martes, 4 de julio de 2017

TERTULIA POLÍTICA

Prepara Graco huída
  
Pedro Martínez Serrano
Si nos atenemos al karma, creencia central en la doctrina del hinduismo y el budismo, entonces Graco Ramírez podrá concretar su fuga de nuestro estado, sin pagar las consecuencias de todo el mal que ha hecho; el pago, según esa creencia, podría ser en sucesivas existencias del tabasqueño.
     Así, entonces, como mucho de lo que ocurre en nuestro país, gracias a la impunidad, Ramírez no tendría consecuencias legales por la desgracia que provocó en miles familias víctimas de la criminalidad; el rezago en que hundió a los 33 municipios; la quiebra política y económica a que condenó al Congreso del Estado, pero también el desprestigio que embarró a la Universidad Autónoma del Estado (UAEM), así como a la jerarquía católica morelense, representada por el Obispo Diocesano, Ramón Castro y Castro.
     ¿Por qué el planteamiento anterior? Muy sencillo, porque Graco Ramírez alista su solicitud de licencia para separarse del cargo e irse en busca de la protección, del fuero que le permita, según él, evadir la acción de la justicia a lo mucho y malo que ha hecho en agravio de los morelenses.
Graco cree que quedará impune el saqueo en que incurrió hasta quebrar al Estado y la impunidad con que coronó su desgobierno, para permitir que delincuentes comunes y criminales del fuero federal, pisotearan a placer a los morelenses.
      Lo cierto es que en el ámbito nacional se le abren oportunidades y no planea desaprovecharlas, por ejemplo, ir en busca de la presidencia nacional del Partido de la Revolución Democrática  y, desde ahí, convertirse en protagonista de la alianza amorfa que plantean los actuales representantes del PRD, Alejandra Barrales Magdaleno y, del PAN, Ricardo Anaya Cortés.
      A Ramírez no le preocupa nada más, que salir bien librado de la cadena de ilícitos que hilvanó a su paso por la titularidad del Ejecutivo estatal, de ahí que su tiempo lo dedique a buscar el espacio correcto, el que le permita evadir la acción de la justicia.
    Graco no quiere, no puede terminar el periodo de su desgobierno y, como Javier Duarte de Ochoa, en Veracruz, verse obligado, entonces sí, a emprender la huida, sabe que su suerte cambiará tan rápido como se acerca el momento electoral, ese que concluirá con la elección del sucesor de Enrique Peña Nieto y, junto con él, terminará también la protección de que ha gozado para saquear al Estado y abusar a placer de todo y de todos den Morelos.
     Precisamente por lo anterior, es que en este momento, Graco negocia en la ciudad de México, busca apoyos, trata de influir en la decisión de quién lo sucederá en el cargo, presiona al Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para que se le permita decidir, quién enfrentará el complicado reto de terminar el gobierno que empezó mal y amenaza con terminar peor.

     El Congreso del Estado, los diputados de la actual legislatura, incluidos los integrantes del todavía llamado grupo de los 10, van a actuar como les sea ordenado y recompensado; la maquinaria está en marcha y seguro tiene que parar a más tardar el próximo sábado 15 de julio.

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