TERTULIA POLÍTICA
Abandono priísta
Pedro Martínez Serrano
Alberto Martínez / Rodolfo Becerril / Matías Nazario |
A partir de junio del año
anterior, cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI), tuvo uno de los
peores resultados de su historia en Morelos, ese instituto político ha navegado
sin rumbo, en medio de la simulación y
el abandono; ha servido sólo para cubrir una nómina parasitaria, encabezada por
su presidente, el doctor Rodolfo
Becerril Straffon que no hace más que estorbar, contener y bloquear todo
aquello que huela a reagrupación o fortalecimiento de ese instituto político.
La indiferencia y la apatía,
sellos que identifican la personalidad de Becerril,
ha motivado que el priísmo, los pocos priístas de entrega que se cuentan en las
filas de ese partido, empiecen a buscar espacios y participación en otras
nomeclaturas; en el peor de los casos, a escuchar y dejarse persuadir por el
comité estatal del Partido de la Revolución Democrática, que preside Rodrigo Gayosso Cepeda, el hijastro de Graco que, con la fuerza que da la operación del erario, busca engrosar
las filas de ese organismo que, por cierto, hoy arrastra el peor desprestigio
de que se tenga cuenta en la entidad,
Y mientras Becerril Straffon se la lleva nadando
de a muertito, dejando ver que a los únicos intereses que sirve es a los
personales, pero también a los del gobierno del Estado, al que permite y avala
toda clase de abusos y saqueos, con ese silencio cómplice con el que actúa, las
filas del PRI se adelgazan y sobreviven, si acaso, gracias a que los diputados
locales mantienen un intenso activismo partidista, desde la posición que ocupan.
Pero no sólo eso, mientras que el
derrotado priísmo del país, intenta reaccionar a lo sucedido en la más reciente
jornada comicial, el presidente nacional de ese partido, Manlio Fabio Beltrones confunde a sus correligionarios en Morelos,
que no saben si está a favor o en contra de ellos, porque mantener a Becerril Straffon al frente del
tricolor, es respaldar al gobierno de la arbitrariedad, el saqueo y el abuso en
nuestra tierra.
La permanencia del anodino Rodolfo Becerril como presidente del
tricolor, es un tema que llama a la extrañeza; es un sujeto sin equipo, servil
y oportunista, que se ha mantenido en el cargo, a pesar del descontento y del
intento de muchos por sustituirlo, por poner fin a esa prolongada noche de
terror que protagoniza el ex senador; el más fiel intérprete de la política del
ex gobernador Antonio Riva Palacio, que
murió sirviendo al PRD.
Tan mal están las cosas dentro de
ese partido, que el más activo de los aspirantes a suceder a Becerril, es el derrotado candidato a
gobernador, Amado Orihuela Trejo, el
mismo de la reputación manchada con sospechas
de pederastia y relaciones criminales; por el momento es el único que
abiertamente tiene la mano levantada, en señal de que está listo para estorbar
la posibilidad de una selección tersa del nuevo presidente.
Ese priísta que perdió la gubernatura
y que es incapaz de ganar incluso, la urna instalada en donde se asienta su
domicilio, como se acreditó en las elecciones anteriores, cuando su esposa fue
derrotada como candidata a alcaldesa de Mazatepec, por el candidato de un
partido padecería; un partido que ni se conoce, ni tiene estructura en aquel
lugar.
Aunque hacia fines del año
anterior, hace más de seis meses se habló de que la sucesión de Becerril estaba lista, incluso se
mencionó como posibles relevos al diputado federal Matías Nazario y, en igualdad de oportunidad, al diputado local coordinador
de la fracción priísta en el congreso local, Alberto Martínez González, además de muchos otros, hasta el
momento, el tricolor sigue muriendo lentamente en Morelos y Manlio Fabio parece disfrutar esa agonía.
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