lunes, 17 de junio de 2019


Hace unos días, guardé ésta entrega de mi amigo David Alanís, Subdirector de la Jornada Morelos, porque me parece, que con ese estilo claro y puntual, objetivo y contundente que le distingue, dibuja con claridad lo que sucede en Cuautla; una ciudad que, en mi opinión, está convulsionada y sometida al caos y al saqueo, secuestrada por un grupo político al que no ocupó poner nombre, para identificar que se refiere a la senadora Lucía Meza Guzmán quien, en su oportunidad, decidió la candidatura a alcalde de Jesús Corona Damián, como en la Ley de Herodes, del cineasta Luis Estrada, el Licenciado López, decide imponer en la presidencia municipal de San Pedro de los Saguaros, a Juanito Vargas, por ser… ¡El más pendejo!
A continuación, el despacho de Mirador 21. Hay que leerlo, lo tiene desperdicio:

MIRADOR 21

Historia de Terror

David Alanís / La Jornada Morelos
Con pleno desconocimiento de las leyes y un protagonismo basado en la inexperiencia y la poca capacidad, el presidente municipal de Cuautla, Jesús Corona Damián, ha confirmado que su llegada al cargo que hoy ostenta y por el que recibe un jugoso salario que jamás en su vida se imaginó obtener, fue una consecuencia avasallante de la ola electoral a favor del hoy presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Se trató del personaje que en el momento de la elección reunía las características necesarias, para que, de ganar, garantizará en su proceder sumisión y manipulación extrema para con el grupo que lo postuló.
Quienes le abrieron el camino jamás pensaron en calificarlo de acuerdo con sus aptitudes, mucho menos por su vocación de servicio; fue elegido para ocupar la candidatura, sólo porque podía garantizar resultados, no para los cuautlenses, sino para los que le pusieron.
Y es que, liberar unidades del transporte público irregulares, que fueron sancionadas por la Secretaría de Movilidad y Transportes no es cosa sencilla y menos si quien lo hace se justifica diciendo que lo hizo por el bien de los cuautlenses, a fin de evitar el cierre de calles.
Es decir, que lo único que nos garantiza con eso el edil, es que, todo aquel que infrinja la ley en su municipio, tendrá el aval de la autoridad e incluso la protección, si amenaza con realizar bloqueos o protestas.
Un buen gobernante se distingue por actos de autoridad, pero un personaje como Corona, cuya principal labor hasta antes de ser presidente era, saber si tomaba la autopista o se iba por la libre; si tenía que pasar por sus jefes a tal o cual lugar, o si la unidad a su cargo estaba en regla, definitivamente se dobla ante la mínima manifestación de protesta.
Por eso, entendemos que hoy en la Heroica e Histórica reina el desorden y la anarquía. Lo peor de todo es que una vez que la regó y que le hicieron saber que su “osadía” podría traerle graves consecuencias, salió a pelear por su autonomía municipal, como si ésta significara que cada municipalidad tiene su propia Constitución, sus propias leyes y que ningún otro marco legal está por encima de éstas.
¿Se acuerda de la Ley de Herodes? El martes don Jesús Corona me hizo pensar que en Cuautla se está escribiendo la segunda parte de esa película mexicana.
Para quienes no tenían el dato habrá que decir que todo ocurrió a partir de que en un operativo, elementos de la Secretaría de Movilidad y Transportes, detuvieron a tres unidades del transporte público de las rutas 19 y 20 que realizan su servicio de manera irregular fueron enviadas al corralón de aquella ciudad de la zona oriente.
Acto seguido y con un clara concesión para con los transportistas que cometieron faltas al reglamento del transporte, el edil personalmente y ordenó al personal del corralón que le “dieran las facilidades” para que las unidades pudieran ser liberadas.
Por ese motivo, al día siguiente, el titular de Movilidad y Transportes, Víctor Mercado Salgado, anunció que habían interpuesto una denuncia “contra quien resulte responsable” por la liberación ilegal de las unidades.
En un tercer acto, el munícipe en cuestión, salió como gallo de pelea, pero más bien “se aventó como El Borras” y argumentó que sólo actuó para proteger a sus ciudadanos de los bloqueos de transportistas y se atrevió a pedir que las autoridades estatales respetaran la autonomía de su municipio.
¡Vaya atrevimiento! Lo peor de todo es que incluso el edil se auto-estigmatizó y dijo que él no pertenece a ningún grupo, siendo que en toda su estructura municipal se encuentra cooptado e incluso le mandó un mensaje al gobernador, como si ventilar sus yerros y abusos de poder, fuesen una consecuencia de alguna estrategia proveniente desde la oficina principal del palacio de gobierno.
Es una lástima que después de todo lo que ha vivido y sufrido la Heroica e Histórica con gobiernos como el del notario Luis Felipe Güemes, de Arturo Cruz, el mismo Jesús González Otero y hasta el propio Raúl Tadeo Nava, hoy tiene un ayuntamiento encabezado por un hombre basto en compromisos políticos y escaso de idea de gobierno.
Nos preguntamos ¿qué hará o estará haciendo Jesús Corona, ante la presión de los grupos de la delincuencia organizada? De verdad es que pensarlo da miedo, terror…

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