TERTULIA POLÍTICA
La dictadura, devoción fetichista por un hombre,
es una cosa efímera, un estado de la sociedad
en el que no puede expresarse los propios pensamientos,
en el que los hijos denuncian a sus padres a la policía;
un estado semejante no puede durar mucho tiempo.
es una cosa efímera, un estado de la sociedad
en el que no puede expresarse los propios pensamientos,
en el que los hijos denuncian a sus padres a la policía;
un estado semejante no puede durar mucho tiempo.
Winston Churchill
La furia del tirano /
El principio del fin
Pedro Martínez Serrano
El gobernador Graco Ramírez anda tenso; las cosas se
le están yendo de las manos; sus aspiraciones se esfuman junto con sus deseos
monárquicos y, para acabarla de chingar,
como se dice coloquialmente, su hijastro lo ha hecho enojar en forma reiterada;
los caprichos de Rodrigo Gayosso no
tienen límite, como tampoco lo tienen los vituperios que le escupe su Elena
quien, día a día, sube el nivel de sus exigencias para complacer a su bebé.
Precisamente, consecuencia de la
tensión que enfrenta el gobernador y los arrebatos de Rodrigo, muy propios de los de su condición, es que hay pleito en
casa. De nueva cuenta los gritos acompañan la hora de los alimentos, esos momentos
que antes disfrutaban trazando rutas de dónde y cómo hacer negocios y sacar
ventaja de la posición de Graco.
Hoy, las cosas son distintas, el
mismísimo gobernador Ramírez ha reiterado
que Rodrigo tendrá que hacer frente a
las consecuencias de sus abusos. Y lo ha dicho en entrevistas en cadena
nacional; en periódicos nacionales y
ante todo aquel que lo ha querido escuchar.
Con todo y las habilidades
políticas que le aplauden sus bufones, con más rabia; más motivados los diputados
y diputadas que, a cambio de unos pesos, decidieron vender su futuro y condenar
sus trayectorias al fracaso, Rodrigo empieza
a tropezar, despertó la furia del tirano;
se sintió superior a quien lo inventó y, por eso, hoy enfrenta las consecuencias.
Para empezar el ridículo a que
fue expuesto ayer en la Plaza de la Solidaridad, en donde anunció con bombo y platillo su segundo informe y,
sorpresa, no fueron ni sus familiares. Rodrigo
Gayosso se quedó solo. El sillerío mostraba la ausencia de perredistas.
No respondieron su convocatoria ni los diputados hoy convertidos en sus gatos;
esos que serviles actúan para complacerlo.
Sólo que hoy la contraorden; la instrucción del patrón: ¡déjenlo solo!, salió de la Secretaría
de Gobierno. Matías Quiroz Medina
movilizó su estructura para que nadie llevara gente, a excepción de los
jovencitos, esos fornidos y acuerpados,
como le gustan, que son los que integran su primer círculo que con dificultad,
reunieron a 200, 250 entusiastas que
presenciaron la feria de la información.
Lo que le sucedió a Rodrigo Gayosso es el principio del fin, el anuncio de que aquellos que indignos,
desleales y agachones se arrodillaron ante él a cambio de dinero, no sirven más
que como bufones, porque ni ellos convocaron a su gente. La orden la dio quien manda: Graco Ramírez.
El mismo Graco enfrentará también lo que ya se vive a lo largo y ancho del
país: las bases perredistas, las masas que se movilizan el día de la elección
presidencial, ya tienen candidato y no es ni él, ni Mancera, ni Aureoles, esos
que trabajan al servicio del gobierno de Enrique
Peña Nieto, no, el candidato del perredismo se llama Andrés Manuel López Obrador, quien será el verdugo que encarcele al
todavía gobernador de Morelos y al ladrón que tiene como hijastro: Rodrigo Gayosso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario