TERTULIA POLÍTICA
Cargada y oportunismo
Pedro Martínez Serrano
Lo que pasa a lo largo y ancho
del país, con la suma de priístas, perredistas y panistas a la causa
personalísima de Andrés Manuel López Obrador,
no es más que oportunismo y resentimiento, de aquellos que en sus partidos ya
no encuentran espacios, por dos razones principales: sus nombres ya son
sinónimo de desprestigio o, sencillamente, sus méritos no alcanzan para que se
les asignen candidaturas.
Los ejemplos a la mano son muchísimos,
pero tocaremos sólo dos, el de Isidro
Pastor Medrano, un corrupto mexiquense que se hizo a la sombra de Arturo Montiel Rojas, que gobernó el
Estado de México entre 1999 y 2005; el mismo que en 2005 sostuvo una guerra
encarnizada en contra de Enrique Peña
Nieto, por el simple hecho de que le ganó la candidatura al gobierno de
aquella entidad.
Isidro Pastor, hecho en la mejor tradición de la intriga y la
difamación, en aquella oportunidad dedicó tiempo y dinero para golpear con
rudeza al entonces también precandidato del PRI al gobierno del Estado de
México, Enrique Peña Nieto; seis
años después repitió la dosis, sólo que en contra de otros precandidatos: el
hoy gobernador, Eruviel Ávila y,
también, de quien hoy abandera a los priístas en busca de la gubernatura, Alfredo del Mazo Maza.
El también ex presidente del PRI
mexiquense, gracias a los favores de Arturo
Montiel, se suma hoy a la campaña de Andrés
Manuel López Obrador, que busca que Delfina
Gómez gane la gubernatura. Isidro
Pastor se mueve a Morena y lo
hace además, con el apoyo financiero que le provee desde hace mucho su amigo,
el cacinero Jorge Hank Rhon.
Aquellos integrantes de cúpula de
lo que Andrés Manuel llama la mafia del poder, llegan a la campaña
de Delfina Gómez a satisfacer revanchas
personales y mantener cotos de poder, a través de los cuales obtienen beneficios
millonarios.
Y más:
En los días más recientes se
conoció la decisión de Elba Esther
Gordillo, la dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
que aún presa, busca incidir en la elección de gobernador del Estado de México
y, para exhibir su influencia en Morena,
en el equipo estelar de López Obrador,
incrustó a su yerno Fernando González
Sánchez.
Evidentemente la señora Gordillo lo que busca es revancha, es
cobrar venganza política en contra del presidente Peña Nieto, a quien culpa de su desgracia y del hecho de que se le
haya encarcelado, por el hecho de haber quebrantado la ley.
Con todo y la acción desesperada
y la suma de resentimientos, me parece que Alfredo
del Mazo Maza se convertirá el sucesor de Eruviel Ávila.
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