lunes, 4 de febrero de 2019


Maestro Enrique Méndez Álvarez

Querido compadrito:

El fin de semana pasado me enteré, no sé si con cierta preocupación, que Don Eligio Valencia Roque “tuvo a bien” designarte Coordinador Editorial en el Estado (es decir en las ediciones Tijuana, Mexicali y Ensenada) del periódico EL MEXICANO, ese que sus hijos Lilian, Eligio y Corina, se encargaron de convertir en un pasquín que no se lee ni gratis en la internet; ese en el que siguieron el estilo del viejo, de pisotear los derechos de los trabajadores, de correr a la gente sin liquidarla. El mismo, que se han tragado voraces, porque están a la caza de que caiga dinero, para ver quién de ellos lo gana y se lo embolsa, antes de que caiga en la caja general del periódico, para los gastos propios de producción.
        Sé perfectamente, porque así me fue informado, que vas a cuidar los intereses verdaderos del periódico, sólo que en representación del viejo y disminuido Eligio Valencia Roque, como también de su hijo menor (eso supongo), ese que se ha convertido en su orgullo y, que con talento, ha desplazado a todos los parásitos que pululan alrededor del periódico, el regidor con licencia Eligio Valencia López, el hijo de nuestra querida amiga Sarahí López.
        Mi preocupación Enrique, es consecuencia de que los conozco perfectamente a Lilian, a quien el ingeniero Oscar Rodríguez me describió de cuerpo entero: “esa si es hembra de pelo en pecho; ve a Paco Hernández Vera, es un cero a la izquierda, un mantenido sin oficio ni beneficio, que lo único que hace, es obedecerla. Ten cuidado, me dijo, porque ella no se anda con  chingaderas”.
        Esa señora que maneja la publicidad como si fuera negocio personal, es peligrosa, ya lo comprobaste el sábado por la tarde noche, cuando se apersonó en “tu oficina” el espacio que durante años padeció Enrique Sánchez Díaz como subdirector del periódico. Sin ninguna educación, como fiera herida, te fue a pedir que desocuparas, porque nada tenías que hacer ahí. En el colmo de la grosería y la bajeza, pidió que salieran mi comadre, tu inseparable Bibi y mi amigo, el periodista Hilario Ochoa.
        Ten cuidado compadre, valora si vale la pena entrar en pleito con Lilian Valencia, esa señora enojada llega al extremo de hablar de “contratar malandros” para resolver las cosas. Creo que es necesario valorar si conviene pisotear tu trayectoria periodística por ir a cuidar a un muerto, como ya lo es el pasquín denominado El Mexicano. Doble cuidado debes tener, porque el hijo de Lilian, el tal Carlos Eligio, a quien removiste de la “Jefatura de Información”, acostumbra tratos con criminales, de poca monta, pero criminales al fin.
        Y, aunque del que menos te debes preocupar, es de Eligio “El Junior”, porque me dicen que siempre anda drogado, eso lo hace peligroso, no reacciona, no anda lúcido, además de que la gente con la que compra “aquellito”, no es buena, están acostumbrados a cobrar sus deudas a balazos.
        Querido compadre, piensa si vale la pena exponerte y exponer a la familia, a tu familia, que es la mía, como se lo he repetido siempre a mi comadre Bibi; el poder que te ofrecieron anoche Don Eligio y Eligio Valencia López, a condición de que cuides sus intereses en el periódico, mientras el hijo de nuestra querida Sarahí, se va de titular del Infonavit.
        El mismo Don Eligio está acostumbrado a pisotear a quien le estorba, a cuidar sólo lo suyo y, sobre todo, a olvidar a quien le ayuda. Tú sabes perfectamente la historia de cuando anduvo prófugo, antes de que asumiera la diputación local. Fuimos varios los que lo cuidamos, por lealtad al jefe, al patrón generoso, pero ah, que viejo tan cabrón y mañoso, en cuanto se sentó en la curul, se le olvidó.
        Compadrito, en esa nueva aventura que te acabas de embarcar, si te deseo suerte, porque la vas a necesitar. Y la vas a necesitar, para no ser sorprendido, por las muchas manos negras que se cruzan en los intereses del pasquín que te echaste a cuestas revivir. Ten mucho cuidado, Lilian Valencia no es de fiar, tiene amistades inconfesables y gatos traicioneros, como el tal Jesús Velázquez, que a pesar de los años que sirvió al Junior, en cuanto vio que las cosas se le complicaban, lo abandonó a su suerte, para ponerse de lado y poner la información a su alcance, de la gerente de publicidad.
        Vienen días difíciles, y esa dificultad va a aumentar en la medida en que Eligio Valencia López se empiece a ausentar, luego de que tome posesión en el Infonavit, pero peor aún, cuando el viejo caiga en cama y mira que no falta mucho.

Suerte compadre, porque la vas a necesitar y, como siempre lo has sabido, estoy a tus órdenes, para ayudarte a cuidar a la familia.

P.D.- Cambiar de chapas a la oficina, como ya lo hiciste, de nada te va a servir. La tal Lilian es como las brujas: trabaja de noche y a oscuras


No hay comentarios:

Publicar un comentario