TERTULIA POLÍTICA
Congreso basura / ¿Beneficio
de la duda?
mostrarse como el gran operador, significaría entregar
dinero a los diputados, por todo y por nada, porque
eso estilan, presionan y jalan la liga sin exponerse
a romperla, con un solo propósito, cobrar por levantar
la mano y exigir además posiciones
para familiares, amigos y amantes
dinero a los diputados, por todo y por nada, porque
eso estilan, presionan y jalan la liga sin exponerse
a romperla, con un solo propósito, cobrar por levantar
la mano y exigir además posiciones
para familiares, amigos y amantes
Pedro Martínez Serrano
Lo que ocurrió el fin de semana
anterior en el Congreso del Estado, cuando el ex gobernador Graco Ramírez impuso a uno de sus
incondicionales al frente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), el
desteñido y grisáceo notario público número 13, Israel Hernández Cruz, confirmó muchísimas cosas, la más grave de
ellas, que la mayoría de los integrantes de la actual legislatura, sigue al
servicio de los intereses de la ex familia real, como se llamaba a la Ramírez Cepeda.
Tal
designación, operada por el pelele que se hace llamar Ponchito, que preside la mesa directiva del Congreso del Estado, el
mismo que dijo que el gobernador Cuauhtémoc
Blanco pedía el voto a favor del notario, y por la señora Tania Valentina Rodríguez Ruiz, que a
nadie engaña, ni a nadie niega su relación de amistad y agradecimiento al
exgobernador Ramírez, encendió los
ánimos de organizaciones no gubernamentales, pero también de personajes que han
acreditado un perfil humanista.
Debemos
mencionar también, que entre los analistas políticos, se habló de que el
gobernador Blanco y su jefe de la
oficina, José Manuel Sanz Rivera,
perdieron el control sobre el legislativo.
En mi opinión,
no hubo ninguna intención de intervenir en el asunto, además, mostrarse como el
gran operador, significaría entregar dinero a los diputados, por todo y por
nada, porque eso estilan, presionan y jalan la liga sin exponerse a romperla,
con un solo propósito, cobrar por levantar la mano y exigir además posiciones
para familiares, amigos y amantes. No se hartan, tienen el presupuesto más alto
en la historia del Estado y con 10 diputados menos que le legislatura anterior.
Queda
claro que Ponchito (en diminutivo,
chiquito, muy menor como es) Sotelo
Martínez y Tania Valentina Rodríguez,
resolvieron el asunto, atendiendo la instrucción de Graco Ramírez, cuyo negociador, es nada menos que el presidente
estatal del PRD, Matías Quiroz Medina.
El
asunto llamó poderosamente la atención, porque cualquiera de las 4 mujeres registradas
como aspirantes, María Ampudia, Clara Soto Castor, Kenia Lugo Delgado y,
posiblemente la excepción, Yolanda
Gutiérrez Vélez, habrían sido una mejor elección; estarían en condición de
rescatar y dar brillo a la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Decidieron por
el peor.
También
estaban en la mesa los nombres de hombres brillantes en el tema, como los
doctores en Derecho Lucio Alfonso Rubio
Antelis ─el mejor y capaz de
superar a cualquiera en una examen de oposición─, Antonio Sorela Castillo
y Luis Ortiz. Pero no el pequeño y
mañoso Ponchito, dijo a los
diputados que el gobernador Cuauhtémoc
Blanco pedía su apoyo, con el voto a favor del notario de medio pelo.
Sobre
el particular, me sorprendió lo expresado por la coordinadora de los diputados
de Morena, la señora Keila Celene Figueroa de Cabrera,
cuando echó mano del recurso más irresponsable: “Hay que darle el beneficio de
la duda”, respondió cuando le cuestionaron sobre la decisión de imponer a Israel Hernández al frente de la CEDH,
ante lo cual me parece que “el beneficio de la duda”, aplica en un hijo/a
rebelde; un esposo relacionado con criminales o infiel, pero para designar al
responsable de velar por los derechos humanos de los morelenses, me parece una
acción profundamente irresponsable.
De
Tanía Valentina sobra decir que
todas aquellas acciones que vayan en contra del gobernador, que lo hagan quedar
mal o lo exhiban, las va a impulsar y a apoyar. De algún lado agarra dinero,
para untar la mano de sus pares, esos que la siguen a ojos cerrados.
Y
el problema no termina ahí, ya empezaron el trabajo de selección del Auditor
Superior del Estado, cuya institución es una caja corrupta y agujereada, por
donde se filtra información, se comercializan las auditorías y, al final del
día es un negocio millonario para quien la encabece y, desde luego, para quien
lo o la imponga.
Ya
se empezaron a barajar nombres de un largo listado de aspirantes, hay que esperar
qué decide Graco Ramírez y qué ordena a sus empleados, a sus
pastores en el Congreso del Estado; en la legislatura basura, el pequeño y
obediente Ponchito y la señora Tania Valentina.
Esta como muchas
decisiones relacionadas con la designación de titulares de dependencias, por
ejemplo Fiscales, Ombudsman y más organismos atiborrados de aves de nómina,
obliga a valorar a que esas posiciones vayan a la urna, que la ciudadanía
decida quién debe encabezarlas, es la mejor manera de transparentar y evitar
que los Congresos se sigan corrompiendo y llenando de vivales que van por lo
suyo y para cuidar sus intereses personales, de nadie más, más allá de quien
les paga por levantar el dedo.
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