TERTULIA POLÍTICA
Cuauhtémoc / Cortés /
Graco
Tras el episodio de la
tortura, Cuauhtémoc quedó tullido.
Cristóbal de Ojeda que curó sus heridas, años
más tarde declaró que luego del tormento, quemándole
pies y manos, el Tlatoani vuelve a su papel de noble mexica respetado
y bien tratado, cuyo prestigio y autoridad moral utiliza
Cortés para su gobierno / Wikipedia, la enciclopedia libre
Cristóbal de Ojeda que curó sus heridas, años
más tarde declaró que luego del tormento, quemándole
pies y manos, el Tlatoani vuelve a su papel de noble mexica respetado
y bien tratado, cuyo prestigio y autoridad moral utiliza
Cortés para su gobierno / Wikipedia, la enciclopedia libre
Pedro Martínez Serrano
El presidente municipal de
Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, es un sujeto ingenuo; no dudo que bien intencionado, pero profundamente estúpido
para andar en los caminos de la política y el servicio público, cuyo ejercicio aplica
de acuerdo al consejo de un par de españoles, que pueden ser muy buenos en lo
suyo, en el negocio del futbol, la locutoriada y la venta de publicidad, pero,
como sus creadores, los hermanos Julio y Roberto Yáñez, actúan en atención a
intereses estrictamente personales, en busca de beneficios de pandilla.
Cuernavaca es lo que menos les importa. Son incapaces de probar lo contrario.
La llegada de Cuauhtémoc a Cuernavaca, fue una
ocurrencia de Julio Yáñez, más allá
de la legalidad o ilegalidad en que se incurría. Fueron cómplices del asalto al
ayuntamiento, cuya presidencia municipal nunca pensaron ganar y, para el
futbolista, se dio a la perfección la fábula del burro que tocó la flauta.
Él mismo no esperaba ese resultado, como no lo esperaba tampoco su representante,
el gachupín golpeador de ancianos José Manuel Sanz Rivera.
Hoy, cuando se enfrentan los españoles que ordenan qué hacer y qué
no a Cuauhtémoc, con los hermanos Yáñez Moreno, ese par de pájaros de
cuenta; aves de rapiña electoral, lo que más preocupa a quien al final le
ordena a todo esa pandilla de fuereños y extranjeros, Jogito Meade González, el Subsecretario de Gobierno y gato particular
de Rodrigo Gayosso, es que se
conozca el contrato que firmaron el alcalde Blanco y Sanz, cuando
aceptaron venir a Morelos a
promocionar y jalar votos para el PSD, lo que me parece que es lo de menos.
Lo de mas es la posición agachona,
servil e indigna que asumieron Blanco y Sanz ante Graco Ramírez y a quien sus intereses representa, a cuyo chasquido
de dedos reaccionan como mascota sumisa y golpeada.
Todos, absolutamente todos los que
aquí vivimos, recordamos que Graco
Ramírez acusó a Cuauhtémoc Blanco de
responder a intereses de grupos criminales; lo mismo de los Guerreros
Unidos, que de Los Rojos. También recordamos el
compromiso de Cuauhtémoc de no
aceptar al Mando Único en la ciudad,
porque los ciudadanos no lo quieren y yo
soy ciudadano.
En la campaña para ayudar a los Yáñez a llevar votos, para mantener el
registro de su partido, el PSD, el
futbolista se dedicó a repetir lo que se le ordenaba; cuestionó hasta
hartarse al Mando Único, juró que no
se sometería a los caprichos de Graco a
quien acusó de amenazarlo y responsabilizó de lo que le pudiera pasar a él o a
su familia.
Ahora, seis meses después, atendiendo
órdenes del conquistador y
representante de la Corona de Tabasco en
Morelos, Jorgito Meade, el gato
preferido y consentido de Rodrigo
Gayosso, el futbolista se presta al ridículo,
a ser exhibido por agachón, servil e indigno y busca oro en donde no lo hay; pide hablar bien de Cuernavaca; lo
hace ante empresarios acomodaticios, cuyos intereses personales, de negocio y
familia, importan más que cualquier problema a resolver de la ciudad capital.
A esos que se quejan, no les
interesa si hay o no turismo en Cuernavaca; es mentira que se preocupen por el
bienestar del colectivo citadino. No, se prestan al juguito pendejo del
gobernador Graco Ramírez que en el
agotamiento de sus mentiras del no pasa
nada, del estamos bien, del cuento de la seguridad, habilidoso y ventajoso
como es hoy redirecciona y dice: nos
atacan y tal no existe.
Lo mismo Ciro Gómez Leyva, en distanciamiento momentáneo con Graco, en tanto se resuelve su iguala
mensual o su contrato de publicidad, que muchos que cuestionamos que Morelos se haya convertido en un gigantesco
cementerio, decimos la verdad; nos resistimos a aceptar que nuestra ciudad
se desmorona, colapsa en cerros de basura; en montones de muertos y ejecutados;
en la operación de bandas criminales y oficiales que saquean a su ayuntamiento
y, lo peor, la ausencia de servicios públicos.
No, Cuauhtémoc, Cuernavaca no está bien; vive uno de los peores
momentos de su historia, en manos lo mismo de conquistadores de pacotilla, que
de ladrones del erario, saqueadores del dinero público que hoy te compraron; al
menos te sometieron y actúas como el Tlatoani de quien llevas el nombre, pero
remedas a la perfección; se dobló y sirvió a Cortés; tú te inclinas y sirves a los intereses de Graco; no sólo eso, al mismo que te
amenazó y difamó, hoy lo defiendes. Cuauhtémoc,
tu ingenuidad y pendejismo es una maldición para Cuernavaca, ojalá nunca hubieras
venidos a nuestra ciudad, a esta demarcación que ya se entregó a los intereses
de extranjeros, gachupines sin escrúpulos y fuereños ladrones que prometen
terminar con todo lo que se cruce a su paso, antes de su huída.
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