Cuernavaca, Mor., a 30 de marzo de 2016
Elena Cepeda de León
P R E S E N T E
En
primer término le saludo; quisiera decirle que con el respeto que usted me
merece, pero no, no lo siento, creo que alguien que llega a casa ajena y ofende
a los propietarios, no merece que se le trate con educación, porque
evidentemente adolece de ella, más aún cuando usted, sin ninguna calidad moral y/o autoridad
oficial acreditada, cuestiona, culpa y responsabiliza a otros, de lo que es
obligación y responsabilidad política resolver de Graco Ramírez, su esposo.
Tengo por norma de vida, por principio de
educación, inculcado en uno de los barrios tradicionales de Cuernavaca, La
Carolina, de donde soy nativo; evitar discusiones con mujeres solas; no acostumbro
tratar, mucho menos debatir temas de orden político con personas que acreditan
la condición de señora, de acuerdo a lo que también me fue enseñado desde mi
infancia, que son aquellas que ocupan un lugar especial en la sociedad, porque
se lo ganan a pulso, son educadas, honorables y respetuosas.
Usted en un claro abuso de poder, muy
propio de la ralea a la que pertenece, es proclive a ningunear, a ofender y a
acusar a los morelenses; de lo que su pareja, Graco Ramírez ha sido incapaz de resolver, cuando menos de atender con
la responsabilidad que el cargo de titular del Ejecutivo Estatal le obliga.
Una vez más, con esos desplantes monárquicos,
de conquistador ignorante o de hacendado abusivo de horca y martillo, que
desconoce la realidad social, se apersonó usted en un evento oficial, la inauguración
de las oficinas de la Comisión de
Atención a Víctimas, para escupir majaderías; para injuriar a quienes
tienen la desgracia a haber perdido a un ser querido; ser víctimas de la rudísima
violencia que vive el Estado y que se recrudeció desde que su pareja, el señor Graco Ramírez asaltó el poder Ejecutivo
en Morelos.
Su enojo Elena, se presentó cuando la señora Penélope Picasso pidió a los diputados integrantes del Congreso del
Estado, acelerar la reforma y armonización de la Ley de Atención y Reparación a
Víctimas del Delito y de Violaciones a los Derechos Humanos de Morelos, con
respecto a la ley federal, para quitar al gobierno local el control de la
comisión ejecutiva y del fideicomiso de asistencia y apoyo a víctimas, además
de que se reconozca autoridad oficial a los comisionados, para así eliminar obstáculos
gubernamentales que enfrentan para apoyar a las víctimas.
Elena,
el planteamiento de la señora Piccaso no
tenía otro propósito, que vigorizar una institución que ha servido de burla
para el gobierno del señor Graco Ramírez
y quienes sus intereses representan, como es su caso, que fue a ese lugar a
faltar al respeto, a ofender a quienes no tienen otra razón para estar ahí, que
el dolor de un ser querido víctima de la criminalidad que Graco no ha logrado atajar.
Es
por ser víctimas de la inseguridad, del galopante índice delictivo, que las
señoras a las que ofendió y cuestionó, soportan sus majaderías, como las de
muchos fuereños soberbios y altaneros que ven a la sociedad de la que yo formo
parte, a un puñado de personas sin derecho a exigir; sin derecho a organizarse
y, mucho menos a manifestarse; ya ve usted, Elena cómo les fue por querer que el organismo al que pertenecen
funcione correctamente.
Me parece una vacilada, un acto de
profunda irresponsabilidad; una bajeza pues, su reproche a las integrantes de
la Comisión de Atención a Víctimas
por aceptar un salario de 45 mil pesos mensuales, cuando según usted, el cargo
debiera ser honorario. Sobre el punto, creo que vale la pena destacar que, lo
mismo esas mujeres, que cualquier persona que dedique tiempo y esfuerzos a
encarrilar una tarea responsabilidad del Ejecutivo, está en el absoluto derecho
de cobrar un sueldo.
En su polémica e irresponsable
intervención, Elena, tuvo usted el cinismo de escupir en la cara de las víctimas del
delito, que por cierto Graco no ha
logrado contener, como lo apunta en su entrega para la Unión de Morelos la periodista Maciel
Calvo que:
Yo, si me lo dan (esos recursos) al DIF,
podríamos hacer maravillas, podríamos contratar psicólogos, médicos, gente que
puede atender, que nos hace falta para atender a los niños y las niñas y
adolescentes que llegan al DIF. Y no en salarios enormes que no llegan a las
víctimas; ustedes deberían ser honorarios, perdónenme que se los diga.
También
dijo usted que los fondos de ayuda deben llegar a las víctimas y no quedarse en un área burocrática de comisionados. No
sólo eso, en esa polémica como irresponsable intervención, abrió fuego contra el
fundador del Movimiento por la Paz con
Justicia y Dignidad, Javier Sicilia
Zardaín, a quien acusó de haber recibido medio millón de pesos para un
trabajo documental que hasta ahora no ha sido concluido ni entregado al
gobierno de Morelos.
Elena,
su desafortunada intervención en aquel evento, cuando su estado emocional
estaba alterado, la llevó a repetir mentiras y pifias que gusta soltar su
esposo Graco, con ese toque
goebeliano y ligero que le caracteriza …Cuando
nosotros llegamos aquí hace tres años y cuatro meses yo quiero que ustedes
recuerden lo que era la seguridad en nuestro estado… La gente no salía por las
noches porque estaba en sus casas muerta de miedo, y ahora la gente ya está
empezando a salir nuevamente a los restaurantes y a los bares.
Eso, y usted bien lo sabe Elena, es una gran mentira, dicha
posiblemente por el desconocimiento que tiene usted de la realidad social que
vive Morelos o bien, porque se confirma que, como lo repite el colectivo
morelense, usted y su familia no viven en Morelos; radican fuera de la entidad,
allá en el lujosísimo barrio de Polanco, en la Ciudad de México.
Por lo que toca a los fondos que dice
usted se aplican incorrectamente en la atención a víctimas del delito y, por
tanto se los deberían asignar para contratar más personal a favor del DIF,
lamento decírselo, pero los morelenses
no confíamos en usted, como en ninguno de los integrantes de su familia. En
Morelos, para quienes aquí nacimos, la familia Ramírez Cepeda y toda la ralea que se integran con los hijos de Graco, con los suyos y con los de ambos,
es gente indeseable, que se ha involucrado en un feroz saqueo del erario.
No Elena,
Morelos vive con el actual gobierno sus peores días; el mayor ambiente de
incertidumbre e inseguridad; sólo el gobernador Ramírez, usted, su familia y quienes con ustedes llegaron ven un
estado generoso y seguro, lo que no es consecuencia de otra cosa, que de la
distancia que han marcado entre la realidad social y la que ustedes disfrutan
con cargo al erario, en restaurantes, bares y condominios de lujo, en los que
habitan fuera de Morelos; mi estado que se desangra; un territorio marcado por
el crimen. Si no lo sabe, lea usted los periódicos que se editan a gusto y
patrocinados con dinero de los morelenses por su pareja, el señor Graco Ramírez, especialmente la Extra, en el que se da cuenta a diario
de las ejecuciones cometidas a diario en suelo morelense.
Le invito Elena a que deje de faltarnos al respeto; si no podemos hacer nada
para frenar el saqueo en incurre su familia en agravio de los morelenses, si
podemos hacer mucho para evitar que se nos siga injuriando en nuestra propia
casa.
Sin más, le dejo un saludo
A T E N T A M E N T E
Pedro Martínez Serrano
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