TERTULIA POLÍTICA
González Cruz dio la
cara / El martirio de Bonilla
Pedro Martínez
Serrano
El punto de reunión fue el restaurante
Sabor a mí, en el desayunadero de
moda de la Zona del Río. Ahí precisamente, contra su estilo escurridizo,
escondidizo y medio pusilánime, de esos que pegan y esconden la mano; o pagan
para que peguen por ellos, Arturo
González Cruz, se reunió con Jaime
Bonilla Valdez, el segurísimo gobernador de Baja California, a quien ahora
no se cansa de adular, aunque a sus espaldas, muy propio de su sello, se
pitorrea del empresario de medios de comunicación más influyente de la región.
En
esta ocasión, aunque extraño en él, González
Cruz dio la cara; y la dio por los Valencia
Alonso, los hermanos Lilian, Corina
y Eligio Jr., descendencia en
desgracia de Eligio Valencia Roque quien,
aunque sigue al frente del periódico El
Mexicano, hoy convertido en un vulgar pasquín, saturado de extorsionadores,
ha pasado al apartado de los muebles viejos, esos que no se sabe a dónde
colocar, que no se echan a la basura, porque aunque no sirven y estorban, cuando
menos se presumen.
Y
fue precisamente ahí, en donde Arturo
González le pidió al ingeniero Bonilla
Valdez que escuchara al Junior,
como se refiere a él, para que le explicara el motivo de las desgracias que
enfrenta la familia Valencia Alonso, y el pasquín al que se empeñan en dar vida artificial, a pesar de que
hace mucho que murió.
─Coméntale al ingeniero Junior; dile
lo que me dijiste… Jaime Bonilla es
amigo y va a saber ayudarte, adelantó el ex presidente de Canaco Tijuana y hoy,
aplaudidor de ocasión en las filas de Morena, en busca de la candidatura a la
presidencia municipal de la ciudad que, según dice, ya arregló con Andrés Manuel López Obrador.
─Ingeniero, me da mucha pena molestarlo,
pero necesito ponerlo al tanto de lo que pasa en el periódico; antes quiero
aclararle que aunque nos llamamos igual, hay mucha “diferiencia” entre
nosotros, ya ve que la mala fama del hijo de mi jefe (así se refiere a su
padre, Eligio Valencia Roque), es de
todos conocida… Él (Eligio Valencia
López) se ha dedicado a saquear al periódico y, a mi jefe parece que
lo tienen embrujado, ya no entiende razones; a nadie le hace caso, más que a
él.
Me
dice quien presenció la reunión desde una mesa alterna, que el propietario de
la influyente cadena radiofónica y televisiva PSN, se esforzaba por parecer
atento, aunque evidentemente el tema ya le es molesto, de ahí que aceptó que su
principal operador, Enrique Méndez
Álvarez haya asumido el control del pasquín, aún contra la voluntad de la
familia Valencia Alonso, como se lo
hizo saber Lilian.
Luego
de escuchar la verborrea nerviosa de Eligio
Junior, el señor Bonilla Valdez le
soltó directo, sin rodeos:
“Y
qué quiere usted que yo haga; el asunto veo que es un pleito de familia en el
que yo no tengo absolutamente nada que ver”
Ahí,
fue cuando el disminuido y destemplado Eligio
Valencia Alonso, aprovechó para exponerle su inquietud y su petición:
─Lo que ocurre ingeniero, es que el hijo de
mi jefe, se ha enfrentado con la familia (así se refiere a él y a sus hermanas,
Lilian y Corina) y en todos los casos nos deja ver que usted lo protege; que
usted ya le ofreció la delegación del Infonavit y, pues la verdad, es lo que le
quiero pedir, que no le de esa posición, porque va a meternos en más problemas…
Lo que pasa es que creemos que la señora (Sarahí
la mamá de Valencia López) lo tiene
embrujado y ya ve cómo anda, ya hasta desvaría…
Ante el lloriqueo que
impedía hablar al Junior, que
entrecortaba las palabras y sollozaba, para evitar soltarse en llanto, como
chamaco nalgueado, intervino Arturo
González, para abonar a la causa de los Valencia Alonso:
─Jaime, el Junior nos
pone el periódico a tu disposición; ya ves que aunque estaban en desacuerdo,
aceptaron al Gory (Enrique Mendez) para que maneje la
línea editorial y eso nos va a servir; total el tema del Infonavit es uno más
de los muchos que vas a decidir… Total, don
Eligio ya no entiende, es más un capricho del chamaco; no más no lo recibas
y luego lo acomodas en alguna posición en la que no de problemas.
Según
mi informante, altamente confiable, Jaime
Bonilla Valdez, se vio caballero con el tembloroso Junior y le ofreció revisar el tema; “yo veo lo de su hermano,
usted no se preocupe” y, a Arturo
González Cruz, en el abrazo de despedida, le advirtió: “no me andes
causando problemas; no me abras frentes, ahorita no estamos para andar
resolviendo chismes de familia”.
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