TERTULIA POLÍTICA
Río revuelto
Pedro Martínez Serrano
La movilización que inició la Coordinadora
Morelense de Movimientos Ciudadanos en abril de 2014, para exigir que Graco Ramírez cumpliera sus compromisos
de campaña y para expresar la inconformidad social, por el gigantesco cementerio
y tierra de nadie en que se convertía desde entonces nuestra entidad, creo que
se manoceó de más. Me parece que a varios de los dirigentes del movimiento les
ganó el protagonismo.
De que Graco Ramírez debe irse; dejar el gobierno y entregar cuentas de
todo lo malo que ha hecho en la entidad, pero también de todos los errores que,
por caprichos personales costaron cientos de vidas y golpes dolorosísimos a
miles de familias, es un hecho. Ya cayeron los alfileres que lo sostenían.
Es cuestión de días, posiblemente
semanas, para que termine la pesadilla; que la maldición tabasqueña en Morelos
llega a su término, con la caída Graco
Ramírez, aunque de hecho, él ya no está aquí; hace meses, posiblemente más
de un año, que gobierna desde las cafeterías, restaurantes y cantinas de
Polanco, allá en la Ciudad de México, en donde mejor se mueve y en donde mejor
lo atienden, especialmente en oficinas del gobierno federal.
El problema que hoy enfrenta
Morelos, en mi opinión, ya no es si Graco
Ramírez se va; él ya se fue y lo sabe, lo que negocia el todavía
gobernador, eso sí, al más alto nivel, es quién se queda en su lugar, porque se
le está dando esa oportunidad, pero también de vetar, de decir QUIÉN NO concluya el periodo para el
que fue electo, que termina en 2018.
Así ayer, mientras los representantes
de las “más de 100” organizaciones ciudadanas que, según Javier Sicilia, el rector Alejandro
Vera, Gerardo Becerra y Dagoberto
Rivera y, ahora, en un vergonzoso ejemplo de oportunismo, los senadores Fidel Demédisis y Rabindranath Salazar, entraban a la Secretaría de Gobernación por
la puerta de atrás, para entrevistarse con Luis
Enrique Miranda Nava, Subsecretario de Gobierno; me dicen que Graco tomaba café con Miguel Ángel Osorio Chong, para definir
los términos de su salida del gobierno.
Por cierto, la presencia de los senadores en la Secretaría de Gobernación, me hizo recordar que el primero, Fidel Demédicis, el mismo al que la policía de Jiutepec encontró encuerado, abusando sexualmente de una jovencita, se sumó al movimiento, para desquitar un odio personal contra el tabasqueño; mientras que Rabindranath, hoy se muestra de Corazón Venado, a pesar de que cuando fue presidente municipal de Jiutepec, interpuso un amparo para no entregar el porcentaje de participaciones que se obligaba a los municipios a entregar a la UAEM. Puro oportunismo.
Me parece que ante el descontrol
en que cayó el movimiento, que inició perfectamente armonizado con la sociedad,
cuando se reactivó la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (CMMC),
bajó la dirección de Gerardo Becerra,
hoy quienes están al frente de la negociación son personas que buscan revancha en
contra del locuaz que desgobierna Morelos, como es el caso del tal Javier Sicilia que, de facto, se colocó
como cabecilla del Frente Amplio Morelense
que, según ellos, agrupa a más de 100 organizaciones sociales.
Está también el rector de la
Universidad Autónoma del Estado, Alejandro
Vera Jiménez que, por su parte, manipulado, obediente y sumiso a la
instrucción de Sicilia, busca la
forma de enardecer los ánimos en contra del ladrón que todavía desgobierna, sin
darse cuenta que cada que golpea el rebote es durísimo en su contra; cada que
busca nuevos frentes, los resultados le explotan en la cara.
Por lo anterior, no se requiere
ser adivino, ni iluminado para poder adelantar que los días de Vera Jiménez están contados al frente
de la UAEM y, lo peor del caso, es que el precio de acusar a un ratero, será
que lo exhiban como un igual, al que la probarán los millonarios desvíos en que
ha incurrido.
El Estado mexicano se va a mover
y va a actuar. No hay duda y, entonces, cuando le llegue su momento a Vera Jiménez, ni los miles y miles de
universitarios que dicen que lo apoyan, van a frenar la acción de la justicia
en su contra, por una sencilla razón, Vera
Jiménez no es mártir, es un vulgar abusivo que gusta de agarrar dinero de
los universitarios para repartirlo con amigos y familiares… TIC… TAC… TIC… TAC
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