lunes, 20 de junio de 2016

Abandono priísta

TERTULIA POLÍTICA

Abandono priísta

Pedro Martínez Serrano
Alberto Martínez / Rodolfo Becerril / Matías Nazario

A partir de junio del año anterior, cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI), tuvo uno de los peores resultados de su historia en Morelos, ese instituto político ha navegado sin  rumbo, en medio de la simulación y el abandono; ha servido sólo para cubrir una nómina parasitaria, encabezada por su presidente, el doctor Rodolfo Becerril Straffon que no hace más que estorbar, contener y bloquear todo aquello que huela a reagrupación o fortalecimiento de ese instituto político.
La indiferencia y la apatía, sellos que identifican la personalidad de Becerril, ha motivado que el priísmo, los pocos priístas de entrega que se cuentan en las filas de ese partido, empiecen a buscar espacios y participación en otras nomeclaturas; en el peor de los casos, a escuchar y dejarse persuadir por el comité estatal del Partido de la Revolución Democrática, que preside Rodrigo Gayosso Cepeda, el hijastro de Graco que, con la fuerza que da la operación del erario, busca engrosar las filas de ese organismo que, por cierto, hoy arrastra el peor desprestigio de que se tenga cuenta en la entidad,
Y mientras Becerril Straffon se la lleva nadando de a muertito, dejando ver que a los únicos intereses que sirve es a los personales, pero también a los del gobierno del Estado, al que permite y avala toda clase de abusos y saqueos, con ese silencio cómplice con el que actúa, las filas del PRI se adelgazan y sobreviven, si acaso, gracias a que los diputados locales mantienen un intenso activismo partidista, desde la posición que ocupan.
Pero no sólo eso, mientras que el derrotado priísmo del país, intenta reaccionar a lo sucedido en la más reciente jornada comicial, el presidente nacional de ese partido, Manlio Fabio Beltrones confunde a sus correligionarios en Morelos, que no saben si está a favor o en contra de ellos, porque mantener a Becerril Straffon al frente del tricolor, es respaldar al gobierno de la arbitrariedad, el saqueo y el abuso en nuestra tierra.
La permanencia del anodino Rodolfo Becerril como presidente del tricolor, es un tema que llama a la extrañeza; es un sujeto sin equipo, servil y oportunista, que se ha mantenido en el cargo, a pesar del descontento y del intento de muchos por sustituirlo, por poner fin a esa prolongada noche de terror que protagoniza el ex senador; el más fiel intérprete de la política del ex gobernador Antonio Riva Palacio, que murió sirviendo al PRD.
Tan mal están las cosas dentro de ese partido, que el más activo de los aspirantes a suceder a Becerril, es el derrotado candidato a gobernador, Amado Orihuela Trejo, el mismo de la reputación manchada con sospechas de pederastia y relaciones criminales; por el momento es el único que abiertamente tiene la mano levantada, en señal de que está listo para estorbar la posibilidad de una selección tersa del nuevo presidente.
Ese priísta que perdió la gubernatura y que es incapaz de ganar incluso, la urna instalada en donde se asienta su domicilio, como se acreditó en las elecciones anteriores, cuando su esposa fue derrotada como candidata a alcaldesa de Mazatepec, por el candidato de un partido padecería; un partido que ni se conoce, ni tiene estructura en aquel lugar.

Aunque hacia fines del año anterior, hace más de seis meses se habló de que la sucesión de Becerril estaba lista, incluso se mencionó como posibles relevos al diputado federal Matías Nazario y, en igualdad de oportunidad, al diputado local coordinador de la fracción priísta en el congreso local, Alberto Martínez González, además de muchos otros, hasta el momento, el tricolor sigue muriendo lentamente en Morelos y Manlio Fabio parece disfrutar esa agonía.

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