TERTULIA
POLÍTICA
Tiro de
precisión
Pedro Martínez
Serrano
Demédisis / Moreno / Ramírez |
El presidente de la mesa directiva del Congreso del
Estado, el diputado Francisco Moreno
Merino, es un político que sabe tejer fino; un hombre que sobrepone la
precisión y los resultados al protagonismo. Lo demostró con el asunto de
Temixco, cuyo municipio enfrentó una crisis de 64 días, atizada por el presidente
del comité estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Rodrigo Gayosso Cepeda, con el aval de
su padrastro, Graco Ramírez.
Luego del deleznable acontecimiento que terminó con
la vida de la joven política perredista Gisela
Mota, al día siguiente de rendir protesta como presidente municipal, el
perredismo estatal y nacional iniciaron una rabiosa disputa por el control del municipio,
por un lado Graco y Rodrigo patrocinaron a las viudas de la mal lograda alcaldesa, por el otro Irma Camacho García, piloteada por el senador Fidel Demédisis, exigió lo que le
correspondía como suplente, la jefatura del ayuntamiento.
Luego del litigio electoral, que al final favoreció
a Irma Camacho, a quien le asistía
la razón legal, iniciaron las movilizaciones encabezadas por el ex diputado
federal Anastacio Solís, en demanda
de remover a la alcaldesa, para poner en su lugar a Juana Ocampo y, así cumplir
con el proyecto de gobierno de Gisela
Mota, decían.
Llevaron el movimiento al Congreso del Estado y,
desde un principio, el diputado Francisco
Moreno moestró su oficio político, desactivó el circo que se pretendió
instalar en el acceso al recinto que legislativo. El 19 de febrero, se apersonó
ante los manifestantes y los invitó a suspender la huelga de hambre, a través de la cual presionaban el cumplimiento
de sus descabelladas demandas.
Y más allá de protagonismos mediáticos, alejado de
los reflectores, el legislador Moreno
Merino diseñó una bien trazada estrategia y mejor operada, llevó a las
partes en conflicto a sus oficinas particulares y las sentó a la mesa de la negociación,
Fueron 9 reuniones que reportaron con resultados reales, hoy a la vista.
Así, mientras el gobernador Ramírez, de viaje por Europa, se mantiene ausente y se esconde de
los problemas que provoca para golpear al Estado, al que deja en manos del
desflemado y tibio secretario de gobierno, Matías
Quiroz, el presidente del Congreso, el diputado Moreno Merino hace gala de oficio político y distensa un asunto que
parecía imposible.
Aunque polémico, a Paco Moreno se le debe reconocer eficacia en la conducción política.
Con estilo militar y diplomacia
académica, primero sentó a la mesa a los partes en conflicto y, después, le
sacó las manos al senador Demédisis
y a la diputada Hortensia Figueroa. A
todas luces un conflicto perredista, solucionado por un priísta, sin
protagonismo pero con eficiencia.
Nadie podrá regatearle el éxito a Moreno Merino, para sorpresa de varios
diputados, a quienes mantuvo entretenidos en otros quehaceres, mientras él, como
buen cazador, se concentró en el objetivo. Bien por las partes en reconocer al legislador
priista.
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