miércoles, 1 de mayo de 2019


MISÓGINA Y DROGADICTA, SU PUTA MADRE

Durante más de 35 años de ejercicio periodístico, en Cuernavaca, en varios estados del país y en el extranjero, jamás he caído en la tentación de emplear seudónimos. Mis redes sociales y los blogs que opero, así lo acreditan.
En los días más recientes, he sido blanco de una campaña de ataques, de parte de la senadora Lucía Meza Guzmán, a través de su operador estrella, el quebradizo MARIO ARELLANO, un muchacho pendejo que se esconde detrás de una docena de páginas de Facebook, para lanzar ataques en mi contra.
Se me llama MISÓGINO, DROGADICTO, EXTORSIONADOR y un largo listado de estupideces que no pasan ninguna prueba, porque no las tienen.
En mi historia profesional he sido defensor de grupos vulnerables, especialmente de mujeres; en el apartado de las adicciones, paso cualquier examen. Estoy limpio. Lo que no ocurre con quienes colaboran con la senadora de GRACO RAMÍREZ, son alcohólicos, drogadictos y ladrones, lo que puedo acreditar sin más trámite que el emplazamiento. Yo pago los exámenes. Y acredito fechas y hechos.
​Lucía Meza es una persona altanera, soberbia, traicionera y pendeja (RAE: Astuta y taimada / Cobarde, pusilánime), cuya moneda de cambio responde a un sólo interés, el personal. Esa persona es la antítesis de los principios de López Obrador: es mentirosa, ladrona y traicionera.
En esa cruzada, Lucía Meza presume “los talentos”, del sujeto desflemado que la auxilia y, por ello, el patrocinio de sus pendejadas, sale también del ayuntamiento de Jiutepec, encabezado por el cartel de Rafael Reyes y Edgar Castillo (es peligroso y anda armado)

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