TERTULIA POLÍTICA
Servilismo legislativo
Pedro Martínez Serrano
Los diputados/as integrantes de
la legislatura estatal, son una vergüenza, son el prototipo del político/a
corrupto, agachón, convenenciero y ladrón, ah, pero también traicionero/a, de
esos que muerden la mano a quien les da de tragar, diputadetes, diputadillas
repelentes a la lealtad y al cumplimiento de compromisos. Dadivosos con lo
ajeno y abusivos con quienes más necesitan.
Hoy los integrantes de la
legislatura, cumplen con la regla de buscar ser peores que los anteriores; esa
regla que trienio a trienio se cumple, sin embargo, creo que los actuales no
podrán ser superados tan fácil, porque han permitido cualquier número de
pisoteos a la separación de poderes.
Los diputados presidentes de la
Junta Política, Julio Espín (presuntamente
vinculado a grupos criminales) y la presidenta de la mesa directiva, Beatriz Viscera, a quien conocí como empleadilla de quinta, casi a nivel de
sirvienta de Marisela Sánchez, son
sujetos oportunistas, ventajosos, traicioneros y corruptos, profundamente
corruptos, tanto que pelean por ver quien complace más al presidente estatal del
PRD, Rodrigo Gayosso quien, por
cierto, se mueve en el recinto
legislativo con más autoridad que cualquier diputadito/ta.
La agachonería y corrupción que
priva al interior del Poder Legislativo, acusan que motivó que el Obispo de la
Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro dio
una declaración respecto a que en el
estado de Morelos había una compra de conciencias en el Congreso del estado,
del Poder Judicial, y que era un hecho de corrupción el que se vivía en la
entidad.
Y eso es falso, repite con
insistencia el disminuido secretario de gobierno, Matías Quiroz y, por eso, dice el gobierno va a buscar un
acercamiento con la Conferencia del Episcopado; llega a la estupidez de advertir
que el tema será llevado ante el mismísimo Papa Francisco, lo que no pudo menos
que arrancar la risa de muchos, por tanta confusión con que se mueven Graco, Rodrigo y sus empleados, incluidos los diputados/as.
Lo que hoy preocupa, es el estado
al revés en que se vive en Morelos; en donde el Ejecutivo tiene un poder
plenipotenciario, en el que primero golpea con rabia a los trabajadores y luego
los soba; en el que el presidente del PRD, Rodrigo
Gayosso ordena las modificaciones a la ley electoral y luego el legislativo
consuma el capricho, acción abusiva en la que los diputados/as se acomodan las
cosas para reelegirse hasta tres veces, para permanecer en el cargo hasta 12
años.
En ese terreno del pleito y el
golpe bajo, en que se mueve Gayosso y
ocupa a los diputados/as como sus golpeadores, en la reforma electoral, de
risa, aplicaron el frágil candado de acreditar 12 años de residencia en
Morelos, para poder competir por la gubernatura. El destinatario de esa
modificación, Cuauhtémoc Blanco,
debe seguir riendo, porque a él no le afectará en absoluto.
Y hoy, con el largo listado de
atropellos en que han incurrido, para corresponder el “patrocinio” de Graco y Gayosso, se llaman ofendidos
con el hecho de que el Obispo Ramón
Castro y Castro hable de la compra de conciencias en el Congreso y se
atreven a reconvenirlo.
Los diputados/as son tan
imbéciles (diccionario de la Real Academia: adj. Tonto o falto de inteligencia),
que se prestan al juego de reprender al líder religioso más influyente de la
región y, lo hacen, porque se los ordenó Rodrigo
Gayosso; y lo hacen, porque el gobernador Graco Ramírez ordena que se les corresponda con dinero el servicio
que le prestan.
Por lo que toca a los ordenamientos
que han adecuado para exigir, por ejemplo la paridad en los cargos públicos en
los 33 ayuntamientos, sobra mencionar que el problema no es la inclusión, el fondo
del asunto está en que haya mujeres con capacidad para desempeñar los cargos,
con los parámetros de confianza impuestos por cada alcalde.
El ridículo de los diputados/as
desborda, cuando andan a lo largo y ancho del estado regalando basura, que
compran con dinero del gobierno y lo entregan como si fuera de su bolsa. Lo que
es cierto, es que entre más “ayudan”, más dinero les es entregado por órdenes
de Gayosso.
Quienes encabezan la lista de los
diputados/as dadivosos, es la presidenta de la mesa directiva, la pintoresca e
ignorante, Beatriz Vicera y; el
presidente de la junta política, Julio
Espín, el mismo al que le encanta entregar dinero en efectivo. Lo que los
hace iguales, lo que los sella, es aque entregan 10 y cobran 100 y para
conseguirlo, andan consiguiendo personas que se animen a firmar de recibido a
cambio de cacahuates.
Y eso, eso lo hacen desde hace
años; por ejemplo la señora Vícera
Alatriste pedía a gente de las colonias que le firmaran por cantidades diferentes
a las que entregaba. Conozco personas a las que les pedía la firma a cambio de frijoles,
para justificar miles de pesos “porque ya ves manita, los gastos no paran y no
todo se puede comprobar”.
Pero no solo a Julio y Bety les gusta meter la mano donde no deben, agarrar dinero de
donde se pueda; en ese listado ocupan un lugar privilegiado los parásitos Francisco Santillán, de Nueva Alianza; Jaime Álvarez Cisneros (el rey de las
pelotas de 3 pesos y uniformes de naylon), de Movimiento Ciudadano; los panistas Carlos Alaniz y Alberto
Mojica, además del resto de los representantes populares que no hacen más
que buscar la compensación “por los servicios prestados”, de levantadedos, de
golpeteo a los adversarios o sólo por inclinarse ante Graco y Rodrigo.
Lo que no han entendido los
diputados y diputadas que traicionaron a sus partidos a cambio de unos cuántos
pesos, es que su carrera política terminó en el momento en que aceptaron el
soborno millonario que les entregó Gayosso,
a cambio de su voto en el legislativo.
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