TERTULIA POLÍTICA
PRD: La izquierda perniciosa, corrosiva y oportunista
Los que tienen hambre aceptan las despensas que se robaron
a los damnificados, porque de otro modo no comen, saben también que
en la secrecía que ofrecen las mantas que envuelven la urna,
van a votar por cualquiera, menos por quien es el responsable
de que Morelos esté inundado de sangre, hambriento y sin trabajo.
El causante de que Morelos sea un cementerio gigantesco,
es Graco Ramírez; y Graco, es Gayosso; Gayosso es Graco
a los damnificados, porque de otro modo no comen, saben también que
en la secrecía que ofrecen las mantas que envuelven la urna,
van a votar por cualquiera, menos por quien es el responsable
de que Morelos esté inundado de sangre, hambriento y sin trabajo.
El causante de que Morelos sea un cementerio gigantesco,
es Graco Ramírez; y Graco, es Gayosso; Gayosso es Graco
Pedro Martínez Serrano
Fui testigo de las grandes movilizaciones
que dieron paso a la construcción del Frente Democrático Nacional y, más tarde,
al Partido de la Revolución Democrática,
esa organización que aglutinó a los grandes progresistas mexicanos del
siglo XX; a aquellos que durante décadas, ofrendaron sus ideales a la persecución
oficial, el encarcelamiento injusto de su pensamiento y prefirieron el castigo
antes que cambiar el rumbo de su expresión.
Los principales
ideólogos e impulsores de ese movimiento social que dio paso a esa nomenclatura
política, fueron Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez. Venían de formar la Corriente Democratizadora del PRI, ante la imposición de
decisiones y candidatos a rajatabla de parte del entonces presidente de la
República, Miguel de la Madrid Hurtado.
El
movimiento llevó a la candidatura presidencial por el Frente Democrático
Nacional, al entonces sólo ex gobernador de Michoacán, heredero de Lázaro Cárdenas del Río (máximo
exponente del socialismo en México), Cuauhtémoc
Cárdenas quien, desde el arranque se su campaña, empezó a movilizar a
millones de mexicanos que, a su paso, atiborraban plazas, llenaban calles,
marchaban convencidos de que el cambio de régimen, la muerte del PRI, estaba a
la vuelta de algunos meses.
A
las movilizaciones que empujaron esa lucha, se sumaron quienes soportaban el
andamiaje de la verdadera izquierda mexicana, encabezados por Heberto Castillo, quien cedió el
registro de su Partido Mexicano Socialista (PMS), para que naciera el PRD.
Tiempo
después, con el tren democrático en marcha, y con muchas posibilidades de
triunfo, por el empuje social que lo hacía avanzar, llegaron los oportunistas y
vivales, encabezados por Rafael Aguilar
Talamantes, dueño del PARM, más tarde Partido del Frente Cardenista de
Reconstrucción Nacional (el ferrocarril, le llamaban), entre ellos, a su lado,
cómo el perro fiel a quien le da de tragar, iba Graco Ramírez (siempre espía gubernamental; siempre rompe huelgas,
siempre esquirol y al servicio del poder). Se sembró la semilla de la
corrupción, la simulación y el saqueo. Los principios democráticos y la vocación
progresista se empezaron a echar a la basura.
La lucha de la
izquierda empezó a re-direccionar, el interés ya no eran las causas sociales,
eran los contratos de obra, las concesiones y el quítate tú para que me siente
yo. El mal creció y alcanzó a todos los partidos, a todas las corrientes que
hoy, han sentado el más vulgar de los estados monárquicos, el de la herencia
del cargo y la cesión e intercambio de candidaturas a posiciones seguras. Las
diputaciones, senadurías y regidurías, se volvieron “diluyente de
inconformidades políticas.
Cuando llegaron
las posiciones de gobierno; dice el dicho: “dale poder a Andrés y verás cómo es”;
se le dio poder a Andrés y vimos cómo es, cómo ha sido y cómo será.
Hoy en
Morelos, el peor gobierno es precisamente surgido de esa coalición convenenciera
y oportunista, que formaron en 2012 el PRD, Movimiento Ciudadano y el Partido
del Trabajo, para llevar a la gubernatura ya arreglada para él en Los Pinos, a Graco Ramírez quien, en el colmo del
cinismo y la desfachatez, pretende heredar el cargo a su hijo, Rodrigo Gayosspo Cepeda, un sujeto cuya
enfermedad mental, arrinconó a Morelos a ser el estado con el gobierno más
ladrón y a los morelenses a padecer las consecuencias de sus caprichos.
Hoy, cuando se
llega a los 29 años del Partido de la Revolución Democrática (PRD), al menos en
Morelos, es una guarida de burgueses ladrones, de riquillos desprestigiados que es lo que menos les importa, a condición de ser
parte de los beneficiarios del saqueo; ser influyentes para atropellar y
pisotear los derechos de quienes eligen a los representantes populares a su
servicio.
Hoy, el Centro
de Cuernavaca, la maldecida, destrozada y sedienta ciudad, por órdenes de Graco Ramírez, en venganza de que el
futbolista que tiene licencia para contender por la gubernatura, Cuauhtémoc Blanco no se sometió a sus caprichos, se atiborró de acarreados, de
gente traída de los 33 municipios de la entidad. Pueblerinos extraviados que no
sabían si subían o bajaban. Gayosso ordenó
convulsionar la ciudad. Que su “poder de convocatoria” con recursos oficiales,
se notara.
Hoy, en PRD en
Morelos, es un partido caricatura, inflado a billetazos, a cuyos representantes
la gente detesta. Los que tienen hambre aceptan las despensas que se robaron a
los damnificados, porque de otro modo no comen, saben también que en la secrecía
que ofrecen las mantas que envuelven la urna, van a votar por cualquiera, menos
por quien es el responsable de que Morelos esté inundado de sangre, hambriento
y sin trabajo. El causante de que Morelos sea un cementerio gigantesco, es Graco Ramírez; y Graco, es Gayosso; Gayosso es Graco.
Del PRD
original no queda nada; hoy en México la izquierda es una ilusión extraviada,
en la mentira de candidatos sin escrúpulos a los que solamente les interesa
ascender al poder y adueñarse de sus beneficios. Miente quien diga lo
contrario. El PRD abandera una falsa izquierda perniciosa, corrosiva y oportunista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario