miércoles, 27 de julio de 2016

TERTULIA POLÍTICA

Cuauhtémoc / Cortés / Graco

Tras el episodio de la tortura, Cuauhtémoc quedó tullido.
Cristóbal de Ojeda que curó sus heridas, años
más tarde declaró que luego del tormento, quemándole
pies y manos, el Tlatoani vuelve a su papel de noble mexica respetado
y bien tratado, cuyo prestigio y autoridad moral utiliza
Cortés
para su gobierno / Wikipedia, la enciclopedia libre

Pedro Martínez Serrano

El presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, es un sujeto ingenuo; no dudo que bien intencionado, pero profundamente estúpido para andar en los caminos de la política y el servicio público, cuyo ejercicio aplica de acuerdo al consejo de un par de españoles, que pueden ser muy buenos en lo suyo, en el negocio del futbol, la locutoriada y la venta de publicidad, pero, como sus creadores, los hermanos Julio y Roberto Yáñez, actúan en atención a intereses estrictamente personales, en busca de beneficios de pandilla. Cuernavaca es lo que menos les importa. Son incapaces de probar lo contrario.
La llegada de Cuauhtémoc a Cuernavaca, fue una ocurrencia de Julio Yáñez, más allá de la legalidad o ilegalidad en que se incurría. Fueron cómplices del asalto al ayuntamiento, cuya presidencia municipal nunca pensaron ganar y, para el futbolista, se dio a la perfección la fábula del burro que tocó la flauta. Él mismo no esperaba ese resultado, como no lo esperaba tampoco su representante, el gachupín golpeador de ancianos José Manuel Sanz Rivera.
Hoy, cuando se enfrentan los españoles que ordenan qué hacer y qué no a Cuauhtémoc, con los hermanos Yáñez Moreno, ese par de pájaros de cuenta; aves de rapiña electoral, lo que más preocupa a quien al final le ordena a todo esa pandilla de fuereños y extranjeros, Jogito Meade González, el Subsecretario de Gobierno y gato particular de Rodrigo Gayosso, es que se conozca el contrato que firmaron el alcalde Blanco y Sanz, cuando aceptaron venir a Morelos a promocionar y jalar votos para el PSD, lo que me parece que es lo de menos.
Lo de mas es la posición agachona, servil e indigna que asumieron Blanco y Sanz ante Graco Ramírez y a quien sus intereses representa, a cuyo chasquido de dedos reaccionan como mascota sumisa y golpeada.
Todos, absolutamente todos los que aquí vivimos, recordamos que Graco Ramírez acusó a Cuauhtémoc Blanco de responder a intereses de grupos criminales; lo mismo de los Guerreros Unidos, que de Los Rojos. También recordamos el compromiso de Cuauhtémoc de no aceptar al Mando Único en la ciudad, porque los ciudadanos no lo quieren y yo soy ciudadano.
En la campaña para ayudar a los Yáñez a llevar votos, para mantener el registro de su partido, el PSD, el futbolista se dedicó a repetir lo que se le ordenaba; cuestionó hasta hartarse al Mando Único, juró que no se sometería a los caprichos de Graco a quien acusó de amenazarlo y responsabilizó de lo que le pudiera pasar a él o a su familia.
Ahora, seis meses después, atendiendo órdenes del conquistador y representante de la Corona de Tabasco en Morelos, Jorgito Meade, el gato preferido y consentido de Rodrigo Gayosso, el futbolista se presta al ridículo, a ser exhibido por agachón, servil e indigno y busca oro en donde no lo hay; pide hablar bien de Cuernavaca; lo hace ante empresarios acomodaticios, cuyos intereses personales, de negocio y familia, importan más que cualquier problema a resolver de la ciudad capital.
A esos que se quejan, no les interesa si hay o no turismo en Cuernavaca; es mentira que se preocupen por el bienestar del colectivo citadino. No, se prestan al juguito pendejo del gobernador Graco Ramírez que en el agotamiento de sus mentiras del no pasa nada, del estamos bien, del cuento de la seguridad, habilidoso y ventajoso como es hoy redirecciona y dice: nos atacan y tal no existe.
Lo mismo Ciro Gómez Leyva, en distanciamiento momentáneo con Graco, en tanto se resuelve su iguala mensual o su contrato de publicidad, que muchos que cuestionamos que Morelos se haya convertido en un gigantesco cementerio, decimos la verdad; nos resistimos a aceptar que nuestra ciudad se desmorona, colapsa en cerros de basura; en montones de muertos y ejecutados; en la operación de bandas criminales y oficiales que saquean a su ayuntamiento y, lo peor, la ausencia de servicios públicos.

No, Cuauhtémoc, Cuernavaca no está bien; vive uno de los peores momentos de su historia, en manos lo mismo de conquistadores de pacotilla, que de ladrones del erario, saqueadores del dinero público que hoy te compraron; al menos te sometieron y actúas como el Tlatoani de quien llevas el nombre, pero remedas a la perfección; se dobló y sirvió a Cortés; tú te inclinas y sirves a los intereses de Graco; no sólo eso, al mismo que te amenazó y difamó, hoy lo defiendes. Cuauhtémoc, tu ingenuidad y pendejismo es una maldición para Cuernavaca, ojalá nunca hubieras venidos a nuestra ciudad, a esta demarcación que ya se entregó a los intereses de extranjeros, gachupines sin escrúpulos y fuereños ladrones que prometen terminar con todo lo que se cruce a su paso, antes de su huída.

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