Murió mi amigo Raúl Flores Tueme…
¿Por qué los hombres buenos
se van?; mi
pésame a mi hermano Raúl Flores Adame
Ayer, 13 años de ausencia
forzada de Luis Arturo
Valdéz y 104 días del asesinato de Juan Jaramillo
Pedro Martínez Serrano
Tengo el llanto acumulado, que me resisto a dejar
escapar; cada que amanece, cada que reviso mis redes, me entero de la muerte de
un ser querido, de un amigo o un familiar, peor aún cuando ya oscurece y se dan
las cifras de las muertes y contagios por el covid 19, a lo largo y ancho del
país.
Sufro
terriblemente la carencia de medicamentos, porque no hay oxígeno, porque no hay
camas en los hospitales, pero también, porque la indiferencia, la ignorancia y
la necedad, se convierten en el número de muertes y cxontagios. Hoy el país
sangra, el país llora y no se ve una solución seria a la vista.
Pero todo,
todo lo anterior es nada frente a tres acontecimientos que me han golpeado con
rudeza, la ausencia forzada de Luis
Arturo Valdez Otañez “El Donas” (ayer cumplió 13 años de ausencia), el
cobarde asesinato de mi amigo y cómplice en el mejor de los términos, Juan Jaramillo Frikas, y hoy me entero de
la muerte, víctima de un paro cardiáco, de la muerte de mi muy querido amigo Raúl Flores Tueme, un hombre bueno, que
heredó, que nos heredó buenos hijos, solidarios y compartidos como él, con los quienes
los han necesitado y necesitan de ellos. Es el esposo ejemplar de Lucía Adame y el padre de quien, por
decisión propia veo como mi hermano: Raúl
Flores Adame.
Su muerte,
como siempre ocurre en esos casos, me tomó por sorpresa, en el momento que me
avisó mi también amigo, Rosendo Armijo,
me quedé mudo, me extravíe, me ausenté del momento y, con palabras
entrecortadas, casi sin poder hablar, para evitar el llanto, le dí la noticia a
Lolita, mi esposa; ambos sufrimos,
por que ambos lo tratamos.
Fueron
geniales y divertidas las fiestas navideñas y de fin de año, en la casa de Raúl y Hortencita García, su esposa;
siempre Don Raúl Flores invitava
amistades y a mi y a mi familia, nos trataba como si fuéramos parte de la suya.
Fue un hombre bueno, muy bueno.
Recuerdo
que por ahí del 2003, le hice una entrevista para el periódico El Mexicano, en El Portón, allá en la Zona Norte de Tijuana, su fábrica de muebles,
en donde me dijo dos cosas: Haciendo
puertas, encontré la puerta y, también, que “si de carne asada de trata,
nadie mejor que mi hijo Raúl”.
La partida
de Don Raúl, nos duele a mi y a mi
familia, por eso está incluido en nuestras oraciones, por su aterno descanso y
siempre con alegría, como el hombre divertido y solidario que fue, que en paz
descanse mi querido Raúl Florez Tueme.
A Lucía, su esposa y a cada uno de sus
hijos, familiares y amigos, les expresó mi más sentido pésame y el deseo, como
dice mi amigo Edgar Arroyo, que
nunca más sepan de sufrimiento.
Ayer, 13 años
de ausencia forzada de Luis Arturo
Valdéz y 104 días del asesinato de Juan Jaramillo
Ayer durante todo el día, estuve pensando en publicar
un texto para honrar mi amistad con Luis
Artjuro Valdez Otañez “El Donas”, a quien nunca, jamás poderá olvidar,
porque fue como familia durante mi estancia en Tijuana.
Luis Arturo, bueno como nadie para la
cocina, venía a mi casa o yo iba a la suya, viajamos juntos varias veces y a
varios lados, dentro y fuera del país. A fines de 1999, le rogó a Dolores: “Convéncencelo, vámonos a
Nueva York, yo pago todo; vamos a recibir el 2000… A Laura (Sánchezn su esposa) y a Luisito (su hijo menor), les va a
dar mucho gusto que no acomañen”
Me negué, por
cue$tione$ de trabajo, pero insisitó sin éxito. Conservío los souvenirs que me
trajo de la gran manzana.
Al año
siguiente, la misma: “te preparas y le dices a Dolores (siempre Dolores, nunca
meloso, ni hipócrita), que se preparen porque nos vamos a ir a Europa, vamos a
Italia, Francia, España y no se qué otros países”. La respuesta fue la misma: “Luis
no ando bien de dinero y ya vez que luego en el periódico se ponen cabrones”.
Atrabancado,
generoso y arrebatado como era, me soltó: “Yo hablo con Eligio (Valencia Roque, dueño del peródico El Mexicano)”, se nueva
cuenta le pedí no hacerlo.
El destino
me llevó a ser su vecino… Decía Lolita cuando llegabamos de madrugada o en el
silencio de la noche: “Ya oíste, es Luis
Arturo, está roncando”, así de
cerca viviamos.
Malditos
cobardes asesinaron a Juan
Jaramillo y tenemos “Prohibido Olvidar”
Hace unos 104 días, el 30 de septiembre del
dolorosísimo 2020, las manos asesinas de un grupo de sicarios, quitaron la vida
a Juan Jaramillo Frikas, un hombre
correcto, soldario y generoso, pero sobre todo buen hermano y buen padre, tiuve
oportunidad de acreditarlo en diversas ocasiones.
Hoy
muchos, quienes lo quisimos y lo conocimos de cerca, seguimos llorando su
ausencia, Juan Jaramillo Frikas, el “Catarrilla
Mayor”, nunca se irá, porque sigue vivo en nuestro recuerdo y, cómo el decía,
en el remate de sus grabaciones que se volvieron virales, “Prohibido Olvidar”.
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