viernes, 14 de septiembre de 2018


TERTULIA POLÍTICA

* Nada de que ya me voy...
* Error dejar huir a Capella…

Lo peor del caso, sería que el jefe
de policía designado por 
Cuauhtémoc Blanco,
el vicealmirante
 José Antonio Ortiz Guarneros, asumiera
el mando, porque entonces estaríamos frente
a un sospechosísimo arreglo para permitir
la fuga de
 Graco Ramírez, gracias a un acuerdo ¿Con quién?

Pedro Martínez Serrano
De buenas a primeras, la noche de anoche, el (¿ex?) Comisionado Estatal de Seguridad Pública, Jesús Alberto Capella Ibarra se despidió de los morelenses y “agradeció a los empresarios”, que contribuyeron con los programas que aplicó en la entidad. El tema tomó el vuelo acostumbrado. Desvió la atención en temas medulares y, como si se tratara de una sirvienta más del servicio familiar de Graco Ramírez, simplemente dijo: “ya me voy”.
        El tema llamó poderosamente mi atención, porque gente vinculada al gobierno electo de Cuauhtémoc Blanco Bravo, solamente se concretó a pedir la opinión de los morelenses, sobre la salida del gabinete, del responsable de que nuestra entidad haya estado en manos criminales.
        Peor aún, el todavía gobernador, el ya casi prófugo, como dicta la lógica legal y ordena el momento político, Graco Ramírez anunció: “mañana se realizará el relevo de un gran colaborador y leal servidor público”, en alusión al tijuanense Jesús Alberto Capella Ibarra.
        Ante lo cual, creo que desde el Congreso del Estado, se debe dar un manotazo y poner un alto a la burla a que Graco Ramírez ha sometido al Estado y el pisoteo y pitorreo en que han incurrido sus colaboradores
        Creo que se debe fijar un posicionamiento y atajar a Capella Ibarra, con el tradicional “nada de que ya me voy”, porque debe entregar cuentas de cientos de millones de pesos que manejó a placer y de manera discrecional en la Comisión Estatal de Seguridad Pública.
Ahí, como en ninguna otra dependencia del Estado, se debe validar ningún documento emitido por autoridad alguna, de esas que no sirven más que para encubrir ladrones, lo mismo la Contraloría, que el IMIPE o los espacios anticorrupción, confeccionados a modo, para proteger la huida de quienes están llamados a ser encarcelados.
Lo peor del caso, sería que el jefe de policía designado por Cuauhtémoc Blanco, el vicealmirante José Antonio Ortiz Guarneros, asumiera el mando, porque entonces estaríamos frente a un sospechosísimo arreglo para permitir la fuga de Graco Ramírez, gracias a un acuerdo ¿Con quién?




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