martes, 28 de febrero de 2017

TERTULIA POLÍTICA

Plurinominales

Pedro Martínez Serrano
Luego de que el presidente en Morelos del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el señor Rodrigo Gayosso Cepeda anunció “su” decisión de proponer al Congreso que, dentro de la reforma del Estado, se reduzca el número de diputados plurinominales de 12 a 6, el asunto no tiene reversa, así se hará.
Y no se requiere ser mago, para entender que la orden del señor Gayosso, el hijastro del gobernador Graco Ramírez, será acatada por los legisladores sin chistar, hay que recordar que casi no hay diputado que no busque complacer al presidente perredista. Sabe que cada levantón de mano, a gusto y complacencia “del patrón”, significa de menos un millón de pesos más al colchón.
Porque así se resuelven hoy las cosas al interior del legislativo, esa instancia saturada de parásitos, vividores y aventureros, que no hacen más que enfilar a placer e interés de Rodrigo Gayosso cada una de las decisiones que se toman.
Resultaría ocioso enlistar las aberraciones en que se ha incurrido en el legislativo, sin importar las consecuencias en agravio de los morelenses, sólo hay que mencionar que hoy, el tema de la corrupción quedó institucionalizado, al ser avalado y protegido por la ridícula figura de la Fiscalía Anticorrupción, al frente de cuyo organismo se colocó a un gato de Graco Ramírez, un tal Juan Salazar Núñez.
Ese sujeto beneficiado con la titularidad de esa fiscalía, en cuyo cargo habría quedado lo mismo un perro que un gato, siempre que fuera orden de Gayosso, se encargará de corretear y castigar “corruptos” que se fabriquen a gusto del presidente perredista, por ejemplo los presidentes municipales que se oponen al atender sus berrinches, como Cuauhtémoc Blanco o, su villano favorito, el rector de la máxima casa de estudios, Alejandro Vera Jiménez.
A los indignos diputados morelenses, hoy en el sinónimo de servilismo y corrupción, les vale madre lo que ocurra con sus representados, esos “a los que tanto quieren”, a los que atacan con despensas basura, con servicios de burla, como las trasquiladas que les aplican a quienes, por carecer de dinero, llevan los chamacos al corte de pelo con practicantes.
Esos, los diputados integrantes de la legislatura morelense, si actuaran con responsabilidad, decidirían de una vez y para siempre, la anulación de las diputaciones plurinominales que, como las de representación proporcional, no sirven más que para enriquecer a pendejos y vividores que no tienen más mérito, que la oportunidad de haber comprado el espacio, la candidatura.
El tema es tan amplio, tan de contraluces que requiere un análisis más amplio, que sólo la orden de un imbécil con dinero y en posibilidad de comprar voluntades y decisiones que, por cierto, al final, se arrepentirá, porque luego de 2018, despertará con un partido refundido, si bien le va en la quinta o sexta posición de preferencia electoral, se dará cuenta que la mercancía que ha comprado, léase diputados, regidores y aventureros, le salió mala, porque al final, la mayoría de ellos, regresará a los corrales de los que se brincaron. Al tiempo… Tic… Tac… Tic… Tac

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