miércoles, 24 de mayo de 2017

TERTULIA POLÍTICA

Cargada y oportunismo

Pedro Martínez Serrano
Lo que pasa a lo largo y ancho del país, con la suma de priístas, perredistas y panistas a la causa personalísima de Andrés Manuel López Obrador, no es más que oportunismo y resentimiento, de aquellos que en sus partidos ya no encuentran espacios, por dos razones principales: sus nombres ya son sinónimo de desprestigio o, sencillamente, sus méritos no alcanzan para que se les asignen candidaturas.
Los ejemplos a la mano son muchísimos, pero tocaremos sólo dos, el de Isidro Pastor Medrano, un corrupto mexiquense que se hizo a la sombra de Arturo Montiel Rojas, que gobernó el Estado de México entre 1999 y 2005; el mismo que en 2005 sostuvo una guerra encarnizada en contra de Enrique Peña Nieto, por el simple hecho de que le ganó la candidatura al gobierno de aquella entidad.
Isidro Pastor, hecho en la mejor tradición de la intriga y la difamación, en aquella oportunidad dedicó tiempo y dinero para golpear con rudeza al entonces también precandidato del PRI al gobierno del Estado de México, Enrique Peña Nieto; seis años después repitió la dosis, sólo que en contra de otros precandidatos: el hoy gobernador, Eruviel Ávila y, también, de quien hoy abandera a los priístas en busca de la gubernatura, Alfredo del Mazo Maza.
El también ex presidente del PRI mexiquense, gracias a los favores de Arturo Montiel, se suma hoy a la campaña de Andrés Manuel López Obrador, que busca que Delfina Gómez gane la gubernatura. Isidro Pastor se mueve a Morena y lo hace además, con el apoyo financiero que le provee desde hace mucho su amigo, el cacinero Jorge Hank Rhon.
Aquellos integrantes de cúpula de lo que Andrés Manuel llama la mafia del poder, llegan a la campaña de Delfina Gómez a satisfacer revanchas personales y mantener cotos de poder, a través de los cuales obtienen beneficios millonarios.
Y más:
En los días más recientes se conoció la decisión de Elba Esther Gordillo, la dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que aún presa, busca incidir en la elección de gobernador del Estado de México y, para exhibir su influencia en Morena, en el equipo estelar de López Obrador, incrustó a su yerno Fernando González Sánchez.
Evidentemente la señora Gordillo lo que busca es revancha, es cobrar venganza política en contra del presidente Peña Nieto, a quien culpa de su desgracia y del hecho de que se le haya encarcelado, por el hecho de haber quebrantado la ley.

Con todo y la acción desesperada y la suma de resentimientos, me parece que Alfredo del Mazo Maza se convertirá el sucesor de Eruviel Ávila.

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