TERTULIA POLÍTICA
Teopanzolco / Alí
Babá
(…) en la Secretaría de Turismo y Cultura,
Margarita González Sarabia, ignora órdenes
de Cuauhtémoc Blanco; Mario Caballero hace
los negocios y Enrique Gou Boy, se apropia
de los Teatros del Estado, se convierte
en el gran concesionario
Margarita González Sarabia, ignora órdenes
de Cuauhtémoc Blanco; Mario Caballero hace
los negocios y Enrique Gou Boy, se apropia
de los Teatros del Estado, se convierte
en el gran concesionario
Pedro Martínez
Serrano
Conozco la historia del Auditorio de Teopanzolco, desde
mediados de los 80´s, cuando el entonces presidente municipal de Cuernavaca, Juan Salgado Brito, consiguió gracias a
sus excelente manejo de las relaciones públicas, que don Raúl Estrada Elizondo, donara el predio para la construcción de un espacio de difusión y promoción de la
cultura.
Al final de la construcción del inmueble, el ahora doctor Juan Salgado ofreció un desayuno para
reconocer y agradecer el importante donativo a favor de la ciudad, de parte del
discreto y acaudalado empresario cuernavacense.
En 2013, la entonces diputada
federal priísta, Maricela Velázquez
Sánchez, consiguió que el gobierno federal, asignara algo así como 100
millones de pesos para su reconstrucción y convertirse en lo que es hoy, un
moderno centro de espectáculos, condenado al saqueo, de parte del empresario Enrique Gou Boy, quien sin mayor
recato, y avalado por Margarira González
Saravia y su recaudador, Mario
Caballero Luna, lo mismo queda a deber eventos que presenta, que gritonea a
artistas locales o ningunea a asistentes a sus espectáculos.
Y es que poseo información de
primera mano, de que en la Secretaría de Turismo y Cultura, su titular, la
dueña del ahora favorecido Balneario Las
Estacas, Margarita González Saravia,
sucumbió al consejo de su colaborador estrella, el enriquecido gracias a que
desfondó el Patronato de la UAEM, Mario
Caballero Luna a quien entregó el control, de todo aquello que tenga que
ver con dinero, comisiones y atenciones, por ejemplo del Auditorio Teopanzolco, en donde su director, un tal Hugo Juárez, es un pelele, un cero a la
izquierda sometido a recibir órdenes y gritoneos de cualquier enviado “del
licenciado”, como el tal Gou Boy.
La multiplicación de eventos en
Teopanzolco de parte de Enrique Gou Boy,
tiene una sola explicación: el 30 por ciento de taquilla que entrega “a la”
Secretaría de Turismo y que le permite tener el control absoluto del espacio
cultural, proyectado como un centro de espectáculos de primer mundo y que
empieza a caminar con destino a convertirse en una carpa de quinto patio.
El tema de Teopanzolco, le
explotó en la cara a sus beneficiarios, González
Saravia, Caballero Luna y Gou Boy, luego de que mi amigo Daniel J. Ceballos puso su Ojo Cuernavaca, en el tema del evento
de Ximena Sariñana, cuyo costos del
boleto, sólo lo pagan los fanáticos y los pendejos, por el altísimo costo del
mismo.
El asunto de los teatros de que
dispone la Secretaría de Turismo y Cultura en Cuernavaca, son manejados al
antojo, capricho e interés de Caballero y
su protectora, la señora González
Sarabia, la misma que se cansa de engañar y contravenir las órdenes del
gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo,
de quien me dicen que hace durísimas bromas y a cuyos enviados aclara: Cuauhtémoc puede saber de muchas cosas,
menos de cultura.
Fui testigo de que el gobernador
ordenó a la secretaria González Saravia
que recibiera, atendiera y apoyara a un promotor de eventos, nativo de la
entidad, con un amplio curriculum en la operación de espectáculos. La
instrucción fue ignorada olímpicamente: te voy a mandar con los directores de
los teatros, para que te pongas de acuerdo con ellos; lo que ocurre es que Cuauhtémoc no le entiende a los asuntos
de turismo y cultura.
La respuesta del enviado del
mandatario fue contundente: puede no entender, pero la lógica le dicta al
gobernador, que hay que apoyar a los promotores y artistas locales y eso hace,
pero aquí no atienden sus órdenes; así como en la Ciudad de México muchos teatros
son concesionados a promotores, ustedes ya le entregaron Teopanzolco a un empresario
chilango, a Enrique Gou.
Lo que se ha hecho con los teatros
de que dispone el Estado, es convertirlos en una pestilente Cueva de Alí Babá, en donde los promotores no hacen más gasto que el pago del evento y punto.
En Teopanzolco, con cargo al erario, se les asigna personal operativo,
taquilleros, control de accesos, limpieza, acomodadores, seguridad privada y
técnicos, además de equipo de audio e iluminación, luz eléctrica, agua. A
cambio, el concesionario Gou Boy, les
tira el 30% de la taquilla. Inmejorable arreglo. Todos ganan, menos los
morelenses, que somos los que pagamos.
Cuando Jorge Cazales Montero se reunió con Margarita González Saravia, recuerda el mismo promotor artístico en
el muro de Daniel J. Ceballos, le dijo: “licenciada están peor que Graco,
ya monopolizaron el Auditorio de Teopanzolco, los promotores morelenses ni
soñando podemos hacer uso de los teatros y centros culturales. Su respuesta
fue: no está monopolizado, te voy a juntar con los directores de los teatros
para que platiques con ellos y agendes tus eventos. Eso fue hace cinco meses y
no ha pasado nada”.
A su vez, Agélica Jaramillo Frikas, apuntó en el mismo espacio: “Quise cantar.
Tengo que solicitar el servicio con ¡3 meses con anticipación! A ver si hay lugar
porque está súper saturado (mentira garrafal) El teatro te cuesta 90,000 pesos de
renta, y el vestíbulo 70,000 pesos, más el templete y el audio que ¡les tienes
que rentar! !vas a porcentaje, donde el Teopanzolco se lleva el 30% garantizándoles
un buen grupo de gente!
El Lunario si mi memoria no me
falla está entre 30
A 50 mil pesos, con la diferencia que está en la Ciudad de
México, o sea ¿no hay un descuentito o una atención especial de este recinto a
los artistas locales? Nos tenemos que chingar y quedarnos con las ganas de
expresar el talento de tanto Morelense.
Así las cosas en la Secretaría de Turismo y Cultura, Margarita González Sarabia, ignora órdenes
de Cuauhtémoc Blanco; Mario Caballero hace los negocios y Enrique Gou Boy, se apropia de los Teatros
del Estado, se convierte en el gran concesionario.