lunes, 17 de julio de 2017

Clarín de Morelos
Prohibido Prohibir
17 de julio de 2017

Graco Ramírez
Cuando el tiempo y la desesperación
te llevan hasta donde estire
la liga (esta vez desahumada)

Javier Jaramillo Frikas
Entre la turbulencia intermitente de casi cinco años, sin reposo alguno, Graco Ramírez Garrido Abreu, el gobernador de Morelos, llegó al punto hacía dónde perfilar su dirección inmediata:
─ Continuar operando vía los grupos al interior del Partido de la Revolución Democrática (el suyo, por supuesto, Los Chuchos) para contender por la dirigencia nacional.
─Sacudirse a su peor enemigo político que no lo tiene al interior del PRD nacional, ni los adversarios que ha generado en su accidentada gestión en Morelos, como el obispo Ramón Castro, el rector Alejandro Vera, el presidente Cuauhtémoc Blanco Bravo o la Coordinadora Ciudadana que encabeza Gerardo Becerra, sin mencionar la casi generalidad de la sociedad en su contra. No. Su Gran Enemigo lo tiene ahí, respirando a centímetros, cuestionando sus instrucciones, alzándole la voz, desaseando más de lo que se encuentra el escenario político local:
Su hijo Rodrigo Gayoso Cepeda, todavía con veintitantos días al frente del PRD—Morelos, a punto de volver a la normalidad de un ciudadano más, sin “la raqueta” que da un cargo obligado por sus acciones, a entrar en los aparatos más avanzados de Rayos X, junto con su círculo, por el poco pudor en manejos y andanzas. Parte de esto, hacen vulnerable al todavía gobernador en todas y cada una de sus aspiraciones. Y él, Graco, lo sabe perfectamente, en tanto los otros con Rodrigo a la cabeza, asumen funciones paralelas de ejecutivos estatales y someten al gabinete oficial, sin los menores cuidados. Eso, encima de todo, inquieta a un animal político que lo mismo trepa que muerde que repta en la escena del poder. Sensible, Ramírez Garrido entiende que el mínimo resbalón los desbarranca antes de lograr sus propósitos inmediatos.
Plazo importante el 15 de agosto ya encima, día que los consejeros nacionales del PRD se reúnen para nombrar a su dirigente nacional. Podría interpretarse que la corriente donde participa Graco, Los Chuchos, ha colocado en los últimos tiempos en la presidencia a sus principales cabezas: Jesús Ortega Martínez, Carlos Navarrete y Jesús Zambrano. Es un conjunto político, vivo, más allá del adelgazamiento de este partido.
Falta solo él, Graco Ramírez, y se da en un momento crucial, justo cuando se derrite el tiempo de poder en el sexenio morelense, en el medio de condiciones graves como el malhadado Paso de la Muerte, lo que de ello ha derivado y excepto las lamentables muertes de decenas de personas que concluye con una tragedia provocada por la ambición extrema de funcionarios del nivel federal y estatal, exacto el instante que se ha cansado de explicar lo inexplicable, de querer enderezar lo torcido, cuando con el control casi absoluto de las instituciones locales tiene al Estado hecho un desastre y no lo podrá arreglar porque el reloj está a punto de pararles la carrera en este solar.
Graco se muestra cansado, atribulado, defraudado por él mismo, mal acompañado en su proyecto. No tiene otra que buscar vía la dirigencia nacional, lo que llegue, paracaídas en escaños ─que ha sido su práctica hace más de 40 años─, una embajada por los servicios prestados a la presidencia de Enrique Peña Nieto (si no logra la dirigencia) puesto que es notorio que gracias a sus cercanos ─cuando la Doble GG se hace Triple, viene el derrumbe y nos viene el nombre Bucareli y Osorio y queda rasposa una relación donde Graco fue pieza de buen uso institucional─, le redituó en todos los rubros, pero ha comenzado a desgranarse peligrosamente para su proyecto, porque parte, grande, de su futuro inmediato, depende del Poder de Los Pinos, aunque los desafíe. Si alguien conoce al Sistema es él.
Y sus obligados o conscientes aliados del Poder Judicial y Legislativo aquí, como él mismo y la dirigencia familiar estatal de su partido, han gastado su capital y solo les alcanza para extenderle una licencia corta, mediana o larga, de acuerdo a como se le acomoden las piezas que juega en la intención por su instituto nacional. Con el modelo rapaz que han usado o de la forma que deseen, es lo de menos. Lo de más por poco lo saca todo el negocio de los diputados marcados con La Triple G, salvo el atraco enorme, grosero, infame, del Derecho del Alumbrado Público, echado abajo al minuto de la hora por cerca de medio millón de seguidores del Blog ojocuernavaca. (Más de 20 mil millones de pesos en 25 años, para que midamos el tamaño del abuso y la desvergüenza de esta miserable banda).
Quiere ser presidente del PRD, puede serlo, lucha con ahínco por ello, se jugará una de sus últimas suertes en ese intento, sabe lo que representa esa posición.
Importante para él, su tarea como impulsor, con silla en la mesa de la negociación, del Frente Amplio Opositor PAN─PRD. Eso lo ayudaría a ser el próximo presidente del PRD nacional, en el entendido que el otro partido, Acción Nacional tendría mano en las posiciones importantes, la candidatura a presidencia y algunas gubernaturas. Ahí otro punto interesante e importante para este minúsculo pero amado terruño. Como si Morelos les importara mucho, creen que una negociación buena que el PAN a la presidencial y el PRD en Morelos la gubernatura. Quizá. La realidad, que ya sentado como está Graco en “la mesa” del Frente Amplio Opositor, lo que más gozo le daría, será sacar a todos los que quiere, a todos sin excepción, de Morelos.
Es una persona inteligente aunque sin equipo. Es un político duro que todo quiere hacer, que no delega. La investidura de estadista está muy lejos. Y sabe ─vaya que sí─ que las condiciones dejadas en su actuar aquí, lo que permitió, hace inviable la permanencia de lo cercano. Y si de política se trata, imposible.
¿Alguien cree que con todo el dinero, lo acumulado, las reformas pagadas en el Congreso Local, el manejo del Poder Judicial, la obra pública que será revisada a la fuerza, el PRD con Rodrigo Gayosso, ganaría Morelos?
Son demasiadas las afrentas, esto ha ido más allá de lo que permite la mínima regla. Han roto todas estas ─las reglas─. Imposible. Los que duden, está bien, pero el tiempo corre y este gobierno ya se acabó. Peligrosos sus últimos aletazos, saben morder, pero existen elementos de resistencia que los hace también presa de sus propias perversidades. Sobran razones y argumentos.
¿Se acabó?
Bueno, la administración sí. La perpetuidad que pretenden, ya veremos.
El resto:
El Congreso y sus 20 listos para darle en un santiamén la licencia que le acomode, de unos días, de periodo medio, indefinida. Eso es lo de menos. Para eso han formado esas dos docenas, les han pagado, los han usado, les han dado mucho dinero, y son sus empleados. Incluso acabaron con su futuro político aunque lo duden. Han sido evidentes y a tanto golpe y desprecio, la Sociedad registra. Y los tiene en su mente permanentemente.
Podrán hacer sus últimos servicios y no pasa nada. ¿Quieren a Graco aquí o que se vaya? Hay diversas formas de sacudirlo. Una es dándole facilidades para que sea presidente de su partido, coloque a quienes le interesa cuidar de la andanada futura, que será irremediablemente porque las huellas están por todas partes, ha sido un robo arbitrario, criminal, inmundo, que no quedará impune. Y no evadimos a Graco de ello, pero sus criaturas salieron depredadores extremos, y un costo existe, allá adelantito, cada vez más cerca. Imposible librar la ley de la razón. Les van a cobrar.
Agosto, este mes que se asoma, es clave para el Estado porque Graco Ramírez buscará la dirigencia de su partido nacional con posibilidades. Este mismo y ya esperado agosto, Rodrigo Gayosso, deja la presidencia estatal del mismo PRD y va por lo que quiere y cree le pertenece: ser candidato a gobernador y suceder a su jefe en el 2018. Sería una extensión como ejecutivo, porque en las tripas de la administración, la política, los negocios, todos saben que las decisiones son compartidas:
Graco las canta.
Rodrigo las ordena.
La Doble G se agota.
Hay una Triple G., que tampoco goza de la mejor salud.
(Un servidor reaparece de manera formal con la columna que nos ha acompañado lustros y decenas de años. ¡Es lo mío! Pero no dejamos los otros frentes que nos tiene cerca de ustedes, amables lectores, escuchas y espectadores. Seremos más constantes en este tan amado rubro de sincronizar, mal o regular, el cerebro con los dedos. ¡Fuerte Abrazo!)

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