domingo, 6 de mayo de 2018

TERTULIA POLÍTICA

PRD: La izquierda perniciosa, corrosiva y oportunista

Los que tienen hambre aceptan las despensas que se robaron
a los damnificados, porque de otro modo no comen, saben también que
en la secrecía que ofrecen las mantas que envuelven la urna,
van a votar por cualquiera, menos por quien es el responsable
de que Morelos esté inundado de sangre, hambriento y sin trabajo.
El causante de que Morelos sea un cementerio gigantesco,
es 
Graco Ramírez; y Graco, es Gayosso; Gayosso es Graco

Pedro Martínez Serrano



Fui testigo de las grandes movilizaciones que dieron paso a la construcción del Frente Democrático Nacional y, más tarde, al Partido de la Revolución Democrática, esa organización que aglutinó a los grandes progresistas mexicanos del siglo XX; a aquellos que durante décadas, ofrendaron sus ideales a la persecución oficial, el encarcelamiento injusto de su pensamiento y prefirieron el castigo antes que cambiar el rumbo de su expresión.
Los principales ideólogos e impulsores de ese movimiento social que dio paso a esa nomenclatura política, fueron Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez. Venían de formar la Corriente Democratizadora del PRI, ante la imposición de decisiones y candidatos a rajatabla de parte del entonces presidente de la República, Miguel de la Madrid Hurtado.
        El movimiento llevó a la candidatura presidencial por el Frente Democrático Nacional, al entonces sólo ex gobernador de Michoacán, heredero de Lázaro Cárdenas del Río (máximo exponente del socialismo en México), Cuauhtémoc Cárdenas quien, desde el arranque se su campaña, empezó a movilizar a millones de mexicanos que, a su paso, atiborraban plazas, llenaban calles, marchaban convencidos de que el cambio de régimen, la muerte del PRI, estaba a la vuelta de algunos meses.
        A las movilizaciones que empujaron esa lucha, se sumaron quienes soportaban el andamiaje de la verdadera izquierda mexicana, encabezados por Heberto Castillo, quien cedió el registro de su Partido Mexicano Socialista (PMS), para que naciera el PRD.
Tiempo después, con el tren democrático en marcha, y con muchas posibilidades de triunfo, por el empuje social que lo hacía avanzar, llegaron los oportunistas y vivales, encabezados por Rafael Aguilar Talamantes, dueño del PARM, más tarde Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (el ferrocarril, le llamaban), entre ellos, a su lado, cómo el perro fiel a quien le da de tragar, iba Graco Ramírez (siempre espía gubernamental; siempre rompe huelgas, siempre esquirol y al servicio del poder). Se sembró la semilla de la corrupción, la simulación y el saqueo. Los principios democráticos y la vocación progresista se empezaron a echar a la basura.
La lucha de la izquierda empezó a re-direccionar, el interés ya no eran las causas sociales, eran los contratos de obra, las concesiones y el quítate tú para que me siente yo. El mal creció y alcanzó a todos los partidos, a todas las corrientes que hoy, han sentado el más vulgar de los estados monárquicos, el de la herencia del cargo y la cesión e intercambio de candidaturas a posiciones seguras. Las diputaciones, senadurías y regidurías, se volvieron “diluyente de inconformidades políticas.
Cuando llegaron las posiciones de gobierno; dice el dicho: “dale poder a Andrés y verás cómo es”; se le dio poder a Andrés y vimos cómo es, cómo ha sido y cómo será.
Hoy en Morelos, el peor gobierno es precisamente surgido de esa coalición convenenciera y oportunista, que formaron en 2012 el PRD, Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo, para llevar a la gubernatura ya arreglada para él en Los Pinos, a Graco Ramírez quien, en el colmo del cinismo y la desfachatez, pretende heredar el cargo a su hijo, Rodrigo Gayosspo Cepeda, un sujeto cuya enfermedad mental, arrinconó a Morelos a ser el estado con el gobierno más ladrón y a los morelenses a padecer las consecuencias de sus caprichos.
Hoy, cuando se llega a los 29 años del Partido de la Revolución Democrática (PRD), al menos en Morelos, es una guarida de burgueses ladrones, de riquillos desprestigiados que es lo que menos les importa, a condición de ser parte de los beneficiarios del saqueo; ser influyentes para atropellar y pisotear los derechos de quienes eligen a los representantes populares a su servicio.
Hoy, el Centro de Cuernavaca, la maldecida, destrozada y sedienta ciudad, por órdenes de Graco Ramírez, en venganza de que el futbolista que tiene licencia para contender por la gubernatura, Cuauhtémoc Blanco no se sometió  a sus caprichos, se atiborró de acarreados, de gente traída de los 33 municipios de la entidad. Pueblerinos extraviados que no sabían si subían o bajaban. Gayosso ordenó convulsionar la ciudad. Que su “poder de convocatoria” con recursos oficiales, se notara.
Hoy, en PRD en Morelos, es un partido caricatura, inflado a billetazos, a cuyos representantes la gente detesta. Los que tienen hambre aceptan las despensas que se robaron a los damnificados, porque de otro modo no comen, saben también que en la secrecía que ofrecen las mantas que envuelven la urna, van a votar por cualquiera, menos por quien es el responsable de que Morelos esté inundado de sangre, hambriento y sin trabajo. El causante de que Morelos sea un cementerio gigantesco, es Graco Ramírez; y Graco, es Gayosso; Gayosso es Graco.
Del PRD original no queda nada; hoy en México la izquierda es una ilusión extraviada, en la mentira de candidatos sin escrúpulos a los que solamente les interesa ascender al poder y adueñarse de sus beneficios. Miente quien diga lo contrario. El PRD abandera una falsa izquierda perniciosa, corrosiva y oportunista.

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