TERTULIA POLÍTICA
Niños y trabajadores
Pedro Martínez Serrano
La reciente celebración del día del niño y del trabajo, sirvió a políticos oportunistas y aventureros del sindicalismo, para fanfarronear y mostrar una generosidad de pacotilla; primero se
burlaron de quienes menos tienen, con el regalo de juguetes de quinta, pagados con dinero ajeno para los menores, y
luego, ayer obligaron a marchar a miles de jefes de familia, para mostrar el músculo sindical y político
de ilusos que se creen con oportunidad de conseguir la gubernatura en 2018.
En el primero de los casos,
representantes populares de todos los niveles, agotaron los juguetes de baratija de los mercados de
la entidad, para atiborrar bolsas de plástico transparente, que dejaran ver la miseria gigante, casi con tufo a basura, que desparramaron en poblados en los que habitan
las personas de menos recursos; las más desfavorecidas.
Así el listado es largo,
larguísimo, de los generosos diputados y
regidores que se trasladaron a
Santa María Ahuacatitlán, Chamilpa, Buena Vista del Monte, La Lagunilla,
Temixco y más poblados y municipios, para engordar caldos de cultivo electoral en el estado. Fueron a tirar pelotas,
muñecas y más hule barato, casi de
desecho.
A ese generoso como ofensivo
ejercicio, se sumó desde luego la instancia protectora de la niñez y la
familia, el sistema DIF estatal, ese que preside la belicosa y peleonera señora
Elena Cepeda de León quien, me
dicen, no deja pasar oportunidad de aprovechar celebraciones, para incurrir en
irregularidades en la aplicación del presupuesto que tiene asignado (http://www.launion.com.mx/morelos/politica/noticias/88441-exhiben-a-nivel-nacional-anomalias-del-dif-morelos.html).
Y no por la abundancia de los recursos que maneja, dejó de repartir baratijas
de quinta para los menores.
Sindicalismo aventurero
En ese marco de celebraciones lucidoras, miles de
trabajadores fueron obligados ayer a marchar por las calles de Cuernavaca y,
con ello, inflar de puro aire el músculo que presumió el ahora aspirante a
candidato independiente por la gubernatura, Vinicio Limón Rivera el mismo que hasta ahora (luego de que en Nuevo
León, el fantoche Jaime Rodríguez
Calderón se hizo gobernador independiente, producto de una
mezcla de resentimientos y traiciones partidistas), luego de años, décadas de
reptar en el PRI, se colocó del lado de las causas ciudadanas. Pura payasada.
El secretario general de la CTM
en Morelos, central que representa lo peor del sindicalismo en México, exigió a
sus concesionarios,
a sus delegados sindicales en los diferentes municipios, trasladar a Cuernavaca
a los trabajadores afiliados (contra su voluntad) a sus sindicatos, con un solo
propósito: mostrar un músculo que no tiene y lo sabe, tan lo sabe, que ha sido el
hazmerreir lo mismo del gobierno del estado, encabezado por su amigo y cómplice
Graco Ramírez, que por agrupaciones
gangsteriles de su misma ralea, como el Nuevo Grupo Sindical, de Bulmaro Hernández.
Lo que intentó mostrar Limón Rivera, atiborrando la ciudad de
unidades del transporte público de los 33 municipios, fue que tiene lo
suficiente para ser candidato independiente a gobernador y ganar.
En el fondo, la realidad es otra,
buscó llamar la atención del Revolucionario Institucional (PRI) para, llegado
el momento, conseguir alguna candidatura, pues en los años más recientes se le
ha ignorado, por una sencillísima razón: su nombre agravia a los trabajadores,
lo rechazan, porque saben que los contratos colectivos de trabajo, casi cartas de
cesión de esclavitud, son avaladas por él, a cambio de millonarias ganancias
que acumula de las muchas ramas en que se divide el sector productivo al que se
somete a la componenda sindical.
Lo mismo transportistas, que trabajadores
de jornal de 8 horas de maquiladora o de empresas prestadoras de servicios,
vinieron a Cuernavaca, obligados por la amenaza del descuento o el despido.
Siempre ha sido así, por eso el músculo mostrado, no es más que aire, una botarga
destartalada que amenaza movilizarse, activarse y fortalecerse, precisamente en
contra de quien intentó vender en un millón de pesos, el movimiento en contra
de la modificación a la ley del servicio civil, propuesta por Graco Ramírez.
Igual que el rector de la máxima
casa de estudios, Alejandro Vera Jiménez,
que también se sumó a las marchas obreras, el senador Fidel Demédisis, el primero como independiente y el segundo como
abanderado del PRD, están condenados a la derrota electoral, en caso de buscar
la gubernatura. A Vera no le alcanza
con el voto de los universitarios y a Demédisis,
ir por el PRD es lo que lo llevará
a la derrota.
La disputa en 2018, creo, se
volverá a dar entre el Revolucionario Institucional y Acción Nacional, porque
luego de pasar el filtro del gobierno, Cuauhtémoc
Blanco Bravo, ya mostró que no es lo mismo ser popular que responsable; que
no es lo mismo meter goles que cumplir compromisos.
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