinar en su aspiración, irá a la compra de la candidatura al Movimiento Ciudadano, sabe que Dante Delgado es proclive a vender todo, incluida la copia del padrón nacional electoral.

Mientras tanto, hay que seguir padeciendo los efectos de la evasión de la realidad de parte de Graco y quienes le hacen comparsa en el gobierno federal, particularmente el secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

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