TERTULIA POLÍTICA
Prepara Graco huída
Pedro Martínez Serrano
Si nos atenemos al karma, creencia
central en la doctrina del hinduismo y el budismo, entonces Graco Ramírez podrá concretar su fuga
de nuestro estado, sin pagar las consecuencias de todo el mal que ha hecho; el
pago, según esa creencia, podría ser en sucesivas existencias del tabasqueño.
Así, entonces, como mucho de lo
que ocurre en nuestro país, gracias a la impunidad, Ramírez no tendría consecuencias legales por la desgracia que
provocó en miles familias víctimas de la criminalidad; el rezago en que hundió
a los 33 municipios; la quiebra política y económica a que condenó al Congreso
del Estado, pero también el desprestigio que embarró a la Universidad Autónoma
del Estado (UAEM), así como a la jerarquía católica morelense, representada por
el Obispo Diocesano, Ramón Castro y
Castro.
¿Por qué el planteamiento
anterior? Muy sencillo, porque Graco
Ramírez alista su solicitud de licencia para separarse del cargo e irse en
busca de la protección, del fuero que le permita, según él, evadir la acción de
la justicia a lo mucho y malo que ha hecho en agravio de los morelenses.
Graco cree que quedará impune el saqueo en que incurrió hasta
quebrar al Estado y la impunidad con que coronó su desgobierno, para permitir
que delincuentes comunes y criminales del fuero federal, pisotearan a placer a
los morelenses.
Lo cierto es que en el ámbito
nacional se le abren oportunidades y no planea desaprovecharlas, por ejemplo,
ir en busca de la presidencia nacional del Partido de la Revolución Democrática
y, desde ahí, convertirse en
protagonista de la alianza amorfa que plantean los actuales representantes del
PRD, Alejandra Barrales Magdaleno y,
del PAN, Ricardo Anaya Cortés.
A Ramírez no le preocupa nada más, que salir bien librado de la
cadena de ilícitos que hilvanó a su paso por la titularidad del Ejecutivo
estatal, de ahí que su tiempo lo dedique a buscar el espacio correcto, el que
le permita evadir la acción de la justicia.
Graco no quiere, no puede terminar el periodo de su desgobierno y,
como Javier Duarte de Ochoa, en
Veracruz, verse obligado, entonces sí, a emprender la huida, sabe que su suerte
cambiará tan rápido como se acerca el momento electoral, ese que concluirá con
la elección del sucesor de Enrique Peña
Nieto y, junto con él, terminará también la protección de que ha gozado
para saquear al Estado y abusar a placer de todo y de todos den Morelos.
Precisamente por lo anterior, es
que en este momento, Graco negocia
en la ciudad de México, busca apoyos, trata de influir en la decisión de quién
lo sucederá en el cargo, presiona al Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para que se
le permita decidir, quién enfrentará el complicado reto de terminar el gobierno
que empezó mal y amenaza con terminar peor.
El Congreso del Estado, los
diputados de la actual legislatura, incluidos los integrantes del todavía
llamado grupo de los 10, van a actuar como les sea ordenado y recompensado; la
maquinaria está en marcha y seguro tiene que parar a más tardar el próximo sábado
15 de julio.
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