martes, 15 de marzo de 2016

TERTULIA POLÍTICA

Tiro de precisión

Pedro Martínez Serrano
Demédisis / Moreno / Ramírez
El presidente de la mesa directiva del Congreso del Estado, el diputado Francisco Moreno Merino, es un político que sabe tejer fino; un hombre que sobrepone la precisión y los resultados al protagonismo. Lo demostró con el asunto de Temixco, cuyo municipio enfrentó una crisis de 64 días, atizada por el presidente del comité estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Rodrigo Gayosso Cepeda, con el aval de su padrastro, Graco Ramírez.
Luego del deleznable acontecimiento que terminó con la vida de la joven política perredista Gisela Mota, al día siguiente de rendir protesta como presidente municipal, el perredismo estatal y nacional iniciaron una rabiosa disputa por el control del municipio, por un lado Graco y Rodrigo patrocinaron a las viudas de la mal lograda alcaldesa, por el otro Irma Camacho García, piloteada por el senador Fidel Demédisis, exigió lo que le correspondía como suplente, la jefatura del ayuntamiento.
Luego del litigio electoral, que al final favoreció a Irma Camacho, a quien le asistía la razón legal, iniciaron las movilizaciones encabezadas por el ex diputado federal Anastacio Solís, en demanda de remover a la alcaldesa, para poner en su lugar a Juana Ocampo y, así cumplir con el proyecto de gobierno de Gisela Mota, decían.
Llevaron el movimiento al Congreso del Estado y, desde un principio, el diputado Francisco Moreno moestró su oficio político, desactivó el circo que se pretendió instalar en el acceso al recinto que legislativo. El 19 de febrero, se apersonó ante los manifestantes y los invitó a suspender la huelga de hambre, a través de la cual presionaban el cumplimiento de sus descabelladas demandas.   
Y más allá de protagonismos mediáticos, alejado de los reflectores, el legislador Moreno Merino diseñó una bien trazada estrategia y mejor operada, llevó a las partes en conflicto a sus oficinas particulares y las sentó a la mesa de la negociación, Fueron 9 reuniones que reportaron con resultados reales, hoy a la vista.
Así, mientras el gobernador Ramírez, de viaje por Europa, se mantiene ausente y se esconde de los problemas que provoca para golpear al Estado, al que deja en manos del desflemado y tibio secretario de gobierno, Matías Quiroz, el presidente del Congreso, el diputado Moreno Merino hace gala de oficio político y distensa un asunto que parecía imposible.
Aunque polémico, a Paco Moreno se le debe reconocer eficacia en la conducción política. Con estilo militar y diplomacia académica, primero sentó a la mesa a los partes en conflicto y, después, le sacó las manos al senador Demédisis y a la diputada Hortensia Figueroa. A todas luces un conflicto perredista, solucionado por un priísta, sin protagonismo pero con eficiencia.
Nadie podrá regatearle el éxito a Moreno Merino, para sorpresa de varios diputados, a quienes mantuvo entretenidos en otros quehaceres, mientras él, como buen cazador, se concentró en el objetivo. Bien por las partes en reconocer al legislador priista.

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