lunes, 24 de junio de 2019


TERTULIA POLÍTICA

Congreso basura / ¿Beneficio de la duda?

mostrarse como el gran operador, significaría entregar
dinero a los diputados, por todo y por nada, porque
eso estilan, presionan y jalan la liga sin exponerse
a romperla, con un solo propósito, cobrar por levantar
la mano y exigir además posiciones
para familiares, amigos y amantes

Pedro Martínez Serrano
Lo que ocurrió el fin de semana anterior en el Congreso del Estado, cuando el ex gobernador Graco Ramírez impuso a uno de sus incondicionales al frente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), el desteñido y grisáceo notario público número 13, Israel Hernández Cruz, confirmó muchísimas cosas, la más grave de ellas, que la mayoría de los integrantes de la actual legislatura, sigue al servicio de los intereses de la ex familia real, como se llamaba a la Ramírez Cepeda.
        Tal designación, operada por el pelele que se hace llamar Ponchito, que preside la mesa directiva del Congreso del Estado, el mismo que dijo que el gobernador Cuauhtémoc Blanco pedía el voto a favor del notario, y por la señora Tania Valentina Rodríguez Ruiz, que a nadie engaña, ni a nadie niega su relación de amistad y agradecimiento al exgobernador Ramírez, encendió los ánimos de organizaciones no gubernamentales, pero también de personajes que han acreditado un perfil humanista.
        Debemos mencionar también, que entre los analistas políticos, se habló de que el gobernador Blanco y su jefe de la oficina, José Manuel Sanz Rivera, perdieron el control sobre el legislativo.
En mi opinión, no hubo ninguna intención de intervenir en el asunto, además, mostrarse como el gran operador, significaría entregar dinero a los diputados, por todo y por nada, porque eso estilan, presionan y jalan la liga sin exponerse a romperla, con un solo propósito, cobrar por levantar la mano y exigir además posiciones para familiares, amigos y amantes. No se hartan, tienen el presupuesto más alto en la historia del Estado y con 10 diputados menos que le legislatura anterior.
        Queda claro que Ponchito (en diminutivo, chiquito, muy menor como es) Sotelo Martínez y Tania Valentina Rodríguez, resolvieron el asunto, atendiendo la instrucción de Graco Ramírez, cuyo negociador, es nada menos que el presidente estatal del PRD, Matías Quiroz Medina.
        El asunto llamó poderosamente la atención, porque cualquiera de las 4 mujeres registradas como aspirantes, María Ampudia, Clara Soto Castor, Kenia Lugo Delgado y, posiblemente la excepción, Yolanda Gutiérrez Vélez, habrían sido una mejor elección; estarían en condición de rescatar y dar brillo a la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Decidieron por el peor.
        También estaban en la mesa los nombres de hombres brillantes en el tema, como los doctores en Derecho Lucio Alfonso Rubio Antelis el mejor y capaz de superar a cualquiera en una examen de oposición, Antonio Sorela Castillo y Luis Ortiz. Pero no el pequeño y mañoso Ponchito, dijo a los diputados que el gobernador Cuauhtémoc Blanco pedía su apoyo, con el voto a favor del notario de medio pelo.
        Sobre el particular, me sorprendió lo expresado por la coordinadora de los diputados de Morena, la señora Keila Celene Figueroa de Cabrera, cuando echó mano del recurso más irresponsable: “Hay que darle el beneficio de la duda”, respondió cuando le cuestionaron sobre la decisión de imponer a Israel Hernández al frente de la CEDH, ante lo cual me parece que “el beneficio de la duda”, aplica en un hijo/a rebelde; un esposo relacionado con criminales o infiel, pero para designar al responsable de velar por los derechos humanos de los morelenses, me parece una acción profundamente irresponsable.  
        De Tanía Valentina sobra decir que todas aquellas acciones que vayan en contra del gobernador, que lo hagan quedar mal o lo exhiban, las va a impulsar y a apoyar. De algún lado agarra dinero, para untar la mano de sus pares, esos que la siguen a ojos cerrados.
        Y el problema no termina ahí, ya empezaron el trabajo de selección del Auditor Superior del Estado, cuya institución es una caja corrupta y agujereada, por donde se filtra información, se comercializan las auditorías y, al final del día es un negocio millonario para quien la encabece y, desde luego, para quien lo o la imponga.
        Ya se empezaron a barajar nombres de un largo listado de aspirantes, hay que esperar qué decide Graco Ramírez y qué ordena a sus empleados, a sus pastores en el Congreso del Estado; en la legislatura basura, el pequeño y obediente Ponchito y la señora Tania Valentina.     
        Esta como muchas decisiones relacionadas con la designación de titulares de dependencias, por ejemplo Fiscales, Ombudsman y más organismos atiborrados de aves de nómina, obliga a valorar a que esas posiciones vayan a la urna, que la ciudadanía decida quién debe encabezarlas, es la mejor manera de transparentar y evitar que los Congresos se sigan corrompiendo y llenando de vivales que van por lo suyo y para cuidar sus intereses personales, de nadie más, más allá de quien les paga por levantar el dedo.

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