Hace unos días, guardé ésta
entrega de mi amigo David Alanís,
Subdirector de la Jornada Morelos,
porque me parece, que con ese estilo claro y puntual, objetivo y contundente
que le distingue, dibuja con claridad lo que sucede en Cuautla; una ciudad que,
en mi opinión, está convulsionada y sometida al caos y al saqueo, secuestrada
por un grupo político al que no ocupó poner nombre, para identificar que se
refiere a la senadora Lucía Meza Guzmán quien,
en su oportunidad, decidió la candidatura a alcalde de Jesús Corona Damián, como en la Ley de Herodes, del cineasta Luis
Estrada, el Licenciado López,
decide imponer en la presidencia municipal de San Pedro de los Saguaros, a Juanito Vargas, por ser… ¡El más
pendejo!
A continuación, el despacho de Mirador 21. Hay que leerlo, lo tiene
desperdicio:
MIRADOR 21
Historia de Terror
David Alanís / La
Jornada Morelos
Con pleno desconocimiento de las
leyes y un protagonismo basado en la inexperiencia y la poca capacidad, el
presidente municipal de Cuautla, Jesús Corona Damián, ha confirmado que su
llegada al cargo que hoy ostenta y por el que recibe un jugoso salario que
jamás en su vida se imaginó obtener, fue una consecuencia avasallante de la ola
electoral a favor del hoy presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Se trató del
personaje que en el momento de la elección reunía las características necesarias,
para que, de ganar, garantizará en su proceder sumisión y manipulación extrema
para con el grupo que lo postuló.
Quienes le
abrieron el camino jamás pensaron en calificarlo de acuerdo con sus aptitudes,
mucho menos por su vocación de servicio; fue elegido para ocupar la
candidatura, sólo porque podía garantizar resultados, no para los cuautlenses,
sino para los que le pusieron.
Y es que,
liberar unidades del transporte público irregulares, que fueron sancionadas por
la Secretaría de Movilidad y Transportes no es cosa sencilla y menos si quien
lo hace se justifica diciendo que lo hizo por el bien de los cuautlenses, a fin
de evitar el cierre de calles.
Es decir, que
lo único que nos garantiza con eso el edil, es que, todo aquel que infrinja la
ley en su municipio, tendrá el aval de la autoridad e incluso la protección, si
amenaza con realizar bloqueos o protestas.
Un buen
gobernante se distingue por actos de autoridad, pero un personaje como Corona,
cuya principal labor hasta antes de ser presidente era, saber si tomaba la
autopista o se iba por la libre; si tenía que pasar por sus jefes a tal o cual
lugar, o si la unidad a su cargo estaba en regla, definitivamente se dobla ante
la mínima manifestación de protesta.
Por eso, entendemos
que hoy en la Heroica e Histórica reina el desorden y la anarquía. Lo peor de
todo es que una vez que la regó y que le hicieron saber que su “osadía” podría
traerle graves consecuencias, salió a pelear por su autonomía municipal, como
si ésta significara que cada municipalidad tiene su propia Constitución, sus
propias leyes y que ningún otro marco legal está por encima de éstas.
¿Se acuerda de
la Ley de Herodes? El martes don Jesús Corona me hizo pensar que en Cuautla se
está escribiendo la segunda parte de esa película mexicana.
Para quienes
no tenían el dato habrá que decir que todo ocurrió a partir de que en un
operativo, elementos de la Secretaría de Movilidad y Transportes, detuvieron a
tres unidades del transporte público de las rutas 19 y 20 que realizan su
servicio de manera irregular fueron enviadas al corralón de aquella ciudad de
la zona oriente.
Acto seguido y
con un clara concesión para con los transportistas que cometieron faltas al
reglamento del transporte, el edil personalmente y ordenó al personal del
corralón que le “dieran las facilidades” para que las unidades pudieran ser
liberadas.
Por ese
motivo, al día siguiente, el titular de Movilidad y Transportes, Víctor Mercado
Salgado, anunció que habían interpuesto una denuncia “contra quien resulte
responsable” por la liberación ilegal de las unidades.
En un tercer
acto, el munícipe en cuestión, salió como gallo de pelea, pero más bien “se
aventó como El Borras” y argumentó que sólo actuó para proteger a sus
ciudadanos de los bloqueos de transportistas y se atrevió a pedir que las
autoridades estatales respetaran la autonomía de su municipio.
¡Vaya
atrevimiento! Lo peor de todo es que incluso el edil se auto-estigmatizó y dijo
que él no pertenece a ningún grupo, siendo que en toda su estructura municipal
se encuentra cooptado e incluso le mandó un mensaje al gobernador, como si
ventilar sus yerros y abusos de poder, fuesen una consecuencia de alguna
estrategia proveniente desde la oficina principal del palacio de gobierno.
Es una lástima
que después de todo lo que ha vivido y sufrido la Heroica e Histórica con
gobiernos como el del notario Luis Felipe Güemes, de Arturo Cruz, el mismo
Jesús González Otero y hasta el propio Raúl Tadeo Nava, hoy tiene un
ayuntamiento encabezado por un hombre basto en compromisos políticos y escaso
de idea de gobierno.
Nos preguntamos
¿qué hará o estará haciendo Jesús Corona, ante la presión de los grupos de la
delincuencia organizada? De verdad es que pensarlo da miedo, terror…
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