Maestro Enrique Méndez Álvarez
Querido compadrito:
El fin de
semana pasado me enteré, no sé si con cierta preocupación, que Don Eligio Valencia Roque “tuvo a bien”
designarte Coordinador Editorial en el Estado (es decir en las ediciones
Tijuana, Mexicali y Ensenada) del periódico EL MEXICANO, ese que sus hijos Lilian, Eligio y Corina, se
encargaron de convertir en un pasquín que no se lee ni gratis en la internet;
ese en el que siguieron el estilo del viejo, de pisotear los derechos de los
trabajadores, de correr a la gente sin liquidarla. El mismo, que se han tragado
voraces, porque están a la caza de que caiga dinero, para ver quién de ellos lo
gana y se lo embolsa, antes de que caiga en la caja general del periódico, para
los gastos propios de producción.
Sé
perfectamente, porque así me fue informado, que vas a cuidar los intereses
verdaderos del periódico, sólo que en representación del viejo y disminuido Eligio Valencia Roque, como también de
su hijo menor (eso supongo), ese que se ha convertido en su orgullo y, que con
talento, ha desplazado a todos los parásitos que pululan alrededor del
periódico, el regidor con licencia Eligio
Valencia López, el hijo de nuestra querida amiga Sarahí López.
Mi preocupación
Enrique, es consecuencia de que los conozco
perfectamente a Lilian, a quien el
ingeniero Oscar Rodríguez me
describió de cuerpo entero: “esa si es hembra de pelo en pecho; ve a Paco Hernández Vera, es un cero a la
izquierda, un mantenido sin oficio ni beneficio, que lo único que hace, es
obedecerla. Ten cuidado, me dijo, porque ella no se anda con chingaderas”.
Esa señora que
maneja la publicidad como si fuera negocio personal, es peligrosa, ya lo
comprobaste el sábado por la tarde noche, cuando se apersonó en “tu oficina” el
espacio que durante años padeció Enrique
Sánchez Díaz como subdirector del periódico. Sin ninguna educación, como
fiera herida, te fue a pedir que desocuparas, porque nada tenías que hacer ahí.
En el colmo de la grosería y la bajeza, pidió que salieran mi comadre, tu
inseparable Bibi y mi amigo, el periodista
Hilario Ochoa.
Ten cuidado compadre,
valora si vale la pena entrar en pleito con Lilian Valencia, esa señora enojada llega al extremo de hablar de “contratar
malandros” para resolver las cosas. Creo que es necesario valorar si conviene
pisotear tu trayectoria periodística por ir a cuidar a un muerto, como ya lo es
el pasquín denominado El Mexicano. Doble cuidado debes tener, porque el hijo de
Lilian, el tal Carlos Eligio, a quien removiste de la “Jefatura de Información”, acostumbra tratos con criminales, de
poca monta, pero criminales al fin.
Y, aunque del
que menos te debes preocupar, es de Eligio
“El Junior”, porque me dicen que siempre anda drogado, eso lo hace peligroso,
no reacciona, no anda lúcido, además de que la gente con la que compra “aquellito”,
no es buena, están acostumbrados a cobrar sus deudas a balazos.
Querido
compadre, piensa si vale la pena exponerte y exponer a la familia, a tu
familia, que es la mía, como se lo he repetido siempre a mi comadre Bibi; el poder que te ofrecieron anoche
Don Eligio y Eligio Valencia López, a condición de que cuides sus intereses en
el periódico, mientras el hijo de nuestra querida Sarahí, se va de titular del Infonavit.
El mismo Don Eligio está acostumbrado a pisotear
a quien le estorba, a cuidar sólo lo suyo y, sobre todo, a olvidar a quien le
ayuda. Tú sabes perfectamente la historia de cuando anduvo prófugo, antes de
que asumiera la diputación local. Fuimos varios los que lo cuidamos, por
lealtad al jefe, al patrón generoso, pero ah, que viejo tan cabrón y mañoso, en
cuanto se sentó en la curul, se le olvidó.
Compadrito, en
esa nueva aventura que te acabas de embarcar, si te deseo suerte, porque la vas
a necesitar. Y la vas a necesitar, para no ser sorprendido, por las muchas
manos negras que se cruzan en los intereses del pasquín que te echaste a
cuestas revivir. Ten mucho cuidado, Lilian
Valencia no es de fiar, tiene amistades inconfesables y gatos traicioneros,
como el tal Jesús Velázquez, que a
pesar de los años que sirvió al Junior,
en cuanto vio que las cosas se le complicaban, lo abandonó a su suerte, para
ponerse de lado y poner la información a su alcance, de la gerente de
publicidad.
Vienen días
difíciles, y esa dificultad va a aumentar en la medida en que Eligio Valencia López se empiece a
ausentar, luego de que tome posesión en el Infonavit, pero peor aún, cuando el
viejo caiga en cama y mira que no falta mucho.
Suerte compadre, porque la vas a necesitar y, como siempre
lo has sabido, estoy a tus órdenes, para ayudarte a cuidar a la familia.
P.D.- Cambiar de chapas a la oficina, como ya lo hiciste, de
nada te va a servir. La tal Lilian
es como las brujas: trabaja de noche y a oscuras
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