viernes, 3 de junio de 2016

TERTULIA POLÍTICA

Cada quien en su casa y Dios en la de todos

Lucra Vera con dolor



Pedro Martínez Serrano
A fines del siglo anterior, cuando llegué a Tijuana fui contratado como reportero del periódico El Mexicano. Mi primera encomienda, fue la cobertura de los muchos asuntos religiosos que registra la ciudad; de las muchas iglesias que hacen evangelio y buscan feligresía. Fue entonces cuando me hice amigo del entonces Obispo de la Diócesis de Tijuana; hoy Arzobispo metropolitano de la Península de Baja California, Monseñor Rafael Romo Muñoz.
La cobertura semanal de la celebración eucarística dominical, y el encuentro frecuente, con Monseñor Romo Muñoz, en eventos sociales o de la industria y el comercio, generó rápidamente que me incluyera dentro de su listado de amigos, aquellos a quienes invitaba a su domicilio particular e incluía en invitaciones a eventos públicos y privados.
Normalmente los miércoles tomábamos café en su casa; la plática se prolongaba hasta pasadas las 9 de la noche y los temas eran variados. Nunca lo escuché hablar mal de alguien; si proponía a la autoridad reforzar la atención en tal o cual tema, especialmente el relacionado con la seguridad.
Y, como la inseguridad golpeaba entonces con rudeza a Baja California, aunque no tanto como hoy a Morelos, una vez le pregunté: Monseñor, por qué si el gobernador (Alejandro González Alcocer) se la pasa riendo y evadido de la realidad, como si no pasara nada; usted no endurece su posición frente al tema?… Sin pensar mucho, me aclaró: El gobernador es un hombre muy ocupado, a veces distraído y hasta olvidadizo, pero cuando le planteamos temas de la diócesis; necesidades de la gente, nos ayuda, aunque no como quisiéramos, pero responde.
Así las cosas, continúo mi amigo Monseñor Rafael Romo Muñoz, la curia ha decidido ser prudente y propositiva;  procuramos ser respetuosos de lo que ocurre y, aunque a veces diferimos de las formas de hacer las cosas y la forma de gobernar, optamos por proponer correctivos de manera amigable; nosotros entendemos que cada quien en su casa (hace lo que cree correcto) y Dios en la de todos.
En su oportunidad, el rector de la Universidad Autónoma de Baja California, Alejandro Mungaray Lagarda, con una matrícula que fácilmente multiplica por cinco, la que registra Morelos y un presupuesto exponencialmente mayor al que se aplica en nuestra entidad, me dijo que ellos no llamaban a marchas, ni se enfrentaban con el gobierno, mucho menos se metían en sus asuntos, por la sencilla razón de que el compromiso universitario está del lado de la academia, la investigación y la formación e profesionales de excelencia: generar pleitos y choques de egos a nadie conviene.
En aquel tiempo, Eugenio Elorduy recién había asumido la titularidad del gobierno estatal; su primer objetivo, fue intervenir en asuntos relacionados con la UABC. Lo pararon en seco: La universidad tiene los métodos y reglamentos que norman su vida interna; así que si el gobernador quiere algo de la UABC, que lo pida y ya decidiremos si se lo damos o no. Él tiene obligación de atender los temas de seguridad que golpean al estado.
Protagonismo satánico
Lo anterior viene a tema, porque en Morelos, a un gobernador imbécil,  ambicioso y ladrón, como lo es el señor Graco Ramírez, se suma el protagonismo satánico; la bajeza con la que lucra Vera con dolor de cientos de familias que velan las fosas clandestinas de Tetelcingo, en espera que aparezcan los restos de algún familiar.
Ese lucimiento desbordado y ansia mediática del rector de la UAEM, Alejandro Vera Jiménez, me da la impresión que en el fondo, no tiene otro propósito que sumarse a las víctimas y, al más puro estilo de Andrés Manuel López Obrador, generar distractores para evitar que se le exijan pruebas del presupuesto multimillonario que hoy maneja a complacencia y cumplimiento de intereses personales. Si la revisión de los recursos pú-bli-cos que maneja amerita sanción, va a tratar de distraer la atención con el tema aque mejor maneja y aprovecha su manejador estelar, Javier Sicilia.
De hecho el rector Vera y su asesor de cabecera, el señor Sicilia, empezaron ya a tender los rieles por donde transitarán como víctimas, pero que también aprovecharán para colgarse en las candidaturas en el 2018.
El primer mensaje que empieza a enviar el rector Vera Jiménez, es que se está golpeando a los universitarios, lo que es una mentira; a quien se cuestiona es a él, por la altísima sospecha de que maneja recursos públicos como si fueran personales, como lo hace el gobernador Graco Ramírez en el Estado, en cuyas arcas da manga ancha a su hijastro, el raterazo Rodrigo Gayosso Cepeda.

El rector Alejandro Vera Jiménez, es un hombre ingenuo, inocente y manipulable, profundamente manipulable que, ha permitido a sus colaboradores hacer lo que les plazca, en abono de la confianza que les tiene y que traicionan. La auditoría y el tiempo colocará a cada quien en su lugar,

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