lunes, 13 de marzo de 2017

TERTULIA POLÍTICA

La dictadura, devoción fetichista por un hombre,
es una cosa efímera, un estado de la sociedad
en el que no puede expresarse los propios pensamientos,
en el que los hijos denuncian a sus padres a la policía;
un estado semejante no puede durar mucho tiempo.
Winston Churchill
La furia del tirano / El principio del fin

Pedro Martínez Serrano

El gobernador Graco Ramírez anda tenso; las cosas se le están yendo de las manos; sus aspiraciones se esfuman junto con sus deseos monárquicos y, para acabarla de chingar, como se dice coloquialmente, su hijastro lo ha hecho enojar en forma reiterada; los caprichos de Rodrigo Gayosso no tienen límite, como tampoco lo tienen los vituperios que le escupe su Elena quien, día a día, sube el nivel de sus exigencias para complacer a su bebé.
Precisamente, consecuencia de la tensión que enfrenta el gobernador y los arrebatos de Rodrigo, muy propios de los de su condición, es que hay pleito en casa. De nueva cuenta los gritos acompañan la hora de los alimentos, esos momentos que antes disfrutaban trazando rutas de dónde y cómo hacer negocios y sacar ventaja de la posición de Graco.
Hoy, las cosas son distintas, el mismísimo gobernador Ramírez ha reiterado que Rodrigo tendrá que hacer frente a las consecuencias de sus abusos. Y lo ha dicho en entrevistas en cadena nacional; en periódicos nacionales y ante todo aquel que lo ha querido escuchar.
Con todo y las habilidades políticas que le aplauden sus bufones, con más rabia; más motivados los diputados y diputadas que, a cambio de unos pesos, decidieron vender su futuro y condenar sus trayectorias al fracaso, Rodrigo empieza a tropezar, despertó la furia del tirano; se sintió superior a quien lo inventó y, por eso, hoy enfrenta las consecuencias.
Para empezar el ridículo a que fue expuesto ayer en la Plaza de la Solidaridad, en donde anunció con bombo y platillo su segundo informe y, sorpresa, no fueron ni sus familiares. Rodrigo Gayosso se quedó solo. El sillerío mostraba la ausencia de perredistas. No respondieron su convocatoria ni los diputados hoy convertidos en sus gatos; esos que serviles actúan para complacerlo.
Sólo que hoy la contraorden; la instrucción del patrón: ¡déjenlo solo!, salió de la Secretaría de Gobierno. Matías Quiroz Medina movilizó su estructura para que nadie llevara gente, a excepción de los jovencitos, esos fornidos y acuerpados, como le gustan, que son los que integran su primer círculo que con dificultad, reunieron a 200, 250 entusiastas que presenciaron la feria de la información.
Lo que le sucedió a Rodrigo Gayosso es el principio del fin, el anuncio de que aquellos que indignos, desleales y agachones se arrodillaron ante él a cambio de dinero, no sirven más que como bufones, porque ni ellos convocaron a su gente. La orden la dio quien manda: Graco Ramírez.

El mismo Graco enfrentará también lo que ya se vive a lo largo y ancho del país: las bases perredistas, las masas que se movilizan el día de la elección presidencial, ya tienen candidato y no es ni él, ni Mancera, ni Aureoles, esos que trabajan al servicio del gobierno de Enrique Peña Nieto, no, el candidato del perredismo se llama Andrés Manuel López Obrador, quien será el verdugo que encarcele al todavía gobernador de Morelos y al ladrón que tiene como hijastro: Rodrigo Gayosso.

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