miércoles, 6 de febrero de 2019


TERTULIA POLÍTICA

González Cruz dio la cara / El martirio de Bonilla

Pedro Martínez Serrano
El punto de reunión fue el restaurante Sabor a mí, en el desayunadero de moda de la Zona del Río. Ahí precisamente, contra su estilo escurridizo, escondidizo y medio pusilánime, de esos que pegan y esconden la mano; o pagan para que peguen por ellos, Arturo González Cruz, se reunió con Jaime Bonilla Valdez, el segurísimo gobernador de Baja California, a quien ahora no se cansa de adular, aunque a sus espaldas, muy propio de su sello, se pitorrea del empresario de medios de comunicación más influyente de la región.
        En esta ocasión, aunque extraño en él, González Cruz dio la cara; y la dio por los Valencia Alonso, los hermanos Lilian, Corina y Eligio Jr., descendencia en desgracia de Eligio Valencia Roque quien, aunque sigue al frente del periódico El Mexicano, hoy convertido en un vulgar pasquín, saturado de extorsionadores, ha pasado al apartado de los muebles viejos, esos que no se sabe a dónde colocar, que no se echan a la basura, porque aunque no sirven y estorban, cuando menos se presumen.
        Y fue precisamente ahí, en donde Arturo González le pidió al ingeniero Bonilla Valdez que escuchara al Junior, como se refiere a él, para que le explicara el motivo de las desgracias que enfrenta la familia Valencia Alonso, y el pasquín al que se empeñan en dar vida artificial, a pesar de que hace mucho que murió.
        Coméntale al ingeniero Junior; dile lo que me dijiste… Jaime Bonilla es amigo y va a saber ayudarte, adelantó el ex presidente de Canaco Tijuana y hoy, aplaudidor de ocasión en las filas de Morena, en busca de la candidatura a la presidencia municipal de la ciudad que, según dice, ya arregló con Andrés Manuel López Obrador.  
        ─Ingeniero, me da mucha pena molestarlo, pero necesito ponerlo al tanto de lo que pasa en el periódico; antes quiero aclararle que aunque nos llamamos igual, hay mucha “diferiencia” entre nosotros, ya ve que la mala fama del hijo de mi jefe (así se refiere a su padre, Eligio Valencia Roque), es de todos conocida… Él (Eligio Valencia López) se ha dedicado a saquear al periódico y, a mi jefe parece que lo tienen embrujado, ya no entiende razones; a nadie le hace caso, más que a él.
        Me dice quien presenció la reunión desde una mesa alterna, que el propietario de la influyente cadena radiofónica y televisiva PSN, se esforzaba por parecer atento, aunque evidentemente el tema ya le es molesto, de ahí que aceptó que su principal operador, Enrique Méndez Álvarez haya asumido el control del pasquín, aún contra la voluntad de la familia Valencia Alonso, como se lo hizo saber Lilian.
        Luego de escuchar la verborrea nerviosa de Eligio Junior, el señor Bonilla Valdez le soltó directo, sin rodeos:
        “Y qué quiere usted que yo haga; el asunto veo que es un pleito de familia en el que yo no tengo absolutamente nada que ver”
        Ahí, fue cuando el disminuido y destemplado Eligio Valencia Alonso, aprovechó para exponerle su inquietud y su petición:
        ─Lo que ocurre ingeniero, es que el hijo de mi jefe, se ha enfrentado con la familia (así se refiere a él y a sus hermanas, Lilian y Corina) y en todos los casos nos deja ver que usted lo protege; que usted ya le ofreció la delegación del Infonavit y, pues la verdad, es lo que le quiero pedir, que no le de esa posición, porque va a meternos en más problemas… Lo que pasa es que creemos que la señora (Sarahí la mamá de Valencia López) lo tiene embrujado y ya ve cómo anda, ya hasta desvaría…
        Ante el lloriqueo que impedía hablar al Junior, que entrecortaba las palabras y sollozaba, para evitar soltarse en llanto, como chamaco nalgueado, intervino Arturo González, para abonar a la causa de los Valencia Alonso:
        Jaime, el Junior nos pone el periódico a tu disposición; ya ves que aunque estaban en desacuerdo, aceptaron al Gory (Enrique Mendez) para que maneje la línea editorial y eso nos va a servir; total el tema del Infonavit es uno más de los muchos que vas a decidir… Total, don Eligio ya no entiende, es más un capricho del chamaco; no más no lo recibas y luego lo acomodas en alguna posición en la que no de problemas.
        Según mi informante, altamente confiable, Jaime Bonilla Valdez, se vio caballero con el tembloroso Junior y le ofreció revisar el tema; “yo veo lo de su hermano, usted no se preocupe” y, a Arturo González Cruz, en el abrazo de despedida, le advirtió: “no me andes causando problemas; no me abras frentes, ahorita no estamos para andar resolviendo chismes de familia”.

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